sábado, 30 de junio de 2012

El drama del dueño de Nucete: "A los 83 años no tengo para los sueldos" - Economía - Perfil.com

El drama del dueño de Nucete: "A los 83 años no tengo para los sueldos" - Economía - Perfil.com


El aceitunero se quejó por las trabas en las importaciones a Brasil y dijo que la AFIP los "trata como delincuentes" Audio.

El empresario José Nucete, dueño de firma de aceitunas Nucete, se quejó esta mañana porque la política económica que encabeza el gobierno está“destrozando las economías regionales”.

El dueño de la empresa hizo estas declaraciones un día después de la reunión con la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri y su par brasilera, Tatiana Prazeres, que terminó a los gritos: "Está complicada, muy complicada la planta. Recién estaba escuchando el episodio de ayer en Mendoza. No sé en qué va a quedar. Se enturbia la situación".

Según Nucete, “la inflación terrible que es lo que mata a un país. La inflación que hay en el país es la peor que hay en el peor país de Africa”, comparó. Al borde de llanto, en diálogo con radio Mitre, el empresario de 83 años dijo no tener “plata pagarla a las 500 familias” que sostiene si el cierre de las importaciones a Brasil se mantiene.        

“La AFIP nos trata como delincuentes y no damos abasto de pagar sueldos y todo lo que la AFIP nos exige pagar. ellos lo que quiereN es recaudar. No les interesa de dónde ni de qué manera. Estas son las sábanas cortas”, aseguró Nucete.
Por su parte, el Gobierno declaró que "el ingreso de aceitunas a Brasil fue flexibilizado para las empresas que solicitaron su permiso de ingreso del producto a ese país, aunque continúan las negociaciones"para el resto de los productos", según indicó el ministro de Agroindustria y Tecnología de Mendoza, Marcelo Barg.
"Si bien no terminan las negociaciones puedo decir que el gesto de otorgar las licencias para el sector olivícola nos permite avizorar una enorme expectativa para que se gestionen en tiempo razonable los plazos para el resto de los productos de Mendoza", dijo.
Sin embargo, la visión de Nucete es otra. En su experiencia como empresario, agregó, jamás vivió “un momento como éste. En una Argentina tan rica, dan ganas de llorar. Yo la he recorrido de punta a punta, conozco mucho mundo y sé que la Argentina da para mucho más”.

lunes, 25 de junio de 2012

EL IMPUESTO A LAS GANANCIAS Y SUS DEDUCCIONES. Por Antonio Hugo Figueroa



La generalización del uso del impuesto a la renta como parte del sistema impositivo de los países se produjo a la finalización de la I Guerra Mundial. Origen en la Argentina y la situación presente del mínimo no imponible

En el Reino Unido, cuya primera aplicación data de los tiempos de la Revolución Francesa, fines del siglo XVIII, los contribuyentes ingleses lo calificaban como un "impuesto atroz, digno de Robespierre".
Sin embargo, el impuesto hoy es parte, como en el resto del mundo, de todos los sistemas impositivos de los países democráticos, aunque en el Reino Unido su vigencia, por esas particularidades de los británicos, se renueva anualmente. Es el impuesto más representativo del sistema democrático de gobierno.
A ningún país serio se le ocurriría eliminar el impuesto a la renta de su sistema tributario. Sin embargo, en nuestro país, el ministro Cavallo propuso –1991– su derogación y reemplazo por una extraña forma de imposición.
Poco más de un año después, el Congreso de la Nación, en un rapto de sentido común poco frecuente en ese ámbito, devolvió el singular proyecto al Poder Ejecutivo Nacional.
Nuestro país, en tiempos en los que tenía la condición de tierra de promisión, allá por 1910, debatió acerca de la incorporación del impuesto a la renta dentro del esquema tributario nacional. Empero, el impuesto se introdujo –a los réditos– en 1932.
La incorporación al esquema tributario local fue en carácter de emergencia, pero el impuesto, como no puede ser de otro modo, forma parte permanente del esquema tributario nacional.
En rigor, el carácter de emergencia obedece a la distribución de potestades entre la Nación y las provincias (art. 121 de la Constitución Nacional), destacándose que, de manera excepcional y por un tiempo determinado, el Congreso de la Nación puede imponer contribuciones directas, esto es, con carácter transitorio y en razón de causas especiales (art. 75, inc. 2, CN).
Un reclamo natural
En los días que corren –en rigor, hace un tiempo a mi juicio demasiado prolongado–, la sociedad argentina, diversas entidades profesionales, el sindicalismo y el sector político opositor, con buen criterio y con adecuado sentido de justicia tributaria, reclaman por la actualización de las deducciones personales.
Es que los aumentos salariales, producto indiscutible de la inconcebible y negada inflación que padecemos, carecen de sentido porque el mal llamado impuesto a las ganancias absorbe dichos incrementos salariales.
En diversas oportunidades nos hemos referido al tema, señalando la tremenda injusticia que representa la situación que padece el sector asalariado. Hemos participado, no siempre con éxito en cuanto a nuestras inquietudes, en, prácticamente, todas las reformas tributarias ocurridas desde 1971 hasta 2003 y nunca, dicho con conocimiento de causa, se presentó una situación de deterioro legislativo como la que hoy se padece.
No es posible, en modo alguno, escudarse en la pérdida de recaudación para evitar el imprescindible ajuste no sólo de las deducciones personales (mínimo no imponible, cargas de familia y deducciones especiales de cuarta categoría), sino también de la escala progresiva del impuesto atento a que esta última fue concebida en el año 1999.
No es pérdida de recaudación la que deriva de un ajuste imprescindible, ya que se está percibiendo un impuesto que no corresponde. Ello no es otra cosa que un abuso del Estado.
Los esquemas tributarios nacionales muestran no sólo el grado de sensibilidad de un Estado, sino también su sensatez, aspectos estos que en nuestro país brillan por su ausencia.
Tan inconcebible es la escala progresiva del impuesto vigente, que no conozco país alguno que aplique la tasa del 35%, máxima de la escala, para rentas que superen los u$s26.000 a tipo de cambio oficial o u$s20.250 a tipo de cambio "blue".
Una de las propuestas de cambio
Pocos días atrás tomé conocimiento del proyecto presentado por el diputado Ricardo Alfonsín, en el que propone, entre otros temas, el ajuste de los niveles de deducciones personales y de los tramos de la escala progresiva del impuesto, porque es necesario, sin duda alguna, no sólo corregir el absurdo nivel de las deducciones personales sino también dichos tramos.
Al respecto, debo manifestar mi complacencia respecto del nivel de las deducciones personales propuestas, que para una familia tipo alcanzan la suma de $141.000; esto es que un sueldo, aguinaldo incluido, de $11.750 por mes, quedaría al margen del tributo.
El mínimo imponible que impulsa alcanza la suma de $20.000, la deducción por esposa se ubica en $23.000, la deducción por hijo asciende a $11.500 y la deducción especial de cuarta categoría – empleados– es de 75.000 pesos.
La combinación de tales deducciones con los nuevos tramos de la escala determina que un sueldo de $10.000, más aguinaldo, que hoy tributa $3.446, no pague impuesto alguno, mientras que un sueldo de $12.000, más aguinaldo, que hoy tributa $9.267, sólo ingrese por año 1.200 pesos.
Es más, el proyecto establece un ajuste automático, anual y objetivo, de las deducciones y de los tramos de la escala considerando la variación del índice de salarios nivel general para evitar el deterioro que produce la inflación negada.
La propuesta es lógica ya que reduce en forma sensible el impacto del impuesto sobre los salarios. De ninguna manera comparto el criterio de quienes proponen, sin fundamento, la eliminación del impuesto a las ganancias sobre salarios, ya que quienes obtienen un nivel alto de sueldos deben pagar el impuesto, como cualquier otro ciudadano. Es del caso destacar que quienes viven de rentas (intereses, alquileres, etc.) no tienen derecho al cómputo de la deducción personal que, justificadamente, le corresponde al personal en relación de dependencia.
*Antonio Hugo Figueroa: Ex director nacional de Impuestos. Presidente del Grupo de Expertos en Tributación de la ONU (1997-2004). Profesor universitario.
FUENTE: INFOBAE

domingo, 24 de junio de 2012

LOS DATOS QUE CRISTINA NO TIENE EN CUENTA


El impuesto a las Ganancias y la historia de las rebeliones fiscales


Por Roberto Cachanosky

El lío en el que está metido en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con el tema del Impuesto a las Ganancias es casi de manual de Historia. ¿Quién no conoce la historia del Motín del Té que tuvo lugar en Boston en 1773, cuando los colonos tiraron todo un cargamento de té al mar por el nuevo impuesto que había establecido Inglaterra, dando lugar a la guerra de la independencia americana? En rigor este impuesto tiene el antecedente de la Stamp Act (1765) y las Townshend Acts (1767) que imponía nuevos impuestos a los colonos sin consultarlos.


La Revolución Francesa tuvo, entre otros motivos, la aplicación de altos impuestos que no alcanzaba a ciertos sectores de la nobleza, del clero y otros sectores. La causa de esta presión tributaria tenía que ver con los gastos bélicos que tuvo Francia al apoyar a los colonos americanos en su lucha por la independencia. Es más, cuando se produjo la revolución, varios edificios del ente recaudador fueron incendiados por los revolucionarios franceses.
La Carta Magna que los barones le impusieron al rey Juan Sin Tierra también incluye límites a la aplicación de impuestos, además de justicia en el tratamiento que el rey le daba a sus súbditos.
Charles Adams publicó un interesante libro sobre la historia de las rebeliones fiscales titulado For Good and Evil, The Impact of Taxes on the course of civilization (Madison Books). En ese libro, Adams analiza la historia de las rebeliones fiscales desde el antiguo Egipto, pasando por la Edad Media, Rusia, Suiza, España, Alemania y, obviamente, Inglaterra y EE.UU. Cualquiera que lea ese texto puede advertir cómo los pueblos se rebelan cuando son expoliados impositivamente.
Esta introducción tiene que ver con lo que estamos viviendo hoy en Argentina, siendo Hugo Moyano el que, curiosamente, se levanta contra el Gobierno por la presión impositiva del impuesto a las ganancias. ¿Por qué curiosamente? Porque Moyano fue aliado de este gobierno, al igual que muchos otros personajes que fueron quedando en el camino, y de ser aliados pasaron a ser acérrimos enemigos para el Gobierno.
Lo cierto es que, en su voracidad fiscal, el Gobierno vieneliquidando a la gente con el impuesto a las ganancias, tanto a la gente que trabaja en relación de dependencia como a las empresas y a los independientes.
¿Qué mecanismos usa el Gobierno para aumentar el impuesto a las ganancias? El sistema es complejo, pero voy a tratar de simplificarlo.
Supongamos que, de acuerdo a este impuesto, un trabajador en relación de dependencia, casado y con hijos, no pagaba ganancias si ganaba $ 3.000 mensuales. Como la inflación llevó al ajuste de salarios, que por cierto, vinieron subiendo por arriba del 30% anual en estos últimos años, ese trabajador que ganaba $ 3000 pasó a ganar, digamos, $ 6000. El impuesto a las ganancias determina que hasta cierto monto no se paga impuesto y a partir de ese monto comienza a pagarse a una tasa progresiva. Supongamos que el mínimo no imponible era de 4500 pesos para ese trabajador casado y con hijos. Como el Estado prácticamente no ha modificado el mínimo no imponible (los $ 4.500), ese trabajador empezó a pagar ganancias cuando, por los aumentos de salarios, superó esa el mínimo no imponible. Así, cuanto más gana, más impuestos paga.
Decía antes que la tasa del impuesto es progresiva, esto quiere decir que si alguien gana un 10% más puede pagar, por ejemplo, un 15% más de impuesto a las ganancias. Es decir, no es que si gana un 10% paga un 10% más de impuesto, sino que puede pagar el 15%. Por eso es progresivo el impuesto.
Como los aumentos de salarios estuvieron superando ampliamente la inflación real y el mínimo imponible casi no se ajustó, muchas personas en relación de dependencia empezaron a pagar cada vez más impuesto a las ganancias, con lo cual el aumento de salarios conseguido se licúa en parte con el pago de este impuesto.
Pero ojo que no solo los que trabajan en relación de dependencia tienen este problema. Las empresas y los trabajadores independientes también sufren la mayor carga impositiva del impuesto a las ganancias.
Por ejemplo, una empresa compra una mercadería a 10 pesos y a los 6 meses la vende a 15 por efecto de la inflación. Supongamos que reponer la mercadería le cuesta 13 pesos. Para el Estado esa empresa no ganó 2 pesos, ganó 5 y, por lo tanto, le cobra el impuesto a las ganancias sobre 3 pesos que no son utilidades. Le aplica el impuesto a las ganancias sobre utilidades que no existen o si se prefiere, le cobra el impuesto a las ganancias sobre el costo de reposición de la mercadería, con lo cual le cobra ganancias sobre su capital de trabajo.
Con los profesionales independientes pasa lo mismo. Lo que pueden deducir del Impuesto a las Ganancias es nada. Es más, y esto supera al problema actual, un profesional que dedica horas de trabajo a estudiar para luego entregar su trabajo no puede deducir esas horas de trabajo del impuesto a las ganancias. Para el Estado el trabajo intelectual no es un costo y, por lo tanto, el impuesto a las ganancias se transforma casi en un impuesto a los ingresos brutos.
Doy mi caso de economista independiente. Para escribir un informe o dar una conferencia tengo que buscar datos, elaborarlos, analizarlos, leer libros y diarios, etc. Ese trabajo, para la AFIP, no es un costo. Lo único que considera como costo es el precio del libro o del diario, pero no el trabajo de estudiar y elaborar. Es como si un economista se sentara a escribir un informe y todo el tiempo que estuvo buscando datos, armando series estadísticas y analizándolas no fuera un costo de producción. Los economistas solo nos sentamos y escribimos lo primero que se nos pasa por la cabeza, y por lo tanto lo que cobramos por nuestro servicio es pura ganancia sin costo de producción.
Para quienes redactaron la ley del Impuesto a las Ganancias y para la AFIP que es quien la reglamenta, el trabajo intelectual no es un costo. Si alguien fabrica chorizos, la AFIP considera como costos de producción la carne, la tripa y el hilo, costos que se deducen del precio para determinar la ganancia que obtiene el fabricante de chorizos. No ocurre lo mismo con los profesionales. El buscar datos, elaborarlos y analizarlos —que serían el equivalente a la carne, la tripa y el hilo del chorizo— no es un costo de producción. Un disparate conceptual.
De todo lo anterior se desprende que no son solamente los empleados en relación de dependencia quienes sufren con el Impuesto a las Ganancias, sino que también las empresas y los profesionales independientes lo padecen, y yo diría que hasta con mayor intensidad.
Para ir terminado con el tema de los empleados en relación de dependencia, los independientes y las empresas, hago un solo comentario más. ¿Por qué todos los legisladores de la oposición y el periodismo sostienen que están de acuerdo con que se suba el mínimo no imponible de Ganancias para los empleados en relación de dependencia pero no dicen nada de los independientes y las empresas? ¿Acaso somos ciudadanos de segunda los independientes y las empresas al momento de pagar el impuesto a las ganancias o la posición de los políticos opositores y periodistas es pura demagogia?
Muchos de mis colegas economistas dicen que el problema del Impuesto a las Ganancias está en la inflación. Sin duda que la inflación es un problema, pero si se indexara el mínimo no imponible por la inflación verdadera y se permitiera indexar los balances y se corrigiera la ley para el caso de los profesionales independientes, el problema se atenuaría bastante. El punto es que el Gobierno sabe que está aplicando el impuesto a las ganancias sobre utilidades que no existen y sobre la indexación de los salarios. Tanto lo sabe que lo hace deliberadamente para recaudar más y así financiar su política populista. Por eso el problema no es solo la inflación en esto del impuesto a las ganancias, sino un nivel de gasto público que hoy solo es financiable expoliando a la gente. En consecuencia va a ser difícil que el Gobierno ceda fácilmente en esto de elevar el mínimo no imponible. Porque necesita desesperadamente caja. Si cede, no solo pierde políticamente, sino que pierde parte de la caja que necesita para su populismo.
Así como siglos atrás los reyes enfrentaban rebeliones fiscales por la alta carga impositiva que tenían que aplicarle a los súbditos para financiar sus guerras de conquistas y vidas opulentas, hoy sucede lo mismo. La diferencia es que en vez de financiar guerras de conquistas, hoy hay que financiar un gasto público aplastante fruto del populismo imperante. Pero el dato común es que estamos asistiendo a una rebelión fiscal. Ya pasó en el 2008 y ahora de nuevo.
Si en el Gobierno leyeran la historia de las rebeliones fiscales, empezarían a poner las barbas en remojo porque llega un punto en el que la gente se harta de trabajar para el Estado y, encima, no recibir nada a cambio por los impuestos que paga.

FUENTE: TRIBUNA




¿NACE EL POSKIRCHNERISMO?

HUGO "GRIZZLY". DIBUJO: PABLO TEMES. 

El límite de la realidad

La Plaza de Mayo del miércoles podría convertirse en el inicio de un tiempo distinto. La soledad de CFK y su crisis personal.

Por Alfredo Leuco

En la histórica Plaza de Mayo suelen parirse los nuevos escenarios políticos. El miércoles, ese territorio de las asambleas populares puede dar a luz el poskirchnerismo. La postal emblemática será una movilización de más de 100 mil personas de carácter pluralista en lo político y policlasista en lo social, encabezada por la CGT y con reclamos en los afiches que hasta La Cámpora comparte: “No a la criminalización de la protesta, no al impuesto al trabajo y asignaciones familiares para todos”. Hugo Moyano desde la calle y Jorge Lanata desde la pantalla con más de dos millones de telemilitantes, abrieron la primera grieta en el blindaje cristinista. Y por ese hueco se filtraron todas las quejas. Con distintas magnitudes y grados de compromiso, van a compartir la masividad de la protesta trabajadores peronistas de tres centrales sindicales distintas, señoras caceroleras y estudiantes de la clase media independiente, grupos de radicales, socialistas y macristas, junto a movimientos de desocupados de la izquierda clasista o pequeños campesinos de la Federación Agraria. Cada uno tendrá su pancarta con su propio reclamo. Pero hay algo que los unifica: están hartos de que les hagan sentir que no existen, que son un mero invento de los medios hegemónicos.
Este es el tamaño del cambio. Ni el más opositor al Gobierno hubiera imaginado hace poco que dos de los tres pilares sobre los que se edificó el modelo oficialista iban a ser empujados a la vereda de enfrente, como hizo Cristina con Daniel Scioli y Moyano. Y lo más incomprensible es que no lo hizo por cuestiones ideológicas o económicas, sino por un capricho de Estado que tiene dos negaciones obsesivas: la inflación y el diálogo. Por eso la Presidenta se debilitó tanto en tan poco tiempo. No se puede administrar un país desde el fanatismo sectario que tiene una única respuesta a todos los problemas: la culpa es de Magnetto.
Mientras el teniente coronel Sergio Berni jugaba a Rambo (Pablo Moyano, dixit) y con discurso castrense hablaba de operativo de pinzas y de distracción, se produjo algo inquietante que no debe quedar afuera de ningún análisis. Por primera vez en forma masiva, la Presidenta fue insultada groseramente. Y los que cruzaron ese límite de la investidura no fueron derechistas destituyentes de Barrio Norte. Fueron morochos y proletarios que, casi en su totalidad, la habían votado.
La ostentación de fragilidad que hizo el Gobierno fue patética. Le ordenaron a Scioli que agrediera verbalmente a Moyano, como una prueba más (y van…) de lealtad. El gobernador apenas hizo un llamado “a la responsabilidad”. Se les exigió a los gobernadores que cruzaran con contundencia y desprecio a Scioli y sólo José Luis Gioja hizo declaraciones pero contra la caza de brujas. Conclusión: el que disciplina con fondos frescos pierde su principal instrumento de conducción cuando esa caja se acaba. Pronto se escucharán las voces críticas de intendentes que tienen paralizadas las obras públicas por falta de pago y suspensiones de trabajadores en varios sectores.
Hay una desproporción muy grande en los niveles de representatividad entre los que Cristina quiere pasar a retiro y los reemplazantes que elige. Las distancias entre Mariotto y Scioli o entre Antonio Caló y Moyano son siderales. Y encima la Presidenta está tan encerrada sobre sí misma que tampoco les da instrumentos ni satisfacciones a aquellos que están dispuestos a poner la cara por ella. Ni el fiel gobernador entrerriano, Sergio Urribarri, recibió ayuda para afrontar el rojo de sus cuentas. El propio Gerardo Martínez, de la Uocra, le confesó a un empresario que no sabían para qué lado disparar porque no tenían interlocutores ni órdenes claras. El Gobierno tiene mucho poder pero ya no puede hacer cualquier cosa. Las abortadas candidaturas de Daniel Reposo y la de un asesino del idioma castellano para dirigir los ex medios de Hadad, muestra la poca eficiencia de sus padrinos: Amado Boudou y Juan Manuel Abal Medina, respectivamente. El kirchnerismo bobo le complica la vida a Cristina cuando más ayuda necesita.
Con respeto institucional y responsabilidad hay que decir las cosas como son para que nadie se haga el distraído. La Presidenta exhibe con frecuencia su inestabilidad emocional. No hay que cargar las tintas sobre ella. Pero ocultar los problemas no sirve para solucionarlos. Es una mujer inteligente que viene sufriendo demasiado. No sólo por la muerte de su mentor, esposo y jefe político. También porque la medicación para afrontar la falta de tiroides la hace pasar de ciclos de alta a baja tensión y por momentos la inflamación de su rostro (como se vio cuando repudió el golpe de Estado en Paraguay) la pone de muy mal humor. Sus hijos son un dolor de cabeza. Ya es vox populi que la internación de Máximo Kirchner fue por motivos más preocupantes que los de una rodilla infectada y que la relación con su madre está sembrada de fuertes discusiones. Florencia, la hija, bajó a cero su perfil. No encuentra su lugar y tuvo que viajar a España, en pleno conflicto con Repsol, para despejarse un poco y quedar al cuidado del embajador Carlos Bettini por pedido de Cristina. Increíblemente, en forma simultánea, Bettini era sometido a una operación de desgaste por los servicios K que lo acusaban de complicidad con los españoles.
Hay una sola jefa, pero por momentos parece que no hay ninguna. Tanto Scioli como Moyano ofrecieron cien pruebas de que estaban dispuestos a conversar todo y de que no querían sacar los pies del plato. Pero fue tanto el bombardeo que se desató sobre ellos que se vieron obligados a tomar más distancia de la que les hubiera gustado. Moyano le confesó a un amigo de la UIA: “Quieren convertirme en Zanola pero yo voy a ser Walesa”. El electricista polaco fundó los sindicatos Solidaridad, ayudado por la Iglesia y contra el bloque soviético, y llegó a ser presidente de su país y hasta Nobel de la Paz. Más allá de la exageración o de la expresión de deseo, Moyano no quiere ir preso y mucho menos si se lo acusa de maniobras en las que Néstor Kirchner estuvo involucrado.
Pregunta final para negadores seriales y “progresimios”, término inventado por el ferozmente intimidado Julio Piumato: ¿los conflictos y reclamos hacia Cristina terminan el miércoles o recién comienzan? El relato encontró el límite de la realidad.
fuente: Perfil


jueves, 21 de junio de 2012

EL GOBIERNO BUSCA LA RENUNCIA DE SCIOLI


LA PRESIDENTA MOVILIZÓ A LAS FUERZAS ARMADAS Y GENDARMERIA



En el 7 mo Piso del Estado Mayor estaba en alerta rojo mucho antes de que estallara el conflicto.
Al estallar se conforma el comité de crisis.
A pesar de lo que sale en los medios hace 48 hs hubo una reunión reservada  En la que estaba Mariotto, Berni y el Ministro de Defensa y la presidenta ordenó al ministro de Defensa para que ponga en marcha un operativo de las FFAA en todas  formas, para en principio proveer la Inteligencia interna ( que está prohibido) , como así también la logística de los miembros del ejercito para mover camiones pesados.
LA ORDEN FUE : PONER TODOS LOS RECURSOS DE LAS FUERZAS ARMADAS  A LAS ORDENES DE BERNI POR ORDEN PRESIDENCIAL
Esto fue hace 48 hs…Y el conflicto con Moyano ya estaba previsto.
En este tipo de escenario se plantea, que Moyano debe hacer una gran Movilización a Plaza de Mayo y resistir  el embate sino lo hace , necesariamente El avance del Gobierno sobre las instituciones será  terrible.
En este contexto , se plantea también Por parte del Gobierno.  El obligar a Scioli a renunciar en un circulo de presión que apunta a Moyano- Barrionuevo- Clarín y Scioli, y en las sombras a Duhalde que operaria a través del Momo Venegas.
Por estas Horas  el teniente Coronel Médico, le daba órdenes al General Pozzi, Jefe del Ejercito, algo terrible, teniendo en cuenta que  un subordinado le ordena a un General lo que tiene que hacer… Y no es una mera coordinación.
Asimismo las presiones sobre el Gobernador Scioli se hacen sentir, al punto tal que quieren que denuncie  Scioli a Moyano. Mientras el Gobernador busca recomponer la situación  y calmas los ánimos.

Por su parte el sitio el Informador Publico , ratifica la información de Movilización del ejercito


La posibilidad de que se instale un escenario de alta conflictividad social ya no es una mera hipótesis y la actual confrontación del moyanismo con el gobierno parece apenas la apertura de un ciclo de inestabilidad bastante más complejo, que no excluiría la posibilidad de estallidos sociales de proporciones y consecuencias difíciles de mensurar. El gasto público está fuera de control y los planes sociales distribuidos en forma clientelar insumen gran cantidad de recursos del estado. Como producto de la espiral inflacionaria, el mantenimiento del aparato clientelar del oficialismo se dificulta cada día más. El gobierno no ignora -y cuenta con información- acerca de que los movimientos sociales se preparan para acosarlo en defensa de sus demandas económicas y siguiendo los pasos de la CGT. Desde hace meses y a medida que se desmorona la economía a, la presidente viene repitiendo que el país alcanzó sus más grandes hitos cuando el pueblo y el Ejército caminaron juntos (San Martín en San Lorenzo y sus campañas libertadoras, Güemes en Salta, Rosas en la Vuelta de Obligado, etc). Estos dichos, que pasaron desapercibidos, habrían sido indicios de decisiones políticas que ahora empiezan a manifestarse. Esto es, la participación activa de las Fuerzas Armadas como factor de control social y prevención de la violencia-No e s de extrañar entonces que un gobierno neocamporista este tomando en cuenta la referencia de una decisión que tomó Héctor Cámpora como Presidente de la Nación, en 1973:la organización del OPERATIVO MANUEL DORREGO DE RECONSTRUCCIÓN NACIONAL que tenía como objetivo reunir a la Juventud Peronista con el Ejército, para trabajar conjuntamente con el objetivo de realizar tareas comunitarias en las inundaciones que habían anegado campos y destruido caminos y viviendas.
Los sectores más ortodoxos de las fuerzas armadas se oponían a cualquier tipo de contacto con los terroristas, pero debieron acatar la orden del entonces Jefe del estado Mayor General del Ejército, Teniente. General. Jorge Carcagno. Con la asunción de Juan Domingo Perón al gobierno, el Operativo Dorrego pasó al olvido pero quedó como un intento para comprometer políticamente a las fuerzas.
La manipulación política de las fuerzas
Es así que, el 31 de mayo pasado, el Ejército Argentino difundió con clave de identificación EA-059, la ORDEN ESPECIAL DEL SUBJEFE DEL ESTADO MAYOR GENERAL DEL EJÉRCITO, General Cesar Milani que lleva el número 02/D/12 y que se denomina Apoyo a la comunidad – Operación Conjunta GENERAL DON JOSÉ DE SAN MARTÍN. La misma consta de un total de seis fojas y tiene un Anexo – Organización para el Trabajo, de ocho fojas. Hay que recordar que Milani no es un general más sino el primer operador político del gobierno en las fuerzas armadas y la mano derecha de Nilda Garré, desde que ésta se desempeñaba como ministra de Defensa.
Una orden sin desperdicio
Respecto del contenido de la Orden Especial 02/D/12 disponiendo la Operación Conjunta GENERAL DON JOSÉ DE SAN MARTÍN, se puede comentar lo siguiente:
Cuerpo de la Orden
En la página 1-6, se expresa:
1. “…el Ministerio de Defensa, en cumplimiento de la normativa legal que le asigna a las Fuerzas Armadas misiones subsidiarias de Defensa Civil y Apoyo a la Comunidad; ha ordenado la participación de las FFAA en una operación conjunta.”
Esto es ilegal porque en las misiones subsidiarias de las Fuerzas Armadas, el apoyo a la comunidad se concreta en caso de catástrofes y no ante carencias de tipo social no resueltas por el estado Nacional. Este aspecto es violatorio de las leyes de Defensa Nacional (Nro 23.554), de Seguridad Interior (Ley 24.059) y de Re-estructuración de las Fuerzas Armadas (Ley 24.948,
que jamás fue reglamentada ni se puso en ejecución).
2. “El EMCFFAA conducirá a través de su Comando Operacional (COFFAA), la Operación Conjunta de Apoyo a la Comunidad …”
Si la operación es conjunta, deberá crearse un Comando Conjunto y éste deberá impartir las ordenes correspondientes para llevarla a cabo, aspectos que hasta la fecha no se han concretado. Por el contrario, la orden ni siquiera está firmada por el Jefe del Estado Mayor General del Ejército sino por el socio de Nilda Garré, César Milani.
3. “…a fin de contribuir a mejorar la calidad de vida y bienestar de sus habitantes.”
Las Fuerzas Armadas no tienen prevista esta misión en el marco legal vigente.
A su vez, en las páginas 2-6 y 3-6, se dispone:
“La operación a desarrollar prevé la asignación de tareas particulares tales como:
- Racionamiento: confección y distribución de alimentos.
- Abastecimiento de agua: obtención, potabilización, envasado y distribución.
- Abastecimiento de efectos: recepción y administración de distintos tipos de efectos.
- Asistencia sanitaria: Contribuir a la tarea de los puestos de salud destacados en cada barrio, con personal y medios.
- Transporte.
- Construcciones: remoción de escombros y ejecución de tareas menores que faciliten la transitabilidad.
- Organización de centros de operaciones de emergencia: despliegue de instalaciones, comunicaciones, medios informáticos y personal especialista en planeamiento y apoyo a la conducción de las operaciones de defensa / protección civil.
- Comunicaciones: personal especialista y equipos.”
En otras palabras, todo este despliegue de apoyo se realizaría al solo efecto de minimizar los efectos de la falta de incremento en los montos y la cantidad de planes sociales. También hay otros factores, como la existencia de un flujo de fondos que ciertas bandas de narcotraficantes aportarían a las campañas electorales del oficialismo, que no se vería en modo alguno afectado por la aparición de los uniformados desarmados en las villas.
Por su parte, en la página 4-6 de la Orden se sostiene:
“2) Cada elemento que designe Oficiales de Enlace e integrantes del Estado Mayor Personal, deberá elevar a la Dirección General de Organización y Doctrina (Dpto Op) una lista conteniendo los siguientes datos:
a) Grado.
b) Apellido y nombres.
c) DNI.
d) NOU. (NÚMERO DE ORDEN ÚNICO)
e) Nro de cuenta Banco Patagonia.
f) Teléfono de contacto.
g) Correo electrónico.”
Aquí se establece claramente que percibirá viáticos en forma encubierta sólo parte del Personal Militar involucrado en esta operación lo cual configura una situación anormal y discriminatoria. Al respecto, en la actualidad el personal que participa de la “OPERACIÓN ESCUDO NORTE”, cobra los viáticos que se asignan según convenio al Personal de la Administración Pública Nacional y que, en muchos casos son hasta un 500% superiores a los que cobra el resto de los militares.
“4) Seguridad: A fin de cumplimentar el marco legal vigente y con el propósito de brindar seguridad al personal militar y a los bienes patrimoniales del Estado que se despliegan, es condición imprescindible que la seguridad del personal y el material se encuentre a resguardo por las FFSS y FFPP asignadas a la operación. Ante cualquier señal de hostilidad o peligro y en caso de ausencia de FFPP o FFSS, el personal militar efectuará el repliegue, informando la novedad al COT del Componente Terrestre.”
Se infiere que el personal actuará desarmado y estará inerme ante cualquier acto de violencia que se produzca en su perjuicio. TODAS LAS VILLAS DE EMERGENCIA A LAS QUE CONCURRIRÁ PERSONAL militar SE CARACTERIZAN POR SU ALTO GRADO DE PELIGROSIDAD.
Pero hay más, En la página 5-6, se expresa:
“El personal y los recursos materiales, como así también los insumos, el racionamiento para los propios efectivos, combustibles, lubricantes, repuestos, etc; necesarios para el cumplimiento de las tareas ordenadas, serán alistados y sostenidos por cada uno de los Elementos con responsabilidades directas en la operación en curso.
Las transferencias de crédito y fondos correspondientes a los reintegros de gastos serán solicitadas al Comandante del Componente Terrestre (Dir Grl Org Doct), debiendo aplicarse lo determinado en el marco legal y normativo vigente y en la Directiva del JEMCFFAA nro 04 / J IV / 11 (Intervención del EMCFFAA en los procesos presupuestarios de las FFAA), punto 8, Anexo 6.”
Los Jefes de las Unidades participantes deberán consumir sus créditos y luego pedir el reintegro correspondiente, lo cual equivale a dejar sin recursos a esos elementos por períodos prolongados Como se sabe, los fondos demoran largo tiempo en ser recuperados, en especial si tenemos en cuenta la ineficiencia del Estado Mayor Conjunto, la animosidad que tiene el Ministerio de Defensa hacia las fuerzas y el grado de rapiña que todas las partidas asignadas a los militares sufren a su paso por esa cartera.
Aparecen los espías
En la página 2-8 del ANEXO 1 (Organización para el trabajo) se define por ejemplo que, para la VILLA LA CÁRCOVA, el oficial de enlace será un “Of J a designar por la Dir Grl Icia”, o sea un especialista en inteligencia. Cuesta imaginar para qué se requiere la participación de un Oficial Jefe de la Dirección General de inteligencia a cargo del General MILANI en actividades de apoyo a la comunidad.
Este aspecto no es un hecho menor si se tiene en cuenta que hace pocos meses adquirió estado público el denominado “PROYECTO X” mediante el cual la Gendarmería Nacional realizaba tareas de inteligencia sobre líderes de organizaciones sociales y la información se analizaba en instalaciones del Ejército A en Campo de Mayo para posteriormente ser compartida y difundida con otras agencias de seguridad. GARRÉ al referirse al tema públicamente trató de minimizar, sin éxito, lo que constituye una flagrante violación a la Ley Nacional de Inteligencia.
En síntesis, esta orden viola la Ley de Inteligencia Nacional (Ley 25.520).
Algunas conclusiones
* No se mencionan en la orden aspectos vinculados con la situación que se vive en las villas de emergencia, esta omisión se haría adrede para que no quede evidencia alguna de las implicancias adversas de índole político y legal en las que se verían involucrados los militares, que hasta pueden ocasionar problemas de violencia, aparte de infiltraciones y descontrol.
* Tampoco se establecen con claridad las fases para el desarrollo de la operación ni se determinan las misiones particulares para cada elemento participante, Esto contribuye a dejar sin la cobertura legal necesaria al personal militar que participe de esta operación.
* No hay que descartar entonces que distintas situaciones que se presentarán s deriven en conflictos entre los habitantes de las villas y el personal militar, que a su vez se traducirían en actos de violencia. Algunos mandos militares sospechan que un cuadro como este podría servirle al gobierno para: desprestigiar aun más a las FFAA y distraer la atención de la opinión pública.
* El Poder Ejecutivo y el Ministerio de Defensa, a través de la ORDEN ESPECIAL DEL SUBJEFE DEL ESTADO MAYOR GENERAL DEL EJÉRCITO Nro 02/D/12 violan las leyes de Defensa Nacional (Nro 23.554), de Seguridad Interior (Ley 24.059) y de Re-estructuración de las Fuerzas Armadas (Ley 24.948 que jamás fue reglamentada ni se puso en ejecución) y de Inteligencia Nacional (Ley 25.520), con claros fines electoralistas y en perjuicio de las FFAA y de los ciudadanos de la Nación.
En definitiva, ante las señales de aumento de la tensión social, dinamizadas por la recesión con alta inflación, el cristinismo no duda en jugar a los militares en una aventura de final impredecible. Sobre todo si se tiene en cuenta que el Secretario de Seguridad y mano derecha de Alicia Kirchner, el teniente coronel Sergio Berni, es el jefe de operaciones del gobierno que dirige las acciones de los grupos piqueteros oficialistas, por ejemplo contra Mauricio Macri y Daniel Scioli.

PD : DETALLES:
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 FUENTE: SEPRIN

sábado, 16 de junio de 2012

DÍA DEL PADRE 2012

PARA LINO

El mes de Junio es como si fuera tuyo
cada año festejo tu cumple y tu día
tan seguiditos el uno del otro
que no me dejaban tiempo de olvidarme.

Como ahora pese al tiempo
sigo recordando, con penitas
momentos en que te encontraba sonriendo
recibiendo dos regalos en vez de uno
mas el beso con abrazote de oso
que compartíamos parando el tiempo
que se cargaba de la emoción del cariño.



Las palabras únicas que ya nadie menciona
como Aita, hiji, petisita, o mi muñeca
resuenan con exclusiva memoria
Te extraño mucho
aún hoy te busco en las calles, o te espero
aunque secretamente se que no regresas
que es la salida mas larga que has tenido
y no llegarás con chocolate y muñequito
ni con el vaso de agua hasta mi cama...







Te recuerdo puliendo moneditas,
restaurando autos, escuchando a Mozart
y a Vivaldi y a Vangelis Papatananciu...
cuando nadie aún lo conocía...
Te recuerdo en las charlas de baño
en las afeitadas infinitas...















En este mes tan importante para mi,
porque es cuando mas huérfana me siento,
quiero regalarte mi recuerdo, mi verso
y mi promesa de encontrarnos en el tiempo

A mi papá Lino Osvaldo Rost, con todo mi amor


Graciela Rost

jueves, 14 de junio de 2012

EL IMPERIO DEL YO. Por Beatriz Sarlo


En una situación cuyo parte médico no indica una gravedad obnubilante, a Máximo Kirchner lo fue a buscar a Santa Cruz, y lo trajo a Buenos Aires, el avión presidencial, que también lleva a Florencia de aquí para allá. Si hiciera falta una prueba que uniera a Cristina Kirchner como persona privada, madre de dos hijos, con la presidenta de la República, no habría que buscar más lejos.
Cristina Kirchner ha fusionado su vida y el poder. Esta es la explicación menos psicológica, y más política, de las intercalaciones autobiográficas con que acostumbra poner notas de color en sus discursos presidenciales, transmitidos por cadena nacional. Está convencida de que todo lo que le concierne es materia de Estado.
Hay otros ejemplos: el valor "histórico" que adjudica a todas sus iniciativas, de la escala que sean, desde las medidas inesperadas atribuidas a la coherencia de un proyecto hasta las reformas caprichosas que han transformado la Casa Rosada en una sucesión de espacios alusivos, omitiendo (que se sepa) la opinión de expertos en edificios de estilo.
Nadie podría reprocharle que dejara su marca en uno de los salones, como suelen hacer los presidentes norteamericanos. Pero de allí a la actual galería temática bajo techo hay una distancia. Ha transformado la Casa de Gobierno (de la que sólo es un huésped temporario) en el territorio de sus efímeras ocurrencias decorativas. En este rubro, no imita a los monarcas absolutos ni a presidentes, como el brasileño Kubitschek, que entregó la construcción de Brasilia a Niemeyer. No tuvo la precaución de rodearse de grandes conocedores. La seguridad sobre la importancia de todos sus pensamientos proviene de no reconocer el carácter temporario de su poder.
Vayamos a un aspecto más de fondo. La sucesión presidencial es siempre un problema, no sólo en Argentina. Pero Cristina Kirchner lo ha convertido en el pivote que ordena las obsesiones propias y ajenas. A su alrededor no crece el pasto, donde pisa no se vuelve a pisar, nadie puede tomar agua de su jagüel. Procura debilitar todas las posibilidades de quien tenga la osadía de plantearse como sucesor. Al no existir, en los hechos, el Partido Justicialista, la tarea, hasta ahora, es sencilla. Cristina Kirchner no permitirá que nadie levante medio metro del piso. Ni amigos ni aliados. El poder reside exclusivamente en su cuerpo. Está convencida de que por allí pasan las fuerzas que son el núcleo mismo del Estado, del Gobierno y de la Nación.
No es asombroso que una mujer con estas creencias cultive una enmarañada afición por la autobiografía. Lo que a ella le sucede o le ha sucedido es lo que sucede con el Estado. "Yo pienso, yo siempre pensé, yo digo, a mí se me ocurrió." De la épica colectiva nestorista se ha pasado al drama lírico. No es poco cambio.
Uno de los fundadores de la socialdemocracia, Victor Adler, escribió que el imperio austro-húngaro ejercía una especie de centralismo desordenado. La fórmula parece adecuada para el gobierno argentino. El "centralismo desordenado" a la criolla, donde todos los funcionarios se cuidan de abrir la boca sin tener direcciones precisas de la Presidenta, y, cuando se equivocan, se corrigen después de un llamado de teléfono. La comunicación es radial. Tal orden cerrado conduce a un "autocentramiento desordenado". En este cáotico invernadero, regado por el afán de hacer carrera, la obsecuencia o el miedo, crece la flor de la primera persona.
Si alguien cuenta un episodio de su vida, o pone su corazón al desnudo, es difícil hacer la pregunta más elemental: ¿y esto qué tiene que ver?, ¿a qué viene? Pequeñas anécdotas ilustrativas: "El me dijo tal cosa" o "Yo siempre le decía a El", prueban retrospectivamente de qué manera Néstor y Cristina eran sabios sin saberlo. No tiene mucho sentido pedir a las intercalaciones biográficas una incomprobable verdad. Son miniaturas personales que incluyen a hijos, esposo, infancia, adolescencia, juventud, de las que cualquiera de nosotros puede decir cualquier cosa y cuya verdad vale poco. Algunos episodios suenan muy verosímiles, otros tienen el aire de haber sido construidos para darle un toque pintoresco al discurso o llenar vacíos. Todos se apoyan en la creencia cristinista de que, desde el comienzo, tuvo una vida que, sin que ella misma lo supiera (como lo dijo alguna vez), iba a llevarla a la presidencia.
Tampoco tiene mucho sentido comprobar la verdad sociológica de las anécdotas acontecidas en el presente ni de los interlocutores de origen popular con quienes la Presidenta habla por teleconferencia. Ultimamente se dice que están preparados, que les hacen un coaching espiritual o se los elige en una especie de casting. Suena sensato. Son parte de un cuadro donde se mezclan necesidades reales y obsecuencias innecesarias. A Cristina Fernández le gusta usar la cadena nacional para mostrarse como cabecera y como puente (un milagro de la ingeniería).
Cuando Néstor Kirchner se refería al pasado lo hacía, por lo general, en tercera persona (ellos, los que lucharon, los que dieron su vida, los que nos señalaron un camino) o en primera persona del plural (nosotros los representamos a ellos hoy, hemos llegado al gobierno para hacer justicia a sus luchas). La Presidenta ha introducido una innovación llamativa: la primera persona del singular, como garantía de lo verdadero y lo justo. Por eso le resulta tan sencillo dar directivas, órdenes, retos humillantes, en todos sus discursos. Ningún político argentino, desde Sarmiento, ha utilizado la primera persona autobiográfica de modo tan exuberante y sin miramientos de cortesía. En realidad, sólo otro, o más bien otra: Elisa Carrió, que no se parece en nada a la Presidenta, pero que usa la primera persona con igual desparpajo.
Ese profundo autoconvencimiento de la trascendencia excepcional de su persona sintoniza perfectamente con un clima de época que ha girado hacia la subjetividad. La cultura del Yo caracteriza también al arte contemporáneo. La dimensión autobiográfica no necesita de validación: vale porque pertenece a un sujeto. La primera persona del singular está por todas partes y es aceptada como razón suficiente de lo que se afirma. Desde Freud, el siglo XX había aprendido a desconfiar de esa inmediatez "sincera" de la primera persona. Las últimas décadas, han dado una vuelta en ese camino. Alejados de Freud, volvimos a creer, contra toda evidencia, que el Yo siempre sabe de qué está hablando.
La Presidenta es una manifestación egregia de esta subjetividad que ha plantado bien altas sus banderas. No haré ninguna caracterización psicológica porque, precisamente, quisiera evitar ese giro subjetivo. Los adjetivos sobran porque todos los conocemos. El peor de ellos es ególatra.
Voy por otro lado. La Presidenta ha dado muestras de pensar que sólo ella conoce el camino que debe recorrer este país. Cuando Moyano afirma que sería bueno que, alguna vez, un obrero fuera presidente de la Argentina, Cristina Fernández le responde: "Yo también trabajé desde muy chica". En lugar de responder que el sindicalismo de la CGT no se parece demasiado al de Lula, contesta con el argumento de su propia vida. Todo lo que se le diga encontrará invariablemente esta coartada biográfica, el muro del personalismo.
No es raro, entonces, que una de sus frases recientes la haya iluminado de modo tan implacable. En el Día del Periodista dijo: "No doy conferencias de prensa porque no voy a declarar en mi contra". Paren a los psicoanalistas porque acá hay sustancia como para un torneo mundial de interpretaciones.
Démosle una vuelta a la frase. La Presidenta ha diagnosticado que el discurso es un arma que sólo debe utilizarse en condiciones de extremo control: palco y un solo micrófono. La autobiografía, los hechos y dichos de la vida de Cristina Fernández son un tesoro de la retórica que hay que proteger para que las efusiones y recuerdos no puedan ser heridos por una pregunta que introduzca el desorden. Por ejemplo: ¿cómo se conmemoraba en Río Gallegos, siendo Kirchner gobernador, el aniversario del 24 de marzo? Hablemos de los setenta, pero no de nuestro "Yo" en los ochenta y noventa. No voy a declarar en mi contra, es un principio leguleyo para alguien que, como la Presidenta, aprovecha tanto el giro subjetivo de la política.
No responde preguntas sencillamente porque implicaría ponerse, un instante, en la perspectiva del que interroga. Experta en monodiscurso, la Presidenta está convencida de que debe hablar siempre desde una perspectiva única. Como sabe que vivimos en una cultura que ama la biografía, ofrece versiones de su propia vida, como si un episodio juvenil o un sentimiento experimentado al azar, la anécdota banal, igual a todas, en la crianza de un hijo o la visita a una provincia, fueran el armazón defensivo de un centralismo desordenado cuya estabilidad sólo puede garantizarla la Unidad Presidencial. Si dejara la primera persona, entraría el plural nosotros. Y nosotros ¿quiénes somos? La respuesta no se encuentra únicamente en el jardín de la subjetividad autobiográfica.
FUENTE: LA NACION

martes, 12 de junio de 2012

FRENAR LA PASIÓN DESMESURADA. Por Santiago Kovadloff


El rechazo a Reposo en el Congreso y las cacerolas en las calles
El fracaso del aspirante Reposo a la Procuración General no fue otro que el de la estafa. No logró pasar por quien simulaba ser. Pero la derrota más honda provocada por este fracaso fue la de aquellos que, sabiendo quién era él, aun así lo apoyaron.
¿Por qué procedieron de ese modo? Lo hicieron porque, para el desempeño que se le requería, Reposo no debía contar más que con un único atributo. Ese atributo no demanda solvencia profesional, ni sólida trayectoria intelectual, ni mucho menos independencia de criterio. Ese atributo es el de la disposición a subordinarse sin condiciones a quien promovía su designación; a un poder, por lo tanto, que en incontables ocasiones ha sabido ofertar investiduras a cambio de obediencia irrestricta.
Se diría que la lógica aplicada para hacer de Reposo el candidato al cargo que finalmente no obtuvo manifiesta, una vez más, los atributos espectrales que debe reunir al menos buena parte de los funcionarios seleccionados por el Gobierno. Una vez que acceden a las investiduras que les han sido asignadas destruyen, mediante su insolvencia, el significado que ellas pudieran tener.
Al contrario de lo que William Shakespeare advertía en su momento acerca de la sed ilimitada de poder, hoy la ambición sin escrúpulos no esconde su naturaleza ni disimula su propósito. Estamos en un tiempo de siniestra franqueza en el despliegue de la perversión política. A diferencia de lo que sostiene el rey Duncan en Macbeth, poco antes de ser asesinado por aquel en quien más confía, los rostros ya no enmascaran las más secretas intenciones del alma. Por el contrario, las exhiben casi con ostentación. Es que abunda, también en la Argentina, un ejercicio del poder que deja ver sin pudor la índole siniestra de quienes lo cultivan o, para decirlo de otro modo, de quienes conciben como un derecho la burla de la idoneidad y la ley.
Postulado por Cristina Fernández como candidato para presidir la Procuración General de la Nación, Daniel Reposo es un ejemplo de esa convicción. Pero también lo es -hay que decirlo- de su inusual fracaso. En un brote de integridad invalorable, la mayoría parlamentaria se hizo oír para que la simulación y la estafa esta vez no prosperaran.
Pero, en estos días, el freno impuesto a la desmesura no sólo se hizo presente donde tanta falta hace, es decir en el Parlamento. La disconformidad con el Gobierno volvió a irrumpir en las calles, al son de las cacerolas. Quienes las hicieron retumbar le han dicho al oficialismo que no tiene allanado el camino que busca recorrer para postularse como expresión de la eternidad en la historia.
No se trata de sobrestimar el alcance de la protesta de la clase media ni la envergadura conceptual de su manifestación. Pero su legitimidad es indiscutible y su significado innegable. Las motivaciones que le dieron vida son tan valederas como las de cualquier otro sector social que decide denunciar la arbitrariedad de los que mandan cuando esa arbitrariedad tiene lugar.
La clase media encuentra en el manoseo de sus bolsillos el límite a su proverbial errancia política. Entre los escombros de tantos ideales que alguna vez fueron suyos, el del ahorro sigue en pie. Muchos querrían que fueran otras y más altas las motivaciones sustanciales de su rebelión: principios, digamos; reivindicaciones morales y cívicas de estatura republicana. Que sus manifestantes no esperaran a ver estrangulado su derecho al ahorro para que las calles los volvieran a contar entre los indignados con el autoritarismo oficial. Se supone, cuando tan elevadas razones se reclaman como fundamento de la protesta colectiva, que esa clase media tiene, todavía, un nivel de formación ciudadana como el que la caracterizó en un pasado ya distante. Y no es así. La clase media argentina no es hoy sino la sombra de lo que fue; saldo desvalido de un ayer en el que la educación, el trabajo y la cultura eran, junto con el ahorro, fuerzas promotoras de un perfil social inconfundible y singular incluso en América del Sur. Ese perfil, si no ha terminado de desdibujarse, está a merced de una crisis que lo ha transformado por completo. Por supuesto, nada de ello rebaja la validez de su protesta actual. Pero explica por qué esa protesta encuentra su eje vertebrador en la demanda económica. Otros valores políticamente decisivos, más sutiles y complejos quizá pero no más fundamentales ya no logran articular y desencadenar la protesta pública de la clase media. Los fervores cívicos de 1983 se han disuelto, arrasados ante todo por la catástrofe administrativa del radicalismo en el poder. Si se exceptúa el clamor constante que provoca la inseguridad, la rebelión ante la decadencia de la democracia argentina no despierta un espíritu de protesta colectiva que se haga oír en las calles. Se trata, en suma, de entender que, entre el vaciamiento doctrinario de los partidos opositores y la anémica sensibilidad republicana de la clase media, hay una relación de interdependencia cuyos signos son inocultables.
Lo ocurrido con la protesta campesina de 2008 parecería decir lo contrario. Sin embargo, de los pueblos del interior, laboralmente dependientes de la faena agrícola ganadera, provino muy buena parte del apoyo que en octubre de 2011 consagró como Presidenta a Cristina Fernández de Kirchner. Nadie ignora el porqué. Si el oficialismo no consiguió derrotar parlamentariamente al campo en 2008, sí lo hizo moralmente en las elecciones de la pasada primavera. La abundancia de dinero circulante se le agradeció al Gobierno con abundancia de votos. La memoria y los principios pudieron menos que el bienestar circunstancial.
Hoy el campo vuelve, con justa razón, a expresar su disconformidad con el tratamiento ofensivo que le dispensa la Casa Rosada. Pero no está demás preguntarse qué harían sus votantes de mañana si, hacia 2015, la situación de los productores, en una hipótesis fantasiosa, viera recuperada su lozanía de la mano del oficialismo. Insisto: no se trata de alzar las banderas del repudio al vil metal mientras se enarbolan las de presuntos bienes del espíritu. Se trata, en cambio, de abordar las cosas como son, en la medida de lo posible. Todo ello sin olvidar lo mucho que hace el Gobierno para minar la robustez de sus propios fundamentos.
Shakespeare creía haber aprendido algo esencial con Sófocles, Roma y la sangrienta historia de su país. Ese algo era que la desmesura termina por devorar a quienes la practican. Sus devotos, fatalmente, estallan por implosión. Se quiebran íntimamente a medida que multiplican sus abusos; a medida que se empecinan en confundir lo que febrilmente anhelan con lo viable; a medida que repudian a quienes les aconsejan obrar con prudencia y mejor discernimiento; a medida que desprecian como ficticias las consecuencias de esa peligrosa homologación entre la realidad y el deseo en la que incurren con tanta facilidad.
La Presidenta y quienes celebran como virtud mayor su estrechez de miras en órdenes decisivos para el país no parecen percatarse de la relación que guarda el transcurso del tiempo con la autosuficiencia empecinada. El desgaste, la erosión no afectan el paso de los días, sino esa autosuficiencia. Y más la afectan cuando ella se aferra al poder. Para contrarrestar ese desgaste, el Gobierno, absurda, locamente, embiste contra todos aquellos en los que su credibilidad pública y su estabilidad podrían encontrar respaldo. Al violentar las leyes del equilibrio mínimo indispensable, el oficialismo termina por no hacer otra cosa que emprenderla a palos contra su propia cabeza. "Ir por todo" bien puede terminar significando embestir contra uno mismo.
Volviendo a Shakespeare, vale la pena recordar que Macbeth creía estar avanzando cuando en verdad retrocedía. Enceguecido, acaso secretamente resignado a lo irremediable, le prometía a su turbulento corazón: "A mi propio interés todas las otras causas se someterán. Y si más no avanzase tanto daría volver como ganar la orilla opuesta. Ideas extrañas llenan mi cabeza. Las tomaré en mis manos y las ejecutaré sin detenerme a analizarlas".
FUENTE: LA NACIÓN