sábado, 5 de enero de 2013

Un glorioso himno en tributo a la Presidenta. Por Carlos M. Reymundo Roberts

 En esta columna, la última antes de mis vacaciones, quería rendirle un especial tributo a Cristina, entre otras cosas porque estoy en deuda: casi no he podido ocuparme de ella en todo el año. Sé que la señora detesta ser el centro de un homenaje, pero no me resisto a saludarla como corresponde: con párrafos que me expresen y la expresen, con un texto que, surgido de mis pliegues más íntimos, sea testimonio de gratitud y admiración.
Cuando me enteré, esta semana, de que al sencillito gobernador de San Juan, José Luis Gioja, le habían dedicado un himno, me dije: ¡eso, un himno! Yo escribo la letra (por Dios, qué honor) y le pido a Fito que se encargue de la música. Bueno, no sé si me va a alcanzar para pagar la millonada que pide Fito cada vez que lo convocamos. Ha logrado que su kirchnerismo y su cuenta bancaria convivan muy bien. En fin, estoy seguro de que a alguien voy a encontrar.
Por lo tanto, puse manos a la obra. Escribí tres días y tres noches sin parar, borrando y volviendo a empezar, hasta que, creo, concebí una pieza original, profunda, visceralmente comprometida. Una suerte de oda, una canción apasionada. Se la dedico a ella, por supuesto, pero quiero compartirla con todos ustedes. Sólo pido que cuando sea reproducida en la prensa internacional y en las redes sociales se cite al autor. Aquí va.
Cristina, Cristina, Cristina. Gracias por reinventar la Argentina / Cristina, líder de todos y todas. Gobernando usted, solita y sola / Es la Presidenta que enseña a toda hora. Economista, psicóloga, cocinera, historiadora / La que predica la paz y armonía. La que vive esos valores noche y día / Gracias por estos años de consumo y crecimiento. Por tenernos a los saltos a cada momento / Por invitarnos a recorrer el futuro. Y decirnos que sin usted será muy duro / Por buscar la re-re a pesar de la Constitución. Que una ley no le corte las piernas a la revolución.
Gracias por Boudou y por Moreno. Por La Cámpora todoterreno / Por Jaime y por De Vido. Lástima Once, crueldad del destino / Gracias por el tren bala. La idea no era mala / Por el Indec y por Oyarbide. Que hacen lo que usted les pide / Por Aerolíneas, YPF y la Rural. Faena de una expropiadora serial / Por Kicillof, el ilustrado. Al que en cualquier momento le cuelgan el cartel de buscado / Por Abal. Un intelectual. Menos mal / Por encumbrar a Mariotto. Y después apagarlo con el control remoto / Por hacer de Sabbatella un erudito del derecho y la comunicación. Que pierde todas las batallas con entusiasmo y abnegación / Por Felisa Miceli y su bolsita feliz. Dejada en el baño por un desliz / Por deshacerse de Schoklender, Eskenazi y Moyano. Socios a los que se les fue la mano / Por tenerlo a Scioli bien cortito. Estos motonautas son muy rapiditos / Por Luis D'Elía. Respeto, tolerancia, alegría. Lo mejor de nuestra cría.
Gracias por olvidarse de corregir Ganancias. Un impuesto sin ninguna importancia / Por el cepo cambiario y el cierre de fronteras. Por llevarse los dólares afuera / Por aligerar las reservas del Banco Central. Siempre hay deudas que pagar / Por explicarnos cómo se supera la crisis de la energía. Con fina sintonía / Por presionar a los jueces. Una y mil veces / Por Puerto Madero. Que creció con nuestro dinero. / Por ocultar información sensible. Lo que hace a la realidad más digerible.
Gracias por Fútbol para Todos y la TV del Gobierno. Que nos muestra el Cielo y nos ahorra el infierno / Por la fabulosa cadena de medios oficiales. Que nos hace olvidar de todos los males / Por Barone y Víctor Hugo. Periodismo duro / Por la prensa militante. Cuestionadora y equidistante / Por la ley de medios, que democratiza el mensaje. Por el relato, que es una forma de aprendizaje / Gracias por reescribir la Historia. Por domesticarnos la memoria.
Gracias, Cristina, por el giro exterior profundo. Por apartarnos de los malvados de este mundo / Gracias por Chávez, Evo, Correa, Vietnam y Angola. La Argentina ya nunca estará sola / Por la cadena nacional. Cada vez más popular. / Por su palabra. Que es como un abracadabra.
Gracias por reinaugurar lo ya inaugurado. Por si lo hubiésemos olvidado / Por exhibir en Georgetown y Harvard su templanza. Y por advertirnos del horror de La Matanza / Por su coquetería. Por estrenarnos algo cada día / Por el turismo de aventura en la Fragata Libertad. Para que los marineritos se formen de verdad.
También le agradecemos por denostar a la oposición. Gente que no tiene solución. Un país sin opositores evita males mayores / Por perseguir a los críticos con todo el peso del Estado. Con la AFIP, la SIDE y los teléfonos pinchados / Por alertarnos sobre la plaga de golpistas. Médicos, monjas, zapateros, periodistas / Por explicarnos que las góndolas saqueadas fue obra de turbas organizadas / Por la ola de inseguridad. Como somos víctimas todos, es una forma de equidad / Por la crisis de la construcción. Ingenioso recurso para combatir la polución.
Gracias por jugar fuerte. Cueste lo que cueste / Por la hegemonía y el autoritarismo. Que se enteren: esto no es más de lo mismo / Por el "vamos por todo". No importa el modo / Señora, por esta era de libertad y democracia sólo podemos decirle ¡muchas gracias!
Ahora que lo pienso bien, creo que no le hace falta música.
FUENTE: LA NACIÓN