LA EDUCACIÓN Y OTRA 'MENTIRA OFICIAL'
La propuesta del ministro de Educación de Cristina Fernández, Alberto Sileoni, busca cambiar la forma de medir la calidad educativa. Por supuesto, dada la experiencia nacional en todo tipo de medición oficial, ya se levantó la polémica por la nueva varilla que, según el ministro, debe tener en cuenta el contexto social del alumno, pero que para especialistas conlleva serios riesgos de "facilismo" y de nivelación hacia abajo.
El ministro de Educación del gobierno de Cristina Fernández, Alberto Sileoni, propuso en la reunión del Consejo Federal de Educación de este lunes cambiar la manera de medir la calidad educativa.
¿De qué se trata la iniciativa? Pues, de relativizar los fríos números de un examen. Trataría de contextualizar la realidad que viven los alumnos y el país. Dijo que continuarán con evaluaciones como PISA, que evalúa a alumnos de 15 años, y el Operativo Nacional de Evaluación (ONE), pero que harán hincapié en otros relevamientos apuntados a un sentido social de la calidad, como el Segundo Estudio Regional Comparativo y Exploratorio de la Educación (SERCE) y TERCE, que son de la UNESCO y se aplican en el nivel primario.
Según informa hoy el diario 'Clarín', Sileoni dijo a los ministros de educación de todo el país que busca redefinir y ampliar la noción de calidad educativa para adaptarla "a otros factores asociados y al contexto de la realidad que vivimos".
Será díficil, eso sí, determinar "cuál es la realidad que vivimos". Hasta el propio Gobierno suele hablar de dos realidades cuando enfrenta la visión de los medios de comunicación con la versión oficial.
Algo similar, ocurre con los especialistas cuando se tratan temas como la inflación, las reservas del Banco Central, la pobreza, entre otros asuntos, que en su mayoría sería difícil anteponer al sensible tema de la Educación.
En efecto, el mencionado diario cuenta que cuándo preguntó al ministerio sobre los detalles de esos cambios, desde Educación se negaron argumentando que "el tratamiento que el diario le está dando a los temas educativos es injusto".
De todas maneras, los cambios aún no fueron definidos.
La calidad educativa argentina genera una fuerte polémica desde fines del año pasado, cuando se conocieron los resultados PISA 2009. Allí Argentina ocupó el puesto 58° del ránking mundial,mientras que en 2006 había estado 53° y en 2000, 37° (en 2003 no participó). En tanto, a nivel regional, el país cayó desde el 1° puesto hasta el 7° , mientras que Chile y México se sostuvieron en los primeros lugares.
La prueba PISA, que lo organiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y busca saber qué capacidad tienen los chicos de 15 años para responder las demandas del mercado laboral, también se aplican los test SERCE y TERCE en las aulas de 6° grado. Mientras de PISA participan 65 países (entre latinoamericanos, asiáticos y europeos) y arroja un ránking de la calidad educativa a nivel mundial, los otros dos están más orientados a evaluar el aprendizaje de los estudiantes y analizar factores como el aula, la escuela y el contexto social del desempeño.
Otra diferencia entre PISA y el SERCE y TERCE es que en estos últimos sólo participan 16 países de Latinoamérica. "Aunque esto suponga que Argentina está mejor posicionada en el ránking, hace una década que también nos venimos cayendo", dijo Gustavo Iaies, director del Centro de Estudios en Políticas Públicas a 'Clarín'.
# Qué dicen los especialistas
> Horacio Sanguinetti, ex rector del Nacional de Buenos Aires: "hay que distinguir entre buenos y malos alumnos, entre quiénes saben y quiénes no saben. No sirve contextualizar, salvo que el chico necesite una beca. Este tipo de mecanismos de evaluación terminan siendo políticas educativas que incentivan el facilismo para retener a los chicos en la escuela a cualquier precio".
> Esteban Bullrich, ministro de Educación porteño: “Cuando funciona, el sistema educativo garantiza la buena educación, no importa el contexto. Hoy, el perfil socioeconómico es lo que marca el resultado. Y que la pobreza sea un factor para medir la calidad educativa demuestra el fracaso del sistema”.
> Silvina Gvirtz, profesora de la Universidad de San Andrés: “hay que medir el contexto, pero este factor asociado no debe justificar el nivel educativo de los chicos. Tiene que servir para tomar decisiones políticas”.
> Juan José Llach, ex ministro de Educación, dijo en cambio: “los estudios serios a nivel mundial tienen en cuenta el factor socioeconómico del alumno, sin dejar de prestarle atención al nivel académico. Las dos cosas son imprescindibles”.
Fuente: U24
La propuesta del ministro de Educación de Cristina Fernández, Alberto Sileoni, busca cambiar la forma de medir la calidad educativa. Por supuesto, dada la experiencia nacional en todo tipo de medición oficial, ya se levantó la polémica por la nueva varilla que, según el ministro, debe tener en cuenta el contexto social del alumno, pero que para especialistas conlleva serios riesgos de "facilismo" y de nivelación hacia abajo.
El ministro de Educación del gobierno de Cristina Fernández, Alberto Sileoni, propuso en la reunión del Consejo Federal de Educación de este lunes cambiar la manera de medir la calidad educativa.
¿De qué se trata la iniciativa? Pues, de relativizar los fríos números de un examen. Trataría de contextualizar la realidad que viven los alumnos y el país. Dijo que continuarán con evaluaciones como PISA, que evalúa a alumnos de 15 años, y el Operativo Nacional de Evaluación (ONE), pero que harán hincapié en otros relevamientos apuntados a un sentido social de la calidad, como el Segundo Estudio Regional Comparativo y Exploratorio de la Educación (SERCE) y TERCE, que son de la UNESCO y se aplican en el nivel primario.
Según informa hoy el diario 'Clarín', Sileoni dijo a los ministros de educación de todo el país que busca redefinir y ampliar la noción de calidad educativa para adaptarla "a otros factores asociados y al contexto de la realidad que vivimos".
Será díficil, eso sí, determinar "cuál es la realidad que vivimos". Hasta el propio Gobierno suele hablar de dos realidades cuando enfrenta la visión de los medios de comunicación con la versión oficial.
Algo similar, ocurre con los especialistas cuando se tratan temas como la inflación, las reservas del Banco Central, la pobreza, entre otros asuntos, que en su mayoría sería difícil anteponer al sensible tema de la Educación.
En efecto, el mencionado diario cuenta que cuándo preguntó al ministerio sobre los detalles de esos cambios, desde Educación se negaron argumentando que "el tratamiento que el diario le está dando a los temas educativos es injusto".
De todas maneras, los cambios aún no fueron definidos.
La calidad educativa argentina genera una fuerte polémica desde fines del año pasado, cuando se conocieron los resultados PISA 2009. Allí Argentina ocupó el puesto 58° del ránking mundial,mientras que en 2006 había estado 53° y en 2000, 37° (en 2003 no participó). En tanto, a nivel regional, el país cayó desde el 1° puesto hasta el 7° , mientras que Chile y México se sostuvieron en los primeros lugares.
La prueba PISA, que lo organiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y busca saber qué capacidad tienen los chicos de 15 años para responder las demandas del mercado laboral, también se aplican los test SERCE y TERCE en las aulas de 6° grado. Mientras de PISA participan 65 países (entre latinoamericanos, asiáticos y europeos) y arroja un ránking de la calidad educativa a nivel mundial, los otros dos están más orientados a evaluar el aprendizaje de los estudiantes y analizar factores como el aula, la escuela y el contexto social del desempeño.
Otra diferencia entre PISA y el SERCE y TERCE es que en estos últimos sólo participan 16 países de Latinoamérica. "Aunque esto suponga que Argentina está mejor posicionada en el ránking, hace una década que también nos venimos cayendo", dijo Gustavo Iaies, director del Centro de Estudios en Políticas Públicas a 'Clarín'.
# Qué dicen los especialistas
> Horacio Sanguinetti, ex rector del Nacional de Buenos Aires: "hay que distinguir entre buenos y malos alumnos, entre quiénes saben y quiénes no saben. No sirve contextualizar, salvo que el chico necesite una beca. Este tipo de mecanismos de evaluación terminan siendo políticas educativas que incentivan el facilismo para retener a los chicos en la escuela a cualquier precio".
> Esteban Bullrich, ministro de Educación porteño: “Cuando funciona, el sistema educativo garantiza la buena educación, no importa el contexto. Hoy, el perfil socioeconómico es lo que marca el resultado. Y que la pobreza sea un factor para medir la calidad educativa demuestra el fracaso del sistema”.
> Silvina Gvirtz, profesora de la Universidad de San Andrés: “hay que medir el contexto, pero este factor asociado no debe justificar el nivel educativo de los chicos. Tiene que servir para tomar decisiones políticas”.
> Juan José Llach, ex ministro de Educación, dijo en cambio: “los estudios serios a nivel mundial tienen en cuenta el factor socioeconómico del alumno, sin dejar de prestarle atención al nivel académico. Las dos cosas son imprescindibles”.
Fuente: U24
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