martes, 25 de enero de 2011

Santiago Kovadloff y sus charlas con el jefe porteño


“Macri se beneficia por el prestigio del fútbol y de Boca”

Por Ezequiel Spillman



En su casa de la calle Riobamba, el filósofo y escritor habló de su relación con el líder de PRO.


—¿Cómo conoció a Macri?


—Tuve un intercambio con él a raíz de que me ofrecieron ser ministro de Educación, cosa que me dejó perplejo porque si hay alguien inepto para la gestión soy yo. Era inaceptable porque no hay que confundir un hombre que ha leído libros con capacidad de gestión. Le dije que me preocupa que para elegir un ministro hayan pensado en mí. Eso generó un diálogo muy franco entre nosotros. Es un hombre que tiene una gran virtud: tiene preguntas, algo que no es frecuente en los líderes políticos.

—En PRO dicen que lo está asesorando...

—No nos vemos todo el tiempo, sino esporádicamente. No soy un asesor porque eso es un trabajo regular y eso no es necesario. Pero converso con Macri. Me encanta poder ser útil en el intercambio. También converso con Sanz, con Chiche Duhalde, con Francisco de Narváez, que también es un hombre que tiene preguntas. Conversé menos con Felipe Solá, pero me pareció muy inteligente. Ser intelocutor me encanta.

—¿Cómo observa la figura de Macri como político?

—Macri consolida su imagen por la eficacia de su gestión como dirigente deportivo. Llega como una figura en el favoritismo popular porque Boca es mucho más que una identidad deportiva. Boca gana y en la época de Macri no pierde nunca. Es la historia del éxito. Y él lo capitaliza. Cuando llega a la política, hizo un milagro que se sostiene en la memoria popular. Es indudable que tiene para aportar un capital de popularidad que no todos tienen. Muchos líderes que hoy disputan la presidencia están afectados por el desprestigio de la política y Macri está beneficiado por el prestigio del fútbol.

—¿Puede ser presidente?

—PRO tienen el capital de la imagen de Macri y puede ampliar su base electoral a partir de su liderazgo.

—¿Qué opina de su gobierno?

—Las limitaciones que encontró provienen en el 80% de las barreras que le impuso el Gobierno central, más allá de que haya podido cometer muchos errores.

—¿Es amigo de Gabriela Michetti?

—Sí, tenemos una relación de mucho afecto. Siempre me pareció una persona muy franca y con capacidad de plantear su pensamiento de manera frontal. Eso lo valoro mucho. Incluso, vino a uno de mis grupos de filosofía y fue muy conmovedor.

—¿Cómo ve a la UCR?

—Alfonsín se proyectó en el escenario por su orfandad y le cuesta generar credibilidad fuera de su partido. Pero también es depositario de una expectativa ética. Cobos fue un amor de circunstancia pero no es perdurable. Y Sanz se presenta como una garantía de gobernabilidad por las alianzas que genere.

—¿Cuánto influyó el sentimiento de pérdida de Kirchner para la imagen de Cristina?

—Si sumamos la viudez y el valor emblemático de una consagración trágica del ex presidente, diría que el capital pasional de la política argentina hoy está del lado del kirchnerismo.

—¿En qué se basa el “modelo” K?

—Es un modelo de la acumulación de poder, pero el Gobierno es pragmático en sus políticas. Es un proyecto de poder corporativo y empresarial que Kirchner ha desarrollado en forma personal.

—¿Qué piensa de los intelectuales orgánicos al kirchnerismo?

—Se originan en una orfandad muy íntima. Hay gente muy preparada que traiciona la función primera de un intelectual: no considerar nunca a un líder político como inequívoco.

—¿Qué opina de “6, 7, 8”?

—6, 7, 8 es un programa de caricatura que tiene una finalidad satírica y de descalificación por vía de la burla. No es interesante aunque puede ser impactante. No espero nada conceptualmente de ese programa salvo cierto ingenio para ser efectivo en el tratamiento de los opositores.


FUENTE: http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0541/articulo.php?art=26737&ed=0541

No hay comentarios:

Publicar un comentario