domingo, 30 de octubre de 2011

HUMOR POLÍTICO: Al fin solos, Compañera Jefa. Por Alejandro Borensztein


Listo. A cobrar. Compañera Jefa, lo logramos: ya estamos solos. Finalmente hemos ocupado todo el espacio político y hemos terminado con todo lo que hasta ahora amenazaba al kirchnerismo . Falta Majul y chau.
De todos modos, el mérito no es todo nuestro. Algo también ayudó la oposición. No hay que ser mezquinos con esos talentosos ególatrasque, con su incapacidad para acordar políticas comunes y deponer ambiciones personales, demostraron una gran habilidad para fraccionarse infinitamente hasta terminar dejando a la democracia renga , sin alternancia posible a la vista y sin contrapesos.
Salvo algunas excepciones como el Compañero Mauri, que se la vio venir a tiempo, o Altamira, que ha demostrado ser el trotskista más simpático del Cono Sur(simpático porque tiene el 2%, si llegara a sacar el 25% te quiero ver), el resto deberá ser reconocido por su invalorable aporte a esta catástrofe y volverse rápido a casita.
De hecho, estuve pensando que llegó el momento de que nosotros, los kirchneristas, nos hagamos cargo de este problema y organicemos nuestra propia oposición . La oposición que armó esta oposición es una vergüenza. Y no hay democracia sin oposición. No alcanza con un oficialismo rebueno como el nuestro. Hace falta que también haya algo enfrente. Por eso, Compañera Jefa, yo le propongo que hagamos un kirchnerismo oficialista y otro kirchnerismo opositor . Sin duda nosotros vamos a hacer una oposición mucho más exitosa que la que armaron esos inútiles. Tenemos gente, ideas, guita, suerte y el viento en la camiseta. Imagínese, en el entretiempo de Fútbol para Todos, sale un spot que dice“Entregamos 20.000 viviendas en Anillaco” , y al toque aparece otro que dice“Mentira, no sean ladris!! Hicieron la mitad de las viviendas que dicen haber hecho ”. Ambas con el logo de Presidencia de la Nación. O uno de esos avisos que dicen: “ Este año se inaugurarán 1.000 km de nuevas autopistas ”. Y a continuación otro que diga: “ Siiii… nuevas autopistas… entre Los Angeles y San Francisco. Acá seguimos con las mismas rutas pedorras de siempre ”. Todas con el escudito del Bicentenario. Sería un golazo. Le tapamos la boca a todos los que dicen que no hay pluralidad en los medios públicos y que los usamos para propaganda como si fueran del gobierno y no del Estado.
Piénselo. No puede fallar. Quién le dice, en el 2015 nos ganamos a nosotros mismos y seguimos 30 años más. Es más, usted debería ser también la Jefa de la oposición . Se despierta a la mañana y, mientras se peina, se mira al espejo y se discute algunos temas importantes, así garantizamos el diálogo constructivo con todos los sectores (que serían usted misma) y ya que estamos, cumplimos con la promesa de 2007 del famoso mejoramiento institucional que, con todo lo que tuvimos que hacer, se nos fue traspapelando y ya nadie se acuerda . Ya se lo dije una vez: no sea cosa que el mejoramiento institucional sea al kirchnerismo lo que el salariazo al menemismo.
Si usted no se quiere involucrar podríamos armar dos grupos . Uno encabezado por Scioli, Amado, tal vez Aníbal y quien le dice hasta De Vido. Y el otro con tipos más del palo de Abal Medina, Mariotto, la Cámpora, etc. El resto de la muchachada la podemos dividir, por ejemplo, con un pan y queso, como en los potreros . Débora Giorgi va para un lado, Filmus para el otro, Tomada se va con uno y a Barañao se lo lleva el otro, y así hasta que repartimos a toda la banda. Hagámoslo de la manera más pareja posible para que tenga gracia y sea competitivo (si no estamos siempre en la misma). ¿Le digo algo? Me huelo que esto va a ocurrir sin que siquiera tengamos que organizarlo. Es una especialidad de la casa: el peronismo adora estos bolonquis internos . Lo importante es que de esa forma podríamos tener oficialismo y oposición, todos enrolados en el campo popular y el proyecto nacional, y así sacarnos de encima a toda esa manga de oligarcas húngaros que se anotaron en las elecciones para competirnos , y los millones de rumanos, polacos, armenios, filipinos y escandinavos que los votaron.
Mientras tanto aprovechemos para hacer autocrítrica. Perdimos en algunos barrios de la Capital. Obvio, fucking fachos porteños . También perdimos en la Antártida, vio? Tiene lógica. Ahí no hay ni Frávega, ni Garbarino, ni cuotas ni nada (chistecito gorila, perdón). Yo no soy de los que subestiman al pueblo con el tema de los votos cuota y los LCD, pero por las dudas seguiría con la política de los electrodomésticos . No sea cosa que se nos corte la racha.
Tampoco me dormiría en los laureles. Nada es para siempre. Le recuerdo Compañera Jefa que hace sólo 14 meses , en agosto de 2010, le ofrecí y le vendí esta página para operar a favor del kirchnerismo desde el maldito, oligarca y búlgaro monopolio, con el compromiso de aportarles el 10% que faltaba para llegar al… 40%!!! Así venía la mano hace un ratito nomás, aunque nadie quiera recordarlo. El sube y baja es tan imprevisible como vertiginoso. Una lección no sólo para la política sino para la vida en general.
Ahora disfrutemos. Estamos en el sube. Ganamos. Y ganamos por algo muy simple: estamos mejor que en 2003, hay más laburo, mejores salarios y unos cuantos logros políticos, pero sepamos que la gente es rara .
Los mismos que votan por usted y se emocionan con el recuerdo del Jefe, también leen Clarín y miran Canal 13 . Y por supuesto compran dólares. Muchos dólares. Así de compleja es la sociedad argentina. Que a la falange escrachadora oficialista no le guste ver esta realidad, no quiere decir que no exista.
En fin, comienza una nueva etapa. No sé qué pensará usted Compañera Jefa, pero yo preferiría seguir llamándola Compañera Jefa . Es más canchero, más afectuoso, más canyengue, más popu, más arrabalero, más fuerza morocha, más cercano, más contemporáneo, más civilizado, más democrático, más tolerante, más conciliador, más simpático, más buena onda, más familiar, más divertido, más jodón, más Aníbal, más reconocible, más amplio, más amigable, más moderno, más Apple y más yo. Pero si de ahora en más hay que decirle Mi Reina, así será Mi Reina . No voy a ser yo el primer estúpido que venga a contradecirla después de este triunfazo.
Entre lo del domingo, lo del miércoles y lo del jueves, hemos pasado una de las semanas más emocionantes y conmocionantes de los últimos años . La felicito, Compañera Jefa. Perdón, Mi Reina. Bueno, no se, usted elige.

FUENTE: CLARÍN

sábado, 29 de octubre de 2011

El Gobierno congeló la ley de glaciares

 A un año de su promulgación la norma no se aplica
No comenzó el inventario de las reservas de agua en montaña


El segundo veto, el silencioso, fue más efectivo. Mientras las empresas mineras bloquean judicialmente la aplicación de la ley de glaciares, la Casa Rosada no cumplió los plazos para realizar el inventario que debía identificar las reservas estratégicas de agua en la Cordillera, para preservarlas. A un año de su promulgación, los objetivos principales de la ley, vetada por la Presidenta pero votada dos veces por el Congreso, continúan siendo letra muerta.
De hecho, la norma ordenaba completar antes de marzo el relevamiento de glaciares en las zonas donde se encuentran los megaemprendimientos mineros (que utilizan cianuro para separar el metal de la roca). El inventario no sólo no comenzó, sino que el titular del equipo técnico encargado de la tarea reconoció que los glaciares de las "provincias conflictivas" serán los últimos en ser relevados.
Para entonces, denuncian los ambientalistas, los emprendimientos mineros contaminarán o harán desaparecer los glaciares en peligro.
Los 18 artículos de la ley 26.639 desataron un feroz debate legislativo. Votada por unanimidad en noviembre de 2008, la norma impulsada por el diputado Miguel Bonasso fue objeto del primer veto total de Cristina Kirchner (el segundo fue para el 82% móvil a los jubilados), que consideró "excesivo" prohibir la actividad minera y petrolera en los glaciares.
El debate posterior estuvo marcado por las denuncias de organizaciones ambientalistas sobre los nexos entre las compañías mineras y funcionarios del Gobierno. En particular, los encuentros que la Presidenta mantuvo -antes y después del veto- con los máximos ejecutivos de la canadiense Barrick Gold, que explota en San Juan los yacimientos de Veladero y Pascua Lama.
Con el apoyo del senador kirchnerista Daniel Filmus, la norma volvió a ser aprobada por el Congreso -esta vez dividido- en septiembre del año pasado.
El texto prohíbe las actividades contaminantes en los cuerpos de agua y hielo -y sus zonas aledañas- y establece que el Inventario Nacional de Glaciares debe ser realizado por el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianiglia), que depende del Conicet.

EL MUESTREO

A su vez, obligaba a Ianiglia a comenzar en noviembre de 2010 el muestreo en las zonas donde existen actividades que pudieran ser contaminantes. El inventario de esas regiones, según la norma, debía presentarse en un plazo de 180 días, es decir, para el 30 de marzo de este año. Nada de eso ocurrió.
Desde su sanción, de hecho, la ley enfrentó la indiferencia glaciar de la Casa Rosada, que ni siquiera la promulgó: al cumplirse el plazo legal, el 28 de octubre de 2010, quedó promulgada de hecho.
La reglamentación debió esperar otros cuatro meses. Al presentarla, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, fue cualquier cosa menos contundente: sostuvo que en un año se iban a tener "algunas definiciones" respecto del análisis "que se empiece a hacer" y que "a los cincos años" se iba a contar con "alguna definición específica de lo que es el inventario".
Cuando se reglamentó la ley, en febrero, la Presidenta anunció en Olivos la entrega de 3.402.900 pesos para Ianiglia. Según pudo comprobar LA NACION, los fondos tardaron ocho meses más en llegar al instituto. De continuar las demoras podría perderse otro verano, la única época en que se puede hacer el relevamiento en la alta montaña.
Fuentes del sector minero, por su parte, dejaron en claro que la ley no afectó "en nada" sus proyectos. "No existen operaciones sobre los glaciares y la región periglaciar no fue definida en la reglamentación", argumentaron. Desde la Secretaría de Ambiente, a cargo de Juan José Mussi, no respondieron las llamadas de LA NACION.
"La demora implica una violación explícita de la ley. Lo que hace el Gobierno es mantener el saqueo y el veto de la Barrick", sostuvo otra de las impulsoras de la ley, la diputada Fernanda Reyes (Coalición Cívica).
Tras aclarar que el equipo de científicos de Ianiglia no es parte del conflicto político y que el compromiso del instituto es "establecer cuál es el área a proteger", su director, Ricardo Villalba, reveló a LA NACION: "No puedo a enviar a mis técnicos a donde son personas no gratas", en relación con las provincias mineras que rechazan la ley. En los yacimientos, por convenios estatales, las fuerzas de seguridad reciben su sueldo de las mineras. "Los lugares conflictivos deberán esperar", completó Villalba.
"Si siguen las demoras, cuando suban a la montaña, no van a encontrar nada", señaló el sanjuanino Carlos González, titular de la organización ambiental Inti Chuteh, que denuncia que las perforaciones (cateos) de las mineras en la montaña están funcionando como chimeneas que calientan y drenan los hielos cordilleranos.
"Ianiglia debe ir primero a los lugares en riesgo y Villalba debe hacer públicas las condiciones precarias en las que se hace el inventario", agregó Bonasso. "Que el relevamiento no haya empezado es complicidad de Cristina Kirchner", completó.
Sin ese inventario no se pueden establecer las actividades prohibidas, ni controlar las que se encuentren en ejecución. En otras palabras, sin ese inventario, el veto presidencial sigue vigente.

LA LEY Y LA REALIDAD

P.-¿Qué dice la ley 26.639?
R.- La norma prohíbe la liberación de elementos contaminantes y la exploración minera e hidrocarburífera en los glaciares y periglaciares; ordena realizar un inventario de glaciares completo cada cinco años, y obligaba a que, antes del 30 de marzo de este año, se relevaran las zonas prioritarias, donde existen emprendimientos industriales.
P.- ¿Qué sucede en la realidad?
R.- El inventario nunca comenzó y, por las demoras en la entrega de fondos y equipos por parte del Gobierno, se corre riesgo de que tampoco comience este verano (la única época en que se puede trabajar en la montaña). Por otra parte, las empresas y gremios mineros consiguieron una medida cautelar en la justicia de San Juan, que se encuentra desde hace meses en estudio de la Corte Suprema.
P.- ¿Por qué es importante identificar los glaciares?
R.- Son reservas estratégicas de agua dulce (contienen el 75% del cúmulo mundial), indicadores del cambio climático e íconos naturales. San Juan presentó un inventario provincial en 2010 que sólo incluye los glaciares descubiertos (no así los cubiertos y los de escombros). Con fondos provinciales, Ianiglia relevó la cuenca del río Mendoza.
Fuente:la Nación

UN ALEGATO EN PRIMERA PERSONA. Por Christian Sanz


La victoria de Cristina Kirchner es la postal de la tragedia para el periodismo


Finalmente, Cristina ganó. Nada nuevo bajo el sol, solo lo que se preveía. La gente festeja... ¿la gente festeja? Bueno, algunos al menos lo hacen.

No es el caso de este periodista, ni de quienes trabajan en este medio. El motivo es bien sencillo: desde que el kirchnerismo ha llegado al poder, los hombres de prensa hemos sufrido un hostigamiento fuera de lo común, a través de incesantes inspecciones,querellas penales, manipulación de la pauta oficial, hackeos informáticos y hasta amenazas directas e indirectas. Nada le ha faltado al oficialismo a la hora de hostigar al periodismo (puedo hablarin extenso en primera persona acerca de cada uno de esos tópicos).
Pretender en estas horas que alguien que ejerce el periodismo independiente se alegre por el triunfo del kirchnerismo, es ingenuo. Hay respeto desde este espacio, sí; especialmente hacia aquellos que votaron la continuidad de este modelo. Pero no más que eso.
Bastante han debido purgar los periodistas no oficialistas por los caprichos de un Gobierno que no tolera la crítica, que protege al extremo la corrupción de sus propios funcionarios y que solo escucha los dictados de su propio relato.
¿Le hace bien a la democracia semejante situación? ¿Acaso debe callar el periodismo frente al delito?
Si no hubiera habido prensa crítica en estos años, si solo existieran medios adictos al oficialismo, ¿hubieran explotado públicamente escándalos de la talla de Skanska, Southern Winds, Shocklender-gate, triple crimen, Antonini Wilson, mafia de los medicamentos, Indec, Inadi y tantos otros? ¿Qué tan saludable para el republicanismo argentino hubiera sido que todo ello no saliera a la luz?
Si avanza en la Argentina la idea de un periodismo militante, como quiere el kirchnerismo, donde los hechos fácticos pierden relevancia frente al avance de la “construcción del relato”, se diluye por completo la idea de lo que debe ser la prensa por definición. Paradójicamente, quien ha brindado uno de las mejores descripciones del “deber ser” de la profesión periodística ha sido Horacio Verbitsky, actualmente uno de los escribas más eficaces del poder K. “Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa. El resto es propaganda", advirtió Verbitsky antes de que los Kirchner llegaran al poder.
Esa frase tendría que estar enmarcada en la memoria de quienes hoy deshonran a la profesión a cambio de paladas de dinero proveniente de la pauta oficial. Hace unos años eran pocos periodistas, pero hoy abundan a través de varias docenas de medios de comunicación, especialmente aquellos vinculados a empresarios oficialistas comoSergio Szpolski, Gerardo Ferreyra, Rudy Ulloa Igor, Matías Garfunkel, Raúl Moneta, Daniel Vila y tantos otros.
La mayoría de esos colegas no duda en mentir cada día a efectos de agradar al poder de turno, a través de sitios como Télam, Radios Nacional, Belgrano y Del Plata; diarios El Argentino, Página/12, Tiempo Argentino y Miradas al Sur; y revistas El Guardián y Veintitrés. También hay muchos otros medios y programas de televisión —algunos de ellos producidos por Diego Gvirtz— que se encargan de hacer el mismo trabajo sucio. Siempre por dinero, ojo, jamás por ideología.
La prueba de ello es que esos conglomerados están al tope de quienes cobran dinero en concepto de propaganda del Estado. Peor aún, la mayoría de esos medios no podría subsistir si no los financiaran con grandes sumas de dinero.
En sentido proporcional al chupamedismo, quienes trabajan allí, jamás serán víctimas de amenazas, aprietes o querellas judiciales por parte del poder. Todo será color de rosa.
Es cómoda la situación de esos periodistas, pero también es egoísta. Solo les interesa su propio bienestar personal, aunque la sociedad explote ahogada por la corrupción imperante. Hay que mencionar que esto finalmente resultará cual búmeran que les volverá en contra más temprano que tarde. Solo hay que tener paciencia y memoria.
Finalmente, de más está aclarar que los que estamos alejados de esa postura, sufrimos el ataque permanente y hasta el intento de ahogo financiero por parte del poder de turno. Quienes siguen día a día lo que se publica en este sitio —nacido en el "lejano" 2003— han podido apreciar en más de una oportunidad de qué se tratan esos embates oficiales. A quienes recién lo conocen, basta que utilicen el buscador del mismo, ya que gran parte de esos ataques han sido denunciados judicial y periodísticamente.
En fin, es el precio a pagar por la coherencia del trabajo honesto y sin cambios de discurso. Es acaso el castigo que los periodistas independientes deberemos soportar durante otros cuatro años.
Por ello, la pregunta se torna inevitable: la victoria de Cristina, ¿merece algún tipo de festejo?

Christian SanzTwitter: @cesanz1

FUENTE: TRIBUNA

Pecado de pequeñez. Por Jorge Fontevecchia


En estos días se discute cuánto poder tiene la Presidenta. Los no kirchneristas se aterrorizan (el masoquismo también es una fuente de placer) al verla como una reina omnipotente capaz de hacer todo y más. Los kirchneristas, al descubrir que la palabra hegemonía que usaban contra los medios ahora se les aplica a ellos, tratan de mostrar que no es tan así porque se compensa la casi desaparición del poder de la oposición en el Congreso con la resistencia de los poderes permanentes, los no electivos, como –nuevamente– los medios, parte de la Justicia y parte de los empresarios. Aunque partes cada vez más pequeñas, incluyendo los medios.
Más allá de que al Gobierno le guste hablar de la/s Corpo/s como el verdadero poder, el “permanente”, los poderes no electivos terminan cambiando de mano cuando el poder electivo es hegemónico porque no resisten continuos embates sin el apoyo de la división de poderes (electivos). Y no sería excesivo reducir el problema, o su origen, a la falta de una oposición que pueda ser alternativa de gobierno.
El poder (siempre relacional) es el resultado de sumas y restas entre fuerzas que contraponen. Si Menem, en muchos aspectos alguien verdaderamente impresentable, con una economía menos favorable para la Argentina, obtuvo 51% de los votos en su reelección, en el 54% de Cristina Kirchner no está su hegemonía sino en haber logrado que la oposición se fragmentara en cuatro sectores con cantidad de votos comparables y no en dos, como había sido frente a Menem cuando había un peronismo disidente y un no peronismo. Dos se podían llegar a juntar, como sucedió con la Alianza; cuatro es más difícil. Agregando dos complejidades: que se suma para fragmentar el PRO de Macri, que abreva en ambas fuentes: la del peronismo disidente y la del no peronismo; y que el peronismo disidente de los 90, al ser progresista, era más afín al no peronismo mientras que el peronismo disidente actual produce discordias con el radicalismo o el socialismo, como lo demostró De Narváez.
Que la oposición (electiva) sea tan débil tiene también una explicación kirchnerista y otra no kirchnerista. O se podría decir: una que culpa al Gobierno y otra que lo exime (como dijo Laclau: ¿qué culpa tiene el Gobierno de una oposición tan débil?). La que acusa al Gobierno es muy simple: los argumentos de la explicación que responsabiliza a la propia oposición por su pequeñez son una consecuencia de un contexto provocado por la vocación hegemónica del kirchnerismo. Causa o consecuencia, vale la pena su análisis.
El pacto tácito entre la gente que vota y la oposición que recibe sus votos es que serán oposición para luego ser otra cosa y no para ser oposición toda la vida. Que la oposición es un tránsito hacia el gobierno. Si los votantes perciben que la oposición no quiere hacer los esfuerzos necesarios para ganar y que se siente muy cómoda siendo oposición, algo del pacto se rompe.
Esta crítica les cabe a todos. El caso de Carrió es el más emblemático porque pasó de ser la fuerza de la oposición más votada en 2009 a la menos votada en 2011 y porque su evidente rechazo a cualquier puesto ejecutivo (podría haber sido jefa de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires) dejó al descubierto que aunque se candidateara para presidente prefería el papel de fuerza testimonial en el Congreso. Duhalde y Rodríguez Saá son otro ejemplo evidente de candidatos cuya felicidad se reducía a tener una cuota de protagonismo que les permitiera mantener cierta vigencia. Lo mismo Binner, que también por edad el año 2015 le está casi vedado, sabe que el socialismo sin el radicalismo no podría ser alternativa de gobierno pero se lo percibe inmensamente satisfecho con el 15% que le permitirá recordar que una vez fue el segundo argentino más votado a presidente. En la franja etaria opuesta, Macri no se dedicó en serio a construir territorialmente fuera de la Capital y sus zonas de influencia; quizá nunca lo hubiese logrado porque construir un partido nacional es una tarea de décadas que normalmente excede el ciclo de vida de una persona, pero en cualquiera de los casos demostró que no tuvo esa voluntad de poder y también se sintió muy feliz siendo reelecto en la Ciudad. Y en el caso de Alfonsín, al revés de los cinco políticos anteriores, donde el candidato es más que su partido, hay que analizar a los radicales y no a su cabeza de fórmula: el radicalismo está también satisfecho siendo la segunda fuerza en el Congreso Nacional y con la vasta red de intendentes y desarrollo territorial de la UCR, por eso las internas son más vibrantes y disputadas que las elecciones presidenciales.
Una de las señales donde se percibe que todos los partidos de oposición asumen que seguirán siendo partidos de oposición es el foco principal que colocan sobre el republicanismo al momento de denunciar al Gobierno. No es que sea un tema menor, pero obviamente es mucho mayor para aquel que está en la oposición y se imagina que seguirá estando. Quizá el peronismo se ha preocupado menos por el republicanismo porque siempre se vislumbró al frente del Poder Ejecutivo.
La preocupación de la oposición por el republicanismo y la denuncia al peronismo gobernante por su incumplimiento emparenta a la oposición con los medios. No es que los periodistas se hicieron políticos, sino que muchos políticos se hicieron periodistas e hicieron de la denuncia y la crítica su única razón de ser. La sociedad les pide a los periodistas que sean ese perro guardián (por lo menos se lo pedían antes y se lo siguen pidiendo en todas las democracias más o menos avanzadas del mundo). Pero el papel de la oposición no es la queja sino la construcción de una alternativa de poder. Quizá la proliferación de los medios audiovisuales hizo que muchos políticos confundieran su papel de elenco estable de programas de televisión, casi “periodistas”, con el de políticos. Confusión que aprovechó Néstor Kirchner para confundir a los medios con partidos políticos, aunque, como bien ha demostrado el resultado de estas elecciones, son actividades que comparten el foco de interés pero muy poco tienen que ver en sus prácticas.

Fuente: Perfil

El sueño dorado: un país sin opositores. Por Carlos M. Reymundo Roberts


La Argentina se ha dado, por fin, un sistema político que si no es perfecto se le parece mucho: un país sin opositores. Sin opositores que realmente se opongan, digo. Un país con mucho gobierno y ningún contrera. ¿No se les hace agua la boca?
En mis tiempos de estudiante universitario, un profesor de teoría política nos explicaba que la democracia ideal era la de Estados Unidos, con sólo dos partidos fuertes y una política de Estado común para las grandes cuestiones. Qué equivocado estaba. El mejor sistema es éste: un solo partido (el de mi Presidenta y líder espiritual), una sola política de Estado, un Congreso donde la gran mayoría piensa lo mismo, una Justicia que en lo fundamental acompaña.
A los puristas de la división de poderes, a los amantes de los contrapesos, les pido que se abstengan. Después de haber sufrido tantos enfrentamientos nos merecíamos una panzada de uniformidad. Los argentinos podemos sentirnos orgullosos porque ahora nuestro esquema de gobierno recontra fuerte, oposición recontra insignificante y ausencia de instancias de control nos equipara a tres grandes democracias: las de Venezuela, Ecuador y Bolivia. Es decir, vamos bien.
El estallido de la oposición ha sido un proceso interesante. Algunos se vinieron con nosotros al ver el frío que hacía afuera y lo bien que estábamos haciendo las cosas. Es el caso de Felipe Solá y muchísimos más. Otros, como Macri, como Reutemann, se dieron cuenta de que era inútil y se guardaron. Otros también se dieron cuenta de que era inútil y pactaron. Estoy pensando en Alberto Rodríguez Saá, cuya ruptura con Duhalde casualmente nos fue muy funcional. Otros, como Binner, piensan bastante parecido a nosotros y de hecho han acompañado nuestros principales proyectos en el Congreso. A otros, como Menem, bastó con mostrarles el abismo. Están también los casos de De Narváez, Lilita y Pino, enternecedores en su esforzada búsqueda de arruinarse, algo que finalmente consiguieron. Aunque muy distintos, los tres tienen un rasgo común: pensaron mucho en ellos. Por último, son legión los opositores que se suicidaron, y no doy la lista porque es interminable, pero está llena de radicales.
¡Oh, qué descuido! Me estaba olvidando de Scioli . Es el tipo de opositor -en este caso, interno- que odia oponerse, salvo que no haya más remedio, pero él siempre encuentra remedio. Siempre encuentra una farmacia de turno. Y si no, se la encontramos nosotros.
Tampoco quedan ya casi opos en el mundo de los negocios (no digo que no los haya, pero llegaron a la conclusión de que es mejor callarse y hacer negocios), los curas se cansaron de sermonearnos y muchos intelectuales y periodistas que antes nos ladraban ahora se nos acercan, sumisos, y nos piden perdón.
Hasta familias patricias de Callao y Alvear han depuesto las armas. Como dijo días atrás una señora de rancia estirpe -rancia estirpe, rancia estancia en la pampa húmeda y rancia casa en Punta del Este-: "A mí me va bien, a mi marido le va bien, a mis hijos les está yendo bien. Yo la voy a votar".
Otra, tan distinguida como la anterior, llegó a la misma conclusión, pero por otra vía: "Cristina será todo lo que quieras, pero la oposición es peor". Esta señora debe de estar ahora contenta, porque ya no hay más opositores malos. Tampoco buenos. Sólo nos quedan unos poquitos adversarios, desperdigados, confundidos.
Un país enorme, lleno de riquezas y posibilidades, se pone así bajo nuestros pies. El Parlamento es nuestro tesoro. Con mayoría en las dos cámaras , basta de sesiones hasta las 6 de la mañana y votaciones infartantes. Basta de legisladores que se acusan, insultan y pegan. Basta del estrés de tener que sacar leyes a punta de amenazas o favores. Basta de salir de urgencia a cazar diputados y senadores. Qué lindo va a ser legislar para el poder y tener todo el poder para legislar.
¿Queremos un presupuesto? Lo tenemos. ¿Queremos repartirnos los cargos importantes en las comisiones? Lo hacemos. ¿Necesitamos neutralizar cierta denuncia de corrupción? Formamos una comisión de investigación dominada por nosotros. ¡Qué espectáculo! El mundo nos envidiará: pariremos un Congreso que parirá leyes sin dolor.
No voy a decir, porque no me creerían, que todo este proceso nos salió gratis, pero lograr la amalgama es siempre una buena inversión. La gente quería eso: paz y amor, menos divisiones, menos peleas.
La gente quiere trabajar, ahorrar, darse algunos lujos. En fin, vivir. No sufrir. Por eso es precavida. Incluso hay algunos que compran dólares. Con los tiempos que corren en el mundo, no está mal. El país va muy bien, pero, es entendible, hay que tomar recaudos, y el dólar siempre ha sido un buen refugio.
Claro que ya son demasiados los que están comprando dólares. Les estamos poniendo mil trabas y no hay caso, siguen comprando. Les llenamos la City de policías, gendarmes y prefectos, y nada. Che, muchachos, paren un poco. Esta fuga de divisas es muy peligrosa. No jueguen con fuego. Che, ustedes son los mismos que nos votaron. Sean coherentes. No sean irresponsables. ¡Please, no nos abandonen!
La pucha, tengo un presentimiento espantoso: nos están saliendo opositores donde menos esperábamos.
FUENTE: La Nación

martes, 25 de octubre de 2011

Todo el poder en su mano. Por Santiago Kovadloff


La profunda asimetría entre el partido victorioso y la profusión de los vencidos es grave. El sistema republicano llegó manco a las elecciones y sale de ellas igualmente lisiado. La concentración de poder por parte del Frente para la Victoria alcanza, a partir de ahora, dimensiones inéditas. Si la democracia representativa implica un sistema de partidos, no puede menos que admitirse que esos partidos no son hoy sino una sombra. ¿Qué control real sobre las previsibles desmesuras del oficialismo será practicable en estas condiciones?
Es cierto que el oficialismo no puede ser responsabilizado por la decadencia de la oposición. Pero no deja de ser significativo que no haya manifestado durante la campaña la menor preocupación ante esa decadencia, es decir, ante los efectos perniciosos que ella tendrá sobre la vida institucional del país.
Nadie fue a votar anteayer como lo hizo el 14 de agosto. El 23 de octubre no encerraba incógnitas significativas. La verdadera incógnita para muchos es la que promueve el resultado de la elección. ¿Con todo el poder en su mano, el oficialismo buscará la mesura o profundizará la confrontación?
El nombre de Néstor Kirchner sigue siendo decisivo. Lo colma de valor simbólico un trabajo de inconfundible artesanato peronista. En consonancia con él, es más que factible que Cristina Fernández insista en presentarse, tras esta victoria arrolladora, como la módica ejecutora de sus convicciones más íntimas y de su incomparable clarividencia política. No es así, sin embargo. Ella ha logrado lo que él no logró. La tragedia personal le abrió a la Presidenta el camino de la épica. Cristina Fernández demostró, con su creciente autonomía y su indiscutible habilidad retórica, que era capaz de hacer de él su obra maestra y transformarlo en un gigantesco emblema orientador de la sociedad mientras, al unísono, lo disolvía como el severo tutor de sus días. Vertebrada por la exaltación del recuerdo y el dolor compartido con su pueblo por una pérdida personal irreparable, la figura de su esposo se desvaneció materialmente para ganar estatura mitológica. Ahora, mediante un triunfo electoral avasallador, la Presidenta consuma la conversión de la memoria de su esposo en la fuente orientadora de sus aciertos y en el estandarte de una sociedad en marcha hacia su redención. En otras palabras: con esta victoria aplastante de su viuda, Néstor Kirchner pasa a ser definitivamente un paradigma y Cristina Fernández, a su vez, una contundente realidad.
Esa victoria es igualmente singular por ser la de alguien reconocido tanto emocional como económicamente por quienes la votaron. A la gratitud que despierta su figura en buena parte de un electorado que sumido en la pobreza no se ahoga ya en la miseria, poco le importan los procedimientos mediante los cuales se lo respalda como se lo hace ni cuál será la perdurabilidad real de esta política de regalías. Menos aún importan esos procedimientos entre quienes se gratifican con la abundancia súbita del consumo. Entre los pobres triunfó el clientelismo y no el ejemplo de Toti Flores. En la clase media, la disconformidad de ayer fue barrida por los buenos vientos de la abundancia. El carpe diem horaciano es en ella un mandato indiscutible.
Nunca una elección presidencial reflejó tan hondamente la dificultad argentina para construir un bipartidismo significativo, es decir, un bipartidismo en el cual quien saliera derrotado no dejara por eso de representar a un sector amplio y compacto de la sociedad. E, igualmente, un bipartidismo en el cual quien saliera victorioso no viese facilitado, por su triunfo, el tránsito hacia el monopolio del poder.
¿Quiénes y qué resta en pie en la orilla del disenso? La tenacidad de un periodismo que no se concibe sino ejerciendo su libertad crítica y una opinión pública diaspórica y principista, pero sin dirigencias capaces de aglutinarla en torno a un liderazgo imantado por el don de persuasión. Una tenue excepción reluce en ese horizonte ganado por la opacidad: el Frente Amplio Progresista. Una propuesta que pareciera emerger, lenta y módicamente, del orden metafórico que ocupó hasta hoy en el plano nacional para ingresar a la realidad, es decir, a un orden de representación algo más amplio y efectivo. ¿Coincidirán el fervor de muchos de los que lo votaron con la perseverante y ardua tarea que deberá emprender el FAP para ganar el peso electoral que exigirán los desafíos del año 2015? Lo mismo cabe preguntarse con relación a Pro.
En la Unión Cívica Radical en cambio ha triunfado Cronos. Los hijos no han podido con el padre y han terminado devorados por la fe desmedida en los beneficios del parentesco sin poder hacer suyas las virtudes de la singularidad.
Eduardo Duhalde pasará a la historia como el atinado presidente que supo ser en un tiempo en el que la insensatez lo gobernaba todo. No fue ni será el dirigente que derrotó al kirchnerismo.
Elisa Carrió, que supo nuclear a su alrededor a un grupo formidable de figuras rebosantes de integridad y aliento protagónico, termina como los iracundos del Infierno dantesco: destrozándose a sí misma a dentelladas tras haber contribuido a despedazar todo lo que la hubiera podido enriquecer.
Me temo que en este escenario caracterizado por la falta de equilibrios parlamentarios la Argentina nacerá, a partir del próximo mes de diciembre, no a un nuevo orden político sino a una intensificación desusada del orden político vigente. En él, las prácticas monopólicas del poder y el liderazgo férreamente personalista encontrarán, es previsible, escasas barreras para terminar de imponer sus criterios. No obstante, nadie deberá mirar hacia el kirchnerismo para señalar a los primeros responsables de esa desproporción. El kirchnerismo no es sino el producto terminal de una transición incumplida desde el autoritarismo hacia la democracia republicana, de la injusticia social a la sociedad del trabajo y la educación.
Es más que probable que, a partir de aquí, se inicie la construcción abiertamente sistemática del kirchnerismo como doctrina llamada a asimilar y disolver en su seno las enseñanzas culturales del peronismo. De su rotunda fortaleza política extraerá el kirchnerismo ahora su más ambicioso arsenal conceptual. Irá por la educación para moldearla a su solo criterio. Irá por la información para profundizar el descrédito de toda disidencia. Lo hará como lo ha hecho ya con tantas cosas. Con los derechos humanos y con el Consejo de la Magistratura, entre otras. ¿Por qué se desprendería de la unilateralidad ahora que todo lo puede?
Cuesta creer que, tras ocho años de intransigencia kirchnerista en la materia, la presidenta reelecta vaya a optar por la interlocución y la convivencia con quienes no comparten sus convicciones. Bueno sería que lo hiciese. Pero el voto mayoritario acaba de convalidar su concepción y su práctica del poder y, en ellas, el ejercicio del verticalismo es central.
El populismo no derrotó al sistema de partidos. Se impuso donde éste ya no existía. A la mitad del espectro electoral que concurrió a esta elección no se le ofreció una alternativa confiable para competir con el oficialismo. Podía perder con cualquiera de los muchos que integraron el arco de propuestas anémicas a disposición. Pero no podía ganar con ninguno.
Hace ya mucho que la Constitución está en manos de los hombres y no los hombres en manos de la Constitución. Admito que no siempre la experiencia es buena consejera pero, en las actuales circunstancias, opto por lo que ella enseña. Estoy persuadido de que la Presidenta seguirá las lecciones impartidas por su esposo y, una vez más, acomodará las imposiciones de la ley a sus necesidades. Lo previsible, por eso, es el rumbo que seguirá la gestión desplegada por el próximo gobierno. Imprevisible, en cambio, es el destino de la oposición, es decir, el porvenir de un sistema de controles republicanos que asegure la subsistencia del pluralismo y supere su actual irrelevancia. Otra lógica, más abierta a la negociación y menos beligerante, deberá gobernar las relaciones entre mayorías y minorías si se aspira a refundar en el país el valor de las instituciones. Cabe preguntarse, finalmente, si es a eso a lo que se aspira.
Fuente: La Nación