viernes, 31 de diciembre de 2010

MIENTRAS ESPERO EL 2011 LES DIGO:


Queridos amigos, la verdad es que siento hasta apuro porque termine el 2010!!

Politicamente me dejó asombrada.
Socialmente me dejó indignada.
Economicamente me dejó estafada.
Ecologicamente me dejó muy preocupada.

En fin, podría seguir enumerando "mentes", pero creo que todos lo hemos compartido y vivido en forma similar.

Por eso es que hemos estado juntos, enojándonos, informándonos, criticando... acompañándonos en malas y en buenas.

Charlamos de religión, política, humor, cosas que valen la pena, sentimientos...

Ustedes son los que hicieron que este año valiera la pena.

Quiero despedir el año con un GRACIAS a cada uno de ustedes, mis amigos virtuales.

FELIZ Y ESPERANZADO 2011 PARA TODOS!!!!!!!

Brindemos: el país está mucho mejor. Por Carlos M. Reymundo Roberts



YA se sabe: el fin de año es tiempo de balance. Yo hice las cuentas (no las mías, las del país), y me dan bien. Muy bien. Por supuesto, muchos vincularán este resultado con mi reciente conversión al kirchnerismo: "¡Vendido, ahora todo te parece bien!" No voy a responderles. Mejor dicho, sí les voy a responder, pero no con palabrerío. Con hechos. Estas son mis cuentas.
Inseguridad . Es cierto que aumenta la delincuencia, pero el fenómeno no ha sido bien analizado. En un país que viene creciendo a fabulosas tasas del 8 o 9 por ciento anual, es lógico que todo crezca un poco. Si hay más asaltos es porque hay más plata en la calle. Si todos fuéramos pobres, no tendríamos qué robarnos. Hay un festival del dinero y, en el fondo, la delincuencia es una forma -un tanto brusca, pero muy efectiva- de distribución de la riqueza. Hasta Nueva York, la capital del capital, sufrió este flagelo y tuvieron que llamar a Giuliani para que la cosa no se desbordara. Acá, el trabajo se lo encomendaron a la Garré. Su primera orden fue que los policías enfrentasen sin armas a los vándalos, con lo cual no contribuirá a combatir la inseguridad, pero será una firme candidata al Premio Nobel de la Paz.
Invasión de tierras . Este es, a mi juicio, otro tema no debidamente evaluado. Yo veo la ocupación de predios como una manifestación más del fenómeno de la vida country . Nada de estar apretujados en densas concentraciones de cemento: la gente busca verde, busca espacios abiertos, un hábitat menos deshumanizado. Y cuando los vecinos de los terrenos invadidos protestan, no es por temor a ser rodeados por villas, sino por envidia. Piensan: cómo no se nos ocurrió a nosotros. Se ha hablado de una guerra de pobres contra pobres. Nada de eso: el Indec dice que cada vez hay menos pobres. Este es un enfrentamiento de ricos -por ejemplo, los que tienen sus edificios de cara al parque Indoamericano, que es el Palermo del sur de la ciudad- con nuevos ricos, que también aspiran a tener ese privilegio.
Inflación . Reconozco que este tema me tiene harto. Y dale que dale con la inflación. Por Dios, inflación era la de Alfonsín, de 300% diario. Ahora, en el peor de los casos, hay 25% anual. ¿Cuál es el problema, si también hay inflación de sueldos? A todos nos los ajustan eso o más que eso, gracias a Moyano. En un país donde todo se protesta, ¿alguien vio alguna vez un piquete o una manifestación contra la inflación? Hasta los del FMI vinieron, le hicieron una tomografía computada al Indec y se fueron bien calladitos porque no tenían nada que decir. Insisto con mi teoría: en un país que crece y crece, los precios no quieren ser menos. Pero no es grave. Grecia, Irlanda y España se derrumbaron y no tenían inflación. Algún día le levantaremos una estatua a Moreno, en la que no estará encima de un brioso corcel, sino de los precios.
Escasez . Es verdad: no hay nafta, no hay billetes y no hay luz (y en cualquier momento no va a haber más presos, porque se los roban de las cárceles). La explicación es muy sencilla. No hay nafta porque cada vez se venden más autos. No hay billetes porque, ¡por fin!, hemos llegado al Primer Mundo y la gente se maneja con dinero plástico (tarjetas) y cheques, y porque son millones las personas que hacen sus compras por Internet. El dinero papel es un viejazo. Huele a naftalina. En lo personal, yo hace años que no veo un billete de 100 pesos, aunque todos me aseguran que siguen existiendo. Y la explicación de por qué no hay luz no es económica, sino política: se trata de un complot de Duhalde, Macri y el Partido Obrero, los destituyentes de siempre. Pero los argentinos lo tienen muy claro: prefieren estar a oscuras que con esos iluminados.
Relaciones exteriores . A través de Twitter, Héctor Timerman ha llegado más lejos que ningún otro canciller en la historia del país. Nada de embajadas, cuyo mantenimiento además es carísimo: don Héctor acorta camino con un intercambio digital que es la envidia de todas las diplomacias del mundo. Y al ser público, neutraliza a WikiLeaks.
Congreso . No ha sido un año feliz, pero por culpa de los opositores. Tenían la mayoría, podían manejar el Congreso, y no lo hicieron. Es decir: no saben ser oficialismo.
Gabinete . El jefe de los ministros, Aníbal Fernández, que siempre ha sido un modelo de creatividad, ahora también lo es de resistencia. Le han sacado hasta la secretaria y el hombre sigue allí, enhiesto. De una persona a la que no le importa haberse vuelto tan insignificante siempre hay que esperar algo grande.
Comunicación . Gracias a los discursos de doña Cristina, verdadero adalid del relato posmoderno, este año el Gobierno se ha entendido directamente con la gente, sin la intermediación traicionera de la prensa. Mientras que a todos los políticos les gusta transar, rosquear, a ella le gusta hablar. Cuando la veo así, desviviéndose por un micrófono, me resulta enternecedora. Gobernar pueden gobernar muchos, pero hablar como habla ella, ninguno. Y ninguna.
Aunque esta contabilidad podría seguir, creo que no hace falta. Es una galería de hechos irrefutables. Miro el país y lo veo de pie, caminando, firme, orgulloso.
Alcemos nuestras copas para despedir el fructífero año que se va y recibir el que viene. ¿Cómo?? ¿Que no hay copas? ¿Que no hay champagne? ¿Que no vino nadie al brindis? Qué bárbaro: Duhalde y Macri son incorregibles. 

La Presidenta no cambiará de rumbo. Por Santiago Kovadloff


¿Año nuevo, vida nueva? El Gobierno parece empeñado en despertar expectativas favorables en un electorado que, hasta hoy, le es adverso. Se diría que quiere dar la impresión de que promueve un cambio atento a sus reclamos. ¿Fin de la autocracia? ¿Murió con Néstor Kirchner la necesidad de concebir el ejercicio de la política como beligerancia perpetua? ¿Enviudar significó también poner fin al ostracismo del sentido común? ¿Ante quién estamos? ¿Ante una presidenta liberada de una tutela despótica? ¿Ante una voz postergada que recupera protagonismo y se abre al diálogo con sus adversarios?
Quien rinda tributo a las apariencias y pase por alto lo decisivo, no dudará en afirmarlo. No confundamos, empero, las imposiciones de una inminente campaña electoral con las transformaciones sustanciales nacidas de un espíritu autocrítico. El Gobierno no cambiará de rumbo, aunque cambie de táctica. Sus más altos representantes tienen, si se quiere, el mérito de la constancia, pero no el de la sensatez, como bien lo prueba el estallido de los hechos recientes. Aferrada desde siempre al populismo, Cristina Kirch- ner optó por la inoperancia y puso al desnudo, otra vez, su afición a la demagogia. No encaró a fondo el problema de la vivienda y menos aún el de la pobreza; fue indiferente al auge del narcotráfico y alentó la justicia por mano propia al favorecer la acción directa donde debía imperar el Estado. Seamos francos: el año que despedimos no termina bien. Abundan los muertos sembrados por la violencia. Resalta la ausencia de la ley en la tramitación de los conflictos sociales. Los opositores aún no lograron dejar atrás el berenjenal de mezquindades que empobrece a la política. Crece el desierto conceptual donde deberían abundar las ideas.
Las dos últimas administraciones -la de Néstor Kirchner y la actual- no han contribuido a profundizar el tránsito desde el autoritarismo a la democracia representativa. Todo lo contrario. Reforzaron los mecanismos de intolerancia al disenso, despreciaron los partidos, se burlaron del federalismo, instrumentaron sin pausa la pobreza, respaldaron el sindicalismo extorsivo, manipularon las investiduras y la tarea parlamentaria. Sus logros parciales se opacan a la luz del caudal abrumador de sus transgresiones.
Si de honrar la memoria se trata, en vísperas de las próximas elecciones, no se puede menos que recordar qué rápido se evaporaron de la gestión de la Presidenta las inflexiones republicanas que poblaron su discurso de campaña en 2007. La Argentina política sigue siendo monótona en sus prácticas, a fuerza de ser repetitiva en sus propuestas. El repertorio de problemas que la afectan se reitera con la rigidez de lo invariable. Y la hora de las innovaciones imprescindibles demora su irrupción como un sueño nuevamente postergado. Con instituciones endebles y sin partidos políticos fortalecidos por la riqueza del pensamiento programático, la expectativa democrática no atina con el camino que potencie su esperanza.
La ineptitud demostrada por el Estado ante la violencia social en curso probó que el poder no está dispuesto a dejarse acotar por las imposiciones de la ley. Fue preciso que Néstor Kirchner desapareciera para que el gobierno nacional admitiese, si bien tardíamente, el trágico relieve alcanzado por la inseguridad social. Aun así, la Presidenta insiste en enmascarar la responsabilidad que le cabe a su gestión en lo que hace al crecimiento del vandalismo y el ahondamiento de la ilegalidad. Prefiere, una vez más, postularse como víctima de sórdidos propósitos desestabilizadores. Al proponerse como blanco de una conjura generalizada, Cristina Fernández busca inscribir los padecimientos que le acarrea su presunto progresismo en el centro de un acoso antidemocrático impulsado por el PO, Pro y un sector del Peronismo Federal, todos ellos caratulados como igualmente extremistas. De más está decir que el planteo, de tan viejo, huele a rancio y que recuerda una de las prácticas más usuales del fascismo. Si de ganar credibilidad se trata, Cristina Fernández ha optado por el menos rentable de los caminos. Jamás admitirá ella que el kirchnerismo lleva años subestimando las brutales evidencias del auge del narcotráfico, del aumento de la marginalidad y la expansión del delito urbano y suburbano. La patria piquetera y las banderas de la llamada democracia directa no tienen otro auspiciante que el Gobierno; un gobierno al que, por cierto, no amenaza un presunto acoso golpista sino el océano de contradicciones y oscuros intereses en que vive sumergido, la desconfianza que generan sus errores renegados y la falta de probidad que evidencia para desempeñar sus funciones en consonancia con un marco institucional bien afianzado. Nadie, ni aun sus más tenaces adversarios, desean otra cosa que verlo extinguirse al cabo de su legítimo mandato constitucional.
No pocas veces, la copa que alzamos cada fin de año simboliza el triunfo de la esperanza sobre las frustraciones que impone la experiencia. Hoy vuelve a ser así. El año 10, políticamente hablando, termina mal. Un oficialismo ciegamente aferrado a su incompetencia frente al drama social y una oposición todavía desarticulada que está lejos de haber revitalizado el papel de los partidos, ponen de manifiesto la fragilidad en que se encuentra la República. No obstante, como digo, la esperanza no quiere renunciar a su papel. Y es comprensible que así sea. Dejar de soñar con un país mejor equivale a resignarse a que la decadencia administre la historia.
Durante siete años, con su implacable intransigencia, el kirchnerismo contribuyó a que la inseguridad prosperara. La nutrió, la justificó y miró sin ver sus consecuencias, por no decir que lo hizo con soberbia. Ahora, desbordado por ella, accede a crear un ministerio para combatirla. ¿Ha descubierto que la mayor parte de la sociedad no quiere vivir fuera de la ley? No, por cierto. Lo que ha descubierto es que la transgresión de la ley amenaza con vulnerar su propia estabilidad; difícil tarea, la que se impone un gobierno que construyó su protagonismo subestimando lo que en estos días parece empezar a importarle. El oficialismo aspira a presentarse ahora como su mejor competidor. Quiere hacer olvidar su pasado con urgencia allí donde la conciencia de sus desaciertos es más profunda y perseverante. Y ello mediante un barniz innovador que seduzca al menos a una franja del electorado disidente.
Al igual que el oficialismo, los opositores han abundado y abundan en el culto de las apariencias. Sobran los postulantes a la más alta magistratura y faltan las convergencias veraces que privilegien las políticas de Estado sobre el fulgor de los postulantes. Tampoco a ellos les resulta fácil revertir la desconfianza sembrada. De manera que unos y otros deben generar credibilidad donde han diseminado tanta confusión y desencanto.
La lógica maniquea ha fatigado a la clase media. Ya es tarde para seguir practicándola con éxito allí donde la mayoría del electorado exige cordura y responsabilidad. Esa mayoría sabe que la lucha entre vecinos y usurpadores de terrenos -al igual que tantas otras a ella emparentadas- sólo cesará el día en que los desposeídos tengan la oportunidad de encontrar en la ley la oferta fundamental que el Estado les adeuda.
El año finaliza dejando a la vista esta gravísima confluencia entre la multiplicación de expresiones de la acción directa y la volatilización del Estado que retrasa dramáticamente el proceso de reconstrucción de nuestras instituciones. La República, sin ellas, linda con lo espectral.
Vale la pena repetirlo: una ola de disconformidad se abate por igual sobre el oficialismo y la oposición. Ella resulta de los reiterados desaciertos que una y otra han evidenciado en la comprensión de las necesidades colectivas. La gente del llano sigue sabiendo hoy, mejor que sus dirigentes, qué resulta indispensable para reconstruir el país. Nadie, en esa medida, reclama ya el fin de la política sino su perfeccionamiento, su marcha eficiente hacia el horizonte de la justicia, del sentido común y la pacificación. Acaso esta sólida evidencia sea, por lo medular, la buena noticia que cabe subrayar al terminar este año. 

BALANCE DE NOTICIAS 2011


Mafalda solía preguntarse de qué sirve un año nuevo si en verdad las cosas no cambian demasiado del 31 de diciembre al 1º de enero. ¿Por qué tanta importancia al “feliz año nuevo” si no habrá mucho que lo diferencie del viejo?


Sería ingenuo pensar que el año que viene puede ser mejor que este por el solo hecho de comenzar uno nuevo. La sensación de frescura o del “reseteo” de metas puede estar presente, pero lo que verdaderamente le da cierta magia al fin de año es el balance o la introspección que uno puede hacer de uno mismo y de la realidad que nos ha tocado vivir.
Tribuna comenzó este año con un nuevo formato y con diferentes complementos que maximizaron la participación del lector en el periódico. La incorporación de comentarios en los artículos sin necesidad de registro previo fue una de las nuevas características, contrastando con otros medios on line que fueron eliminando gradualmente este "privilegio" por diferentes razones —que miles de lectores con la expresión atragantada suelen lamentar, pero que desde este lugar consideramos casi tan importante como la información que se da a difundir—. Otro avance ha sido la apertura de espacios para compartir con los lectores, tanto en redes sociales como Facebook yTwitter, como en nuestro flamante canal de videos en You TubePor todo ello, y más, podemos jactarnos con bastante orgullo de ser el medio periodístico argentino que más interactúa con sus lectores.
Como corolario de un año bastante agitado, quisimos hacer un recuento de los episodios políticos, económicos y sociales que más retumbaron en el 2010, así como las notas que más dieron que hablar en el año y la manera en que se proyectaron en Tribuna y en los lectores.
En enero la crisis del Banco Central —con respecto al pago de vencimientos de la deuda pública con reservas de ese organismo—inundaba las tapas de los diarios nacionales. A comienzos de ese mes la presidenta Cristina Fernández le pidió la renuncia al —en ese entonces— titular del Banco Central Martín Redrado, quien fue el economista de cabecera del matrimonio K durante cinco años. Ese fue el punto de inflexión necesario para que dicho organismo dejase de ser autárquico y el Ejecutivo comenzara su cruzada como poder único y el manejo extorsivo a las provincias por la coparticipación, algo que ya había estrenado su antecesor, Néstor Kirchner.
Una especie de guerra —que no duraría mucho tiempo—se dirimió entre el Gobierno y Redrado en el mes de febrero, la cual hizo que se conocieran dos controvertidas listas de “amigos del poder” que compraron dólares, como el empresario mediático Daniel Hadad y también algunos de los connotados “enemigos” del Gobierno, como el Grupo Clarín. La segunda lista dio a conocer que en el año 2008, durante plena crisis económica mundial, Kirchner había comprado US$ 2 millones gracias a información privilegiada.
Para el 10 febrero —y por primera vez en esos últimos 20 días— ningún medio digital mencionaba en su título principal el conflicto en torno de las reservas del Banco Central. Inesperadamente, todos giraron su atención hacia la salud del ex presidente Néstor Kirchner, quien fue operado de urgencia a raíz de la obstrucción de la arteria carótida derecha. La salud de Néstor siempre fue un tema tabú en el Gobierno, sobre todo porque siempre fue más grave de lo que su médico particular declaraba en público. 
A fines del mes de febrero, la agitación del fantasma de Malvinas para obvio rédito político fue opacada por el lamentableterremoto que sacudió a Chile el día 27, y que cerró el mes con el triste mérito de haber sido el 5to movimiento telúrico de mayor magnitud en la historia reciente. El hecho tocó de cerca a este periódico, ya que el director de este medio se embarcó en una búsqueda desesperada por su amigo chileno desaparecido luego de la catástrofe, pero días después, felizmente encontrado.
A comienzos del mes de marzo, casi todos los diarios porteños realzaron las iniciativas de algunos partidos opositores paracontrarrestar la jugada oficial tras haber cuestionado la decisión de la presidenta de reemplazar el decreto de necesidad y urgencia (DNU) que creaba el Fondo del Bicentenario por otros dos decretos que también permitían el pago de deuda pública con reservas del Banco Central. Sin embargo —y con una lluvia de críticas— de este medio se anticipó una corta vida útil de la oposición. 9 meses después lamentablemente podemos decir que no nos equivocamos.
A partir de ese momento, Cristina sumaría al Poder Judicialen la lista de enemigos al “modelo”.
Cuando las tapas se inundaban de escombros por el terremoto de Chile, la agenda política-económica quedó desplazada por los incidentes ocurridos en la localidad bonaerense de Baradero, donde centenares de vecinos incendiaron la intendencia y otras dependencias públicas tras la muerte de dos jóvenes que iban en moto y que supuestamente eran perseguidos por agentes de tránsito. Recién nueve meses después, el 15 de diciembre último, Oscar Micussi, ex inspector de tránsito imputado en la causa por la muerte de Giuliana Giménez y Miguel Portugal declaró ante el fiscal por los hechos. Paradójicamente, dijo que en ese momento no había visto a los mismos chicos a quienes les ordenó detener la marcha de la moto en la que iba.
El mes de marzo cerró con la despedida al destituido juez Faggionato Márquez —la cual fue anticipada de forma exclusiva por este periódico— y con los fallos en favor del pago de deuda con reservas.
A mediados del mes de abril los principales medios se hicieron eco de las denuncias del ex representante argentino en Caracas, Eduardo Sadous, quien involucró al Ministerio de Planificación en el cobro de coimas a empresarios para hacer negocios en Venezuela. Dese este medio se publicó que el Gobierno conocía desde 2005 las denuncias de Sadous y así y todo se ocultó la corrupción. Hoy en día el expediente está cajoneado y la Justicia no se pronunció aún.
El mes de mayo nos sorprendió con una dura noticia para los que hacemos Tribuna (redactores y lectores). Se trata del fallecimiento del lector Rodolfo J. Fernández Durruty, alias Tutan Come Onávido comentador de este medio y quien varias veces añadiera sus peculiares acotaciones enriqueciendo con el debate a este periódico.
Mayo también nos mostró cómo el Gobierno fue capaz de adjudicarse un festejo patrio como propio, tal como lo fue el bicentenario del 25 de mayo. Aseveraciones tales como “la numerosa cantidad de gente en las calles durante los festejos demostró que los dichos sobre inseguridad son exagerados”, indicó que arrancamos el nuevo siglocuesta abajo.
En junio el Mundial de Futbol nos inundó de más futbol para todos y de sospechosos viajes de barrabravas a Sudáfrica, siempre funcionales a un gobierno que supo utilizarlos como fuerza de choque de numerosas protestas sociales. El evento distrajo a los políticos de cualquier medida posible, algo muchas veces agradecido ya que ocasiones como esas suelen ser aprovechadas para ciertas maldades. Sin embargo nos tocó la nuestra, una información exclusiva sobre un cadáver en la puerta de la SIDE que habría sido homicidio nos ocasionó un hackeo a nuestro periódico de parte de algunas personas que se sintieron incómodas con la investigación. “No sólo te bajaron el periódico sino que están pinchando los teléfonos de los periodistas que investigan el hecho”, nos confirmaba una fuente. Como siempre el webmaster del sitio, Diego Gentilezza trabajó incansablemente para poder restablecer la página como corresponde.
El séptimo mes del año fue uno de los más políticamente jugosos del año. Además de destacarse por la notoria y desmentida falta de gas en el país, se caracterizó por la ratificación del procesamiento de Mauricio Macri dictado dos meses atrás por el juez Norberto Oyarbide —en la causa por la presunta red de espionaje ilegal montada en el Ejecutivo de la ciudad de Buenos Aires— el cual llegó a todas las tapas y puso en segundo plano la discusión sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, convertido en ley por 33 votos favorables contra 27.
El frío mes cerró con el lamentable asesinato del bebé de Carolina Píparo —la mujer baleada en una salidera bancaria en La Plata— el cual moriría la primera semana de agosto. Actualmente hay siete detenidos, dos imputados y la familia de Carolina decidió irse del país al no encontrar garantizada su seguridad.
El 24 de agosto Cristina Kirchner emitió un vacío e innecesario discurso en el que presentó una denuncia penal para investigar la venta de Papel Prensa durante la dictadura y remitió al Congreso un proyecto de ley para declarar de "interés público" el papel de los diarios. Rebautizó nombres, confundió fechas y enredó lugares y términos legales. Tiempo Argentino fue el único medio que se refirió a la jornada como “histórica”.
El 11 de septiembre Néstor sufrió otras de las descompensacionesreferentes a su salud (la cuarta en los últimos 10 años). El patrón que siempre pareció actuar como desencadenante de esas recaídas fue el estrés, derivado inevitable de su agitada actividad política. El ex mandatario fue internado en la Ciudad de Buenos Aires y sometido a una angioplastía de urgencia a raíz de la obstrucción de una arteria coronaria.
Cuatro días después Néstor Kirchner volvió a la escena pública en el Luna Park, en un acto de la Juventud Peronista, encabezado a último momento por la presidenta Cristina Kirchner.
El mes de octubre se copó de caprichos y algunos hechos históricos. El día 8 Néstor Kirchner logró reunir en Río Gallegos a una decena de gobernadores para rechazar la decisión judicial de restablecer al ex procurador general de la provincia, Eduardo Sosa. En este medio, no sólo contamos por qué al oficialismo no le conviene la reposición de dicho procurador, sino las razones por la cual la provincia de Santa Cruz debía (y debe) ser intervenida.
Como una secuencia predestinada, a mediados de ese mes el vicepresidente Julio Cobos debió desempatar con su decisión una vez más en el Senado votando a favor del aumento al 82 por ciento móvil a las jubilaciones, Cristina Kirchner lo definió como "un vicepresidente ocupa". 24 horas más tarde, la Presidenta vetó dicho aumento a los haberes mínimos de los jubilados, manifestando que dicha iniciativa de llevarse a cabo, significaría “la quiebra del estado”.
Justo cuando pensamos que al décimo mes del año nada podía faltarle, la ola de violencia social elegiría el día 20 de ese mes para llevarse la vida de Mariano Ferreyra, militante del Partido Obrero, quien murió durante un ataque del gremio Unión Ferroviaria, cuando participaba de una protesta de los trabajadores tercerizados de la ex línea Roca. Por supuesto no faltaría la responsabilidad kirchnerista en torno a esa muerte. Desde el gobierno las explicaciones fueron tardías y vacías de todo contenido lógico posible.
Siete días después, el ex presidente Néstor Kichner murió a los 60 años en su residencia de El Calafate, en coincidencia con la jornada del Censo 2010. En ese momento, Internet mostró sus debilidades impidiendo la entrada a los principales diarios del país, Tribuna de Periodistas fue uno de los pocos medios que logró recuperarse rápidamente de los coletazos por el exceso de tráfico de visitas y casi el único que permitió comentarios a las notas sobre el acontecimiento. Una vez más, los hermanos Diego y Oscar Gentilezza supieron sacarnos del embotellamiento digital, sin perder el tráfico.
En ese momento, Tribuna abrió una pequeña ventana a la duda, o al menos a las preguntas sobre algunas cuestiones que no cerraron correctamente en torno a la desaparición de Néstor Kirchner. La ventana se transformó en pocos días en un receptor de las incertidumbres de varios argentinos; algo que por más que muchos periodistas pensaron, nadie se animó a publicar.
El 29 de octubre los restos de Néstor Kirchner fueron depositadosen el cementerio de Río Gallegos, luego de una extensa caravana de despedida que comenzó en Buenos Aires y continuó en Santa Cruz.
El mes de noviembre indudablemente se destacó por las filtraciones “en catarata” de la página WikiLeaks el día 28 de noviembre. A partir de ahí se destapó un escándalo a nivel mundial, mucho más cerca de una mesa de noticias de “Intrusos en la Diplomacia” que de provocar algún efecto político-económico mundial. En el ámbito nacional, las filtraciones repercutieron luego de que se conociera que la cancillería estadounidense pidió información sobre el "estado de salud mental" de Cristina Kirchner.
De la pluma de Christian Sanz, pudimos conocer la posibletrastienda de estas filtraciones. ¿Tan relevantes eran esos documentos? ¿Afectan de verdad los intereses de Estados Unidos? Al fin de cuentas pudo resumirse en una ridiculización a cierto arco político de EE. UU, no casualmente enfrentado a los centros de poder de ese mismo país.
Diciembre culmina presentándose como un furioso mes en cuanto a los estallidos de violencia muy bien aprovechados por la política en una especia de ley del más fuerte donde los pobres sin vivienda se quedan sin voz y los vivos siempre terminan muy bien parados.
El 7 de diciembre murieron cuatro personas en un violento desalojo mientras ocupaban el Parque Indoamericano de Villa Soldati. Fue una batalla salvaje en la que inquietó la ausencia política y el “dejar hacer” del Gobierno  mientras ocurrían sangrientos hechos en lso que Cristina —en simultáneo—festejaba un nuevo aniversario del día de los Derechos Humanos en una cadena nacional sorda e interminable.
Las tomas de predios que existían hace tiempo sacaron a la luzmedidos negocios con los planes de vivienda que ostenta el Gobierno nacional.
El día 10 de diciembre el Gobierno anunció la separación del Ministerio de Seguridad, del de Justicia y Derechos Humanos, dejándolo a cargo de Nilda Garré. Ese sería el comienzo de una andanada de claras sustracciones de poder al jefe de Gabinete Aníbal Fernández. En el festejo de un nuevo aniversario por los Derechos Humanos, se contabilizaban 7 muertos en 45 días por protestas.
El 14 de diciembre, los gobiernos de la Nación y la Ciudad acordaron un plan para superar la crisis por la toma de tierras, a través de un financiamiento conjunto de viviendas. Pero se vio superado porlas culpas echadas desde el flamante Ministerio, a Macri por los desmanes en las últimas protestas.
Un día antes de la Navidad volvió el fantasma de la violencia luego de verse durante siete horas el servicio del ex ferrocarril Roca interrumpido, y en la que un grupo de pasajeros comenzó con destrozos. Hubo heridos en un lamentable hecho que demostró la asiduidad de los diciembres convulsionados.
Desde la Casa Rosada, se sintetizó como otro episodio provocado por sectores políticos, acusando nuevamente a Eduardo Duhalde y Mauricio Macri cuyo objetivo sería "generar un clima de inestabilidad".
Al terminar de escribirse estas líneas se escucha la voz de fondo de la Presidenta en su última cadena nacional del año, propinando un saludo festivo en la que nos "invitó" a que, al momento de brindar por el nuevo año, pensemos en “el”; aún los que no simpatizábamos con sus formas. Ni una palabra pudo escuchársele sobre la carencia de nafta en las estaciones de servicio, la falta de luz en muchas ciudades abrasadas, de la inexplicable falta de billetes tan cercanas a las fiestas, ni del último saqueo a las arcas de PAMI para autofinanciarse (seguramente) políticamente; dejando un claro sello de su gobierno: ceguera y populismo.
Es nuestro deseo desde este periódico que, al momento de brindar, no haya desmemoria sobre todos esos hechos que omitió la primera mandataria. Nosotros, como los lectores ya saben, no nos olvidaremos de esas carencias; y seguiremos reclamando para que haya más justicia y menos corrupción.
Nada más por este lado, solo decirles muchas gracias por el aguante y feliz año para todos.

Eliana ToroEditora General de Tribuna de Periodistas