Episodio
5
TAN
LEJOS
Todos los trámites para
la herencia estaban iniciados, hasta el esperma para la inseminación de Fedra. Xander
asistió a una reunión directiva en las empresas que heredara de su padre Andreas,
más que nada informativa. Tenía curiosidad por saber de qué vivía.
Todo estaba regulado
para que él cobrara sin hacer nada, sólo por ser el hijo de Sifakis. Le
explicaron que cada mes le liquidaban a él las ganancias que le correspondían,
previo pagar sus gastos de mantenimiento e impuesto de las propiedades, lo
restante, era enviado por cheque a la embajada. La misma administración se
ocupaba de todo.
Preguntó cuál sería
su capital en las industrias y la respuesta lo dejó azorado. Vendiendo su parte
de las industrias, viviría sin trabajar un par de vidas.
Pero no vendería. Eso
era de su padre y no lo tocaría. Le dieron las llaves de una caja de seguridad
de un banco para que viera su contenido. También era de su padre y, nunca había
sido abierta. Fue a ver de qué se trataba, tenía curiosidad.
Era evidente que su
madre huyo de Grecia cuando su padre murió. La caja contenía bonos y unos
cuantos miles de euros. Sacó el contenido. Le mandaría la mitad del dinero a
Ada para que lo guardara y consultaría sobre los bonos.
Cuando le dijeron el
valor de los bonos, decidió abrir una caja propia de seguridad en el banco para
guardarlos. Pensó que su madre había renunciado a todo, por recobrar el amor de
su vida. En ese momento, el habría hecho lo mismo, solo que no sabía si su amor
era correspondido en la misma medida a como él amaba a Ada.
Caminó sin rumbo por
las calles de Mykonos.
Antes de entrar a su
casa, recordó que su prima y concubina lo estarían esperando. Vivirían, por un
tiempo, en ese lugar. Cuando entró, las mujeres estaban cocinando, más por
placer que por necesidad. Se las veía muy felices. Las besó a ambas y lo
abrazaron, cada una de un lado.
_ Hace menos de un
mes, estaba estudiando filosofía en la universidad, apurado para terminar y
asegurarse un trabajo digno. Jugaba en un buen seleccionado de básquet; tenía
muchos amigos y una mujer a la que amaba. Paree que el futuro me está jugando
una mala pasada -comentó Xander-
_ Igual para nosotras. Pero, no podemos abandonar a toda la
familia a su suerte. No te preocupes por mantener o manejar las empresas, hay
gente dedicada a eso. Nosotros no tenemos que hacer nada, sólo cobrar y ver
dónde dormiremos cada día -le respondió Fedra-
Fedra estaba acostumbrada a esa vida, su
padre era también industrial y socio de las empresas de Andreas.
Mila, nuevamente lo
acosaba sexualmente. No era su tipo, pero tampoco era fea; tenía buena figura y
rasgos delicados; a diferencia de su prima, que era más alta y corpulenta que,
aunque hermosa, tenía un rostro más rígido y un estilo más clásico.
Su temor, más bien,
era que Fedra sintiera celos y tuvieran problemas por alguien que no le
interesaba en absoluto.
Todo lo contrario,
parecía que Fedra disfrutaba que su pareja jugara con él. Xander se dejaba
besar y trepar por Mila, no había mucho más por hacer, salvo salir de la casa.
Él ya estaba organizando mentalmente su viaje para reencontrarse con Ada.
Ada no dejaba de
llorar. Reunida con sus amigas, Martín y Lucas, les contaba la situación en la
que se encontraba Xander. Ella les confió que, algo malo presintió cuando él
debió viajar. Estaba segura de que, la situación en Grecia haría que Xander la
abandonara para siempre. Martín intervino diciendo que estaba seguro de que,
nada en el mundo haría que su amigo la abandonara. Ada lo miró incrédula.
Lloraba sintiendo íntimamente una desgarradora soledad.
Pasaron dos meses desde que Xander había
llegado a Mykonos. Ese día, Fedra y Mila regresaban contentas a la casa con una
gran noticia.
_ ¡Seremos madres!
-anunció Fedra-
Xander, entró en la cuenta que eso lo hacía a
él padre. Se sintió aterrado. Lo bueno, era que el tema había terminado.
_ ¡Qué bien! Pronto regresaré a casa -dijo feliz Xander-
_ Lo dudo primo, la
que está embarazada es Mila. Yo aún no lo he logrado -le explicó Fedra-
Xander se sentó en
un sillón, se sentía muy mareado. Eso no era lo mismo, con ella había tenido sólo
sexo y no había ningún acuerdo, ni nada.
¿Cómo se lo explicaría a Ada? Aún no se
atrevía a contarle sobre esa parte del testamento, cuando solo se trataría de
una inseminación. No sabía cómo le diría que tuvo sexo con Mila y un hijo en
camino. Sintió que todo su mundo se
derrumbaba.
Xander decidió que debía hablar con Ada antes
de ir a verla. Tenía que decirle lo que estaba pasando. Se comunicó, como cada
noche. Ada, ni bien lo vio en la pantalla le preguntó cuándo iría.
_ Seguramente, en pocas semanas, pero hay algo que debes
saber.
Ada, se acomodó para escucharlo. Él le contó
lo que faltaba de la cláusula respecto de un embarazo de su prima. Ella lo
escuchaba con los ojos llenos de lágrimas.
_ Por favor Ada, escúchame sin llora, porque si no, no tendré
coraje de habar.
_ Te escucho Xander.
Él le contó de la
pareja de Fedra y que habían tenido sexo. Ada no se sorprendió; él tenía sexo
con cuanta mujer se le cruzara. Le dijo que era evidente que, al ser lesbianas
no tenían un cuidado anticonceptivo y que Mila había quedado embarazada de él.
Ada no logró contener
las lágrimas, tapó su rostro con ambas manos. Xander no sabía cómo consolarla
sin abrazarla.
_ La pareja entre Fedra y Mila, es muy estable y ella quieren
tener un hijo. Te aseguro que yo quedo fuera de esa ecuación.
El problema interior
de Xander, era que en realidad, él no sabía que tan fuera estaría, una vez que
viera a sus hijos.
_ ¿Me comprendes bien Ada?
Ella asentía con la
cabeza.
_ Te necesito a mi lado. Iré a buscarte.
_ No Xander. Yo te
extraño y espero que vengas a verme, pero no viajaré contigo.
_ No entiendo Ada ¿Por
qué no quieres acompañarme?
_ Te pido que cuando
regreses tengas bien claras las cosas en tu cabeza. Debes saber que vas a hacer
con tu vida, porque la mía está muy ligada a la tuya y necesito saber si es
tiempo de desprenderme de ti.
_ Por favor Ada, no hagas
esto. Espérame. En unas semanas estaré allí. Por favor Ada, no tomes decisiones
apresuradas.
_ No lo haré. Te
espero y hablamos.
Cuando ella cortó la comunicación, Xander se sintió
desesperado, estaba a punto de perder a Ada. Decidió hacer los trámites para
viajar lo antes posible.
_ Viajaré por unas semanas a América y luego regresaré a
continuar cumpliendo con mi parte del trato -anunció Xander a Fedra-
_ No te vayas, sin dejar bien complacida a Mila -respondió
con firmeza Fedra-
_ ¿Qué pasa contigo? Yo no tengo nada que ver con Mila. No
soy su consolador.
Fedra le dio una cachetada.
_ ¡No seas un niño desagradecido! -le gritó Fedra-
_ ¡Te equivocas si crees que haré lo que tú quieras, solo
porque tu edad, hace que parezcas mi madre!
Nuevamente le sonó
otro golpe en la cara. Él la tomó de los brazos y la empujó golpeándola contra la
pared. Ella se abalanzó sobre él, golpeándole el pecho e insultándolo. Él la
abrazó con fuerza.
_ Perdóname Fedra, no debí golpearte… Recuerda que soy tu marido, solamente en los
papeles. No tienes derechos personales sobre mí, para exigirme nada.
Fedra tomó la cabeza de Xander y lo besó en la boca.
_ ¡Basta, deja esto! Ya no hagas nada más Fedra.
Fedra metió una mano
en su pantalón, envolviendo su sexo. Xander peleaba con ella intentando alejarla,
mientras ella que lo empujaba hasta el sillón. Fedra le desabrochó el jean; lo
besaba en los labios mientras abría sus piernas para recibirlo. Él la penetró
con furia y enojo. Ella gritó de dolor… era su primera vez con un hombre…
Xander no podía creer lo que pasaba, ni tampoco detenerse. Era tarde, estaba
teniendo sexo con ella sin ningún control. Los gritos hicieron que Mila llegara
y los viera. Ella se sentó a su lado, besando a uno y al otro alternativamente.
Por más de una hora Xander tuvo sexo con ambas mujeres. La revolución hormonal
tuvo más poder que cualquier sentido y nada de sentido común.
Xander se sentó en el
sillón, supo que Fedra acababa de manipularlo. Ellas no querían que él se
fuera. Fedra incluso, tuvo sexo con él, siendo su primer hombre. Estaban
tejiendo una telaraña a su entrono de la que él quería escapar. Se dio cuenta
que escapar del todo, ya no era posible. Estaba casado con Fedra, era su esposa
ante la ley. Mila sería madre de su hijo. No solo había caído en su telaraña, ambas ya
estaban chupando su vida.
_ Tengo otras cosas que hacer -aseguró Xander poniéndose de
pie con total decisión-
Se dio una ducha,
preparó una valija. Compro su pasaje vía internet para el día siguiente y se
aseguró de tener lugar en el ferri por la mañana. Escuchaba a las mujeres jugar
en la cocina mientras preparaban algo de comer. Pensó en sus amigos, Martín
seguro lo envidiaría y querría estar en su lugar, Lucas hasta lo felicitaría.
Pero él, sólo quería regresar con Ada.
Por la mañana sólo
tomó un café. Entró a la habitación de Fedra para avisarle que se marcharía por
unas semanas. Ella se levantó para no despertar a Mila y fue con él hasta la
cocina.
_ Ve tranquilo, nosotras te alcanzaremos la semana entrante
-dijo con seguridad Fedra-
_ No hagan eso. No se metan en este viaje, es privado.
_ Hable con Leónidas, mi padre, sobre tu viaje y me dijo que
debíamos cubrir las apariencias, permaneciendo a tu lado. Tú no te preocupes
porque reservaremos un hotel para nosotras.
Xander asintió, no
había mucho que él, pudiera hacer al respecto, durante ese año toda la familia
estaría metida en sus vidas.
Durante su vuelo,
lejos de todo, pensó cómo arreglaría su vida. Repasaba todo lo acontecido y no
encontraba soluciones que le dieran libertad. Tenía que completar el año con
Fedra, cumpliendo los compromisos con la familia Sifakis.
En el aeropuerto vio
a Martín que lo esperaba. Estaba realmente feliz, al fin un rostro conocido y
sinceramente amigable.
En el auto, mientras
se dirigían a la ciudad, Xander le contó todo lo que había pasado en esos dos
meses. También que sólo estaría unas semanas y que Fedra llegaría tras él.
Martín lo escuchaba con tristeza, él siempre supo que estaba enamorado de Ada y
cómo, todo eso complicaba su vida.
Al llegar a casa, Ada
lo abrazó colgándose de su cuello. Xander tiró todo para sostenerla. La besó en
toda la cara deteniéndose en los labios. Ella lloraba, estaba muy demacrada y
más delgada que cuando la dejó.
_ Deja todo atrás Xander, no regreses a Grecia -le rogó Ada-
_ No puedo hacerlo, aunque quisiera. Necesito que comprendas que
casi unas centenas de personas dependen de completar esta cláusula del
testamento. Dame tiempo Ada. Solo se tratará de un año.
Ada se soltó de él y
no respondió. Sacó de la heladera una bandeja con masitas, para acompañar el
café. Mantuvieron los tres una charla sobre las novedades de la ciudad y sus
amigos. Luego Martín se marchó para dejarlos solos.
Xander tomó a Ada en
sus brazos, la besó en los labios, necesitaba de ella y de su amor. Ada también
necesitaba de él.
Fueron juntos a la
habitación, todo cuanto él quería, lo tenía en sus brazos. Hicieron el amor con
desesperación. No había nada más en el mundo que ellos y lo que sentían. Xander
separó la cara del cuello de Ada para mirarla a los ojos, estaba por decir “te amo” cuando ella cubrió su boca con
los dedos para impedirlo.
_ Tú necesitas saber lo que tengo que decirte -pidió Xander-
_ Ya es tarde -dijo Ada-
_ Me prometiste que no tomarías decisiones -replicó Xander-
_ Las decisiones, las has tomado tú. No hay retorno posible al
punto dónde habíamos quedado antes de que te fueras. Todo ha cambiado. ¿No
entiendes que no hay sentimientos posibles que te hagan salir de la ecuación de
tu hijo?
Xander se sentó en la
cama y lloró. Ella le pasó la mano por su espalda.
_ Ven conmigo a Grecia, Ada.
_ Sería poco digno de mi parte. Tú, no necesitas más mujeres
a tu lado. Yo debo pensar en cómo vivir una vida normal. Sin ti.
Ada tenía razón, él
no podía forzarla a estar a su lado en esas condiciones. Xander reflexionaba en
todo lo injusto que estaba siendo con ella.
_ Vivamos estas semanas como una bella despedida, con la
alegría que siempre nos da estar juntos. Sólo esto pido para mí -dijo Ada
mirándolo a los ojos-
Pasaron el resto del
día y la noche en la cama, incluso comieron en la cama comida comprada que les
entregaban en la puerta.
_ Pase lo que pase, debes prometerme que continuarás
recibiendo dinero que te envíe.
_ Bien Xander, lo guardaré para alguna emergencia.
_ Todo lo mío es tuyo, Ada.
Ada sonrió meneando
la cabeza. Había mucho de incredulidad en su gesto.
La primera semana pasó
entre reuniones con amigos; escapadas al mar con Ada; horas sin dormir haciendo
el amor y procurar que ella, recuperase peso. Al finalizar la semana, su
teléfono sonó. Fedra estaba ya en el
hotel. Ambos quedaron sentados en silencio. La magia se había roto.
Xander
le pidió a Ada que lo acompañara para presentarle a su prima. Ada fue de muy
mala gana. Una vez en el hotel, entraron a la suite de las chicas que los
abrazaron a ambos.
Hablaban solo en griego, pero Ada les entendía
pese a no hablarlo. Se sentaron todos en los sillones, mientras recibían un
servicio al cuarto. Mila sirvió en pequeños platos individuales los canapés y
al llegar a Xander, lo besó apasionadamente en la boca.
_ Todo va bien con nuestro niño -le dijo Mila-
Ada se sintió muy
incómoda y Fedra le llamó la atención a Mila, que rápidamente se sentó a su
lado. Cuando se despedían para irse, Fedra le pidió que él regresara más tarde
porque recibirían una llamada de Leónidas.
Una vez en el
departamento, Ada estaba muy desanimada, le pidió que la dejara sola porque
necesitaba dormir. Xander la besó y regresó al hotel para esperar la llamada.
Xander entró furioso
a la suite.
_ ¿Tienes algún problema mental, Mila? -preguntó Xander-
_ ¡Cálmate por favor
Xander! Es que Mila no tiene inconvenientes en compartirte y no pensó que ella
lo tuviera -le explicaba Fedra-
_ ¿Compartirme? No puede compartir lo que no le pertenece. ¿Acaso
debo repetir que no soy objeto de ustedes? -dijo aún con más enfado Xander-
Fedra se acercó a
abrazarlo y acariciarle el cabello, mientras le pedía que se calmara.
_ Te recuerdo que mientras estamos fuera de Grecia, yo no
asisto al tratamiento de inseminación. Deberás realizar tu trabajo, en la forma
tradicional -dijo fríamente Fedra-
_ Que te quede claro que no haré nada más que lo estipulado.
Has con ello lo que quieras -dijo Xander firmemente-
_ Hablas así porque estás enojado, pero yo haré que ese enojo
se disipe -le aseguró Fedra-
_ Olvídalo, no haré
nada que no tenga deseos de hacer.
_ Veo que olvidas que, te encuentras casado y con un
compromiso que durará todo un año -dijo Fedra-
Mila se acercó a ellos, colocando cada una de sus manos en
los sexos de ambos. Fedra tomó del cabello a Xander, guiándolo hasta su boca,
mientras Mila desprendía su jean.
_ Xander… solo es sexo. Estoy ovulando… Nadie te reclama amor
-le dijo Fedra al oído-
Los tres caminaron hasta
la cama, sin dejar de tocarse. Xander nuevamente se encontraba en un juego que
no buscaba. Las mujeres lo excitaban al punto, de sentirse hechizado por ellas.
Tenía sexo con una y otra. Ellas aún jugaban con su cuerpo cuando el cansancio
lo venció quedándose dormido.
El teléfono nunca sonó, había sido un engaño. Recordó
por un momento el rostro de Fedra, por primera vez en éxtasis teniendo sexo con
él. Pensó que la situación se estaba complicando aún más.
Xander se duchó antes
de vestirse. Ada no entendería lo que pasó esa noche y ciertamente, él no pretendía
que lo hiciera. Lo mejor que él podía
hacer, era regresar a Grecia. Quedarse con ellas en América, sólo lastimaría
más a Ada.
Entró al departamento sin hacer ruido, caminó hasta su cuarto
para volver a poner las cosas en la maleta. Se sentó en su cama, estaba agotado
en todo sentido. Ada entró y se sentó a su lado.
_ Es mejor que te vayas Xander. Debo reiniciar mi vida sin ti
y cuanto antes lo haga mejor.
_ Permaneceré en contacto, como siempre -dijo Xander-
_ Mejor, solo una vez a la semana -replicó Ada-
Xander la abrazó
llorando como un niño. Ada lloró con él.
MAÑANA CONTINUARÁ CON EL INICIO DEL CAPÍTULO 3...
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