Especulación: cómo el kirchnerismo emula a Martínez de Hoz
Un  viejo refrán árabe sentencia “cuando alguien te perjudica por primera  vez, se trata de su propia culpa. Ahora, cuando esto ocurre por segunda  vez, la culpa ya es tuya por no haberte prevenido”
  ¿Qué pasaría si le dijéramos que alguien nos está haciendo el mismo cuento por tercera vez?
  ¿Somos tan ignorantes como para tropezar por tercera ocasión con la misma piedra?
  Evidentemente, sí, somos un pueblo muy poco preparado y muy mal educado.
  1) A  fines de los años setenta y principios de los ochenta, la recordada  “tablita” del ex ministro de Economía de la Nación, José Alfredo  Martínez de Hoz fue tan maquiavélica como efectiva.
  El  gobierno militar garantizaba una devaluación del peso moderada.  También, se conocía de antemano cómo irían cambiando las cotizaciones a  lo largo de los meses y años venideros.
  Gracias  a ello, los especuladores llegaban con sus dólares, los pasaban a  pesos, conseguían luego altas tasas de interés en moneda local (debido a  la fuerte inflación interna) y, como sabían que por un largo período la  divisa norteamericana se movería en forma suave, esperaban y se  llevaban ganancias cuatro, cinco y hasta diez veces más altas de las que  podrían obtener en entidades crediticias del primer mundo.
  La bicicleta era sumamente fácil y rendidora, No había riesgo, ya que los militares garantizaban la “plata dulce”
  Esta era la tapa de la valiente Revista Humor, por esos días.
Como  bien recordarán quienes tengan más de cuarenta años, todo terminó con  la llegada del nuevo ministro Jorge Wehbe, quién devaluó fuertemente  luego de pronosticar “el que apuesta al dólar, pierde”.
  Antes  de la depreciación salvaje, los especuladores ya habían retirado sus  verdes, por lo que las ganancias de la época fueron monumentales.
  2) En  la década de los noventa, el menemismo también garantizaba el “uno a  uno” a rajatabla, aunque quebrara la industria nacional (como ocurrió en  los años de Martínez de Hoz).
   Las  tasas en pesos que se obtenían en el mercado local, a pesar de que la  inflación no era tan alta, representaban ganancias sideralmente más  suculentas que las que ofrecían los bancos norteamericanos o europeos.
  Otra  vez, la bicicleta estaba aceitada y convenía vender dólares, comprar  pesos, depositar con intereses de dos dígitos anuales y sentarse a  esperar fin de año para volver a comprar los “verdes”.
  3) El  kirchnerismo está llevando a la práctica la poco original idea de  “bicicletearnos” a todos, para llevarse puesta la Argentina como ya nos  pasara con los milicos y el impresentable riojano.
  Claro que la voracidad de los K parece haber reducido a “bebés de pecho” a sus predecesores.
  Los  patagónicos garantizan hasta fin de año un dólar cerca de los 4 pesos,  cuatro con diez centavos o cuatro con veinte centavos, mientras las  tasas en pesos para los asfixiados comerciantes, industriales, clientes  de tarjetas de crédito o pobres asalariados en general van a girar desde  el 20 %, hasta el 30 o 40 por ciento anual.
  Por  tercera vez, entonces, la patria especuladora y los amigos del poder  (quienes saben que Cristina usará las reservas hasta agotarlas si hace  falta con tal de no devaluar) se están llenando de plata.
  Las  sumas de dinero que se están llevando son tan increíbles que les  auguran un feliz retiro tras su muy probable partida del poder.
  Al  mismo tiempo, están dejando como el orejudo y el patilludo, una bomba  de tiempo que les explotará a quienes asuman a fin de año.
  Decía  Luis XIV, el Rey Sol, “después de mi, el diluvio" y su bisnieto terminó  decapitado por la guillotina de la Revolución Francesa”
  Dirá Cristina, “después de mí, no pasa nada, Esto es Argentina. Viva la inflación”.
  Marcelo López Masia
fuente: http://www.periodicotribuna.com.ar/8218-especulacion-como-el-kirchnerismo-emula-a-martinez-de-hoz.html



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