Clarín obliga al Gobierno a salir a defender lo indefendible
Si hay algo que el kirchnerismo odia, es cuando los medios de prensa dejan al descubierto alguna de sus falacias oficiales. La droga a España, las coimas de Skanska, los fondos de Santa Cruz y las mentiras del Indec, son solo algunas de las cuestiones que ponen los pelos de punta a los funcionarios de turno de Casa de Gobierno.
Sin embargo, el enojo se torna mayúsculo cuando esas incongruencias son reveladas por diario Clarín, enemigo número uno del Gobierno. Es cuando aparece la artillería más dura para contraatacar a los enemigos.
Todo comenzó cuando el matutinotituló en su tapaque se registran “fuertes aumentos” en frutas y verduras, basándose en datos aportados por importantes asociaciones de consumidores.
Eso bastó para que apareciera la contraofensiva oficial, la cual se ha pergeñado a través de la ultraoficialista agencia Télam. En su portada se asegura, a través de un título destacado, que “el Mercado Central negó aumentos en los precios de las frutas y verduras”.
Más allá de que cualquier ama de casa puede refutar esas palabras, hay que destacar que esa noticia promueve a la confusión, ya que no ha sido el Mercado Central en sí quien desmintió a Clarín, sino el titular de la Cámara de Operadores Mayoristas Frutihortícolas, el kirchnerista Fabián Zeta.
Hay que recordar que este personaje fue el mismo que aseguró a fines de enero de 2009 que la sequía no empujaría el precio de las verduras hacia arriba, lo cual después ocurrió. También fue el mismo que, a pesar de ser titular de una entidad frutihortícola, se puso la “camiseta oficial” en contra del campo en el marco del conflicto por la resolución 125.
¿Tanto poder ostenta Clarín que el Gobierno debe salir a responderle a través de la agencia del Estado? ¿No es suficiente la mentira del ocultamiento de la inflación para agregar a ello la falacia de asegurar que el Mercado Central como institución refuta el título de un diario?
No es la primera vez que Télam opera a favor del Gobierno para saciar los caprichos de los residentes de Casa Rosada. Sin embargo, alguien debería recordar a ese grupo de impresentables que sus sueldos son pagados por la ciudadanía a pleno, y no justamente para que hagan operaciones de esta calaña.
Christian Sanz
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