Episodio
2
EL
INFIERNO
Attis cumplía su
primer año. Se lo festejaban los amigos con biberones para uno y cervezas para
seis. Javier, desde que estaba el niño con ellos, nuevamente se había sumado al
grupo. Todos colaboraban en malcriarlo. Xander, nuevamente debió postergar su
viaje. Durante la comunicación, prefirió no contarles los motivos. Saludó a su
hijo por la cámara. Le dijo en griego, que esos meses sin él se le hicieron
infinitamente largos.
Attis disfrutaba el
sonido de la voz de su padre. Ada le preguntó si estaba bien. Él respondió que
sí, que no se preocupara. Ella supo por su voz que no era cierto. Xander se
había deprimido y se preocupó.
Fedra había hecho
desaparecer a Thanos. No sabían dónde estaba el niño, pero ella se mostraba
tranquila. Xander decidió hacer todo cuanto ella quisiera, con tal que regresase
el niño a la casa. La familia también lo presionaba con eso, como si la culpa
fuera de él por descuidar a su mujer.
Fedra se presentó en
la casa de Xander.
_ ¿Qué más quieres Fedra? Ya has logrado que detenga el
divorcio. ¿Qué más necesitas de mí?
_ Quiero regresar contigo.
_ Primero debes traer a Thanos a casa.
_ Pretendo una vida normal de casados… -sostuvo Fedra-
_ ¿Pretendes compartir una cama? ¿Qué pasó con tu
lesbianismo?
_ La primera condición, es que tengamos sexo.
_ ¿No prefieres una mujer, para eso?
_ No te voy a dar explicaciones. ¿Tomas o dejas las
condiciones? -respondió seriamente Fedra-
Él se quedó en
silencio. No sabía cómo haría para tener sexo con ella, la odiaba desde lo
profundo de su ser.
_ Si con todo el odio que te ganaste, consigues una erección
en mí, tendremos sexo -la desafió Xander sentado en el sillón-
Fedra se sentó sobre
él con las piernas abiertas. No tenía puesta ropa interior. Por mucho que lo
intentaba, no lograba respuesta a ningún estímulo en el cuerpo de Xander. _ Si no colaboras, nunca más verás al niño.
_ Toda tu maldad, hace que no sienta deseos por ti.
_ ¡Olvídate de volver a ver a Thanos! -le gritó Fedra,
furiosa-
Cuando estaba a punto de salir por la puerta, él la detuvo.
_ Regresa el niño Fedra, por favor -le rogó Xander, sin poder
contener las lágrimas-
Ella lo empujó hasta
el sillón, masajeándolo íntimamente. Mirándolo directamente a los ojos. Su
mirada era temible y amenazante. Xander intentó recordar a Ada… se pensó con
ella mientras conseguía una erección. Fedra subió en él, sin dejar de mirarlo,
mientras él mantenía a Ada en su mente, aferrándose a su imagen. Ella logró su
objetivo.
_ Tal vez, lleguemos a tener muchos herederos -dijo sonriente
Fedra-
_ ¡Dime de una vez dónde está Thanos! -exigió Xander-
_ Está muerto.
Lo que siguió, fue un
grito aterrador de Xander. Intentó calmarse pensando que no era cierto. _
Llévame con él.
_Thanos cayó en el viejo aljibe de la casa de mis padres. Si
lo quieres, búscalo tú mismo.
Xander la empujó y corrió a la calle. Subió a
su auto, mientras hablaba con Leónidas por teléfono. Le contó lo que Fedra le había
dicho y le avisó que estaba en camino.
Intervino la policía con
un cuerpo de rescatistas. Efectivamente,
Thanos estaba en ese lugar. Cuando sacaron al niño, Xander lloró abrazando el cuerpo
de su pequeño hijo. Detrás suyo, Leónidas entregaba a su propia hija a la policía.
Lo que estaba pasando,
estaba fuera del entendimiento de cualquiera de ellos. Todos, hasta el personal
policial, permanecían en el más profundo silencio ante la escena que estaban
presenciando. Cuando lograron quitar el cuerpo del niño de los brazos de
Xander, se lo llevaron los forenses.
Leónidas y su esposa
se abrazaron incrédulos.
El informe preliminar del forense arrojó como
resultado que el niño había sido ahogado pero que, por las marcas que tenía en
el cuello, había sufrido estrangulamiento previo.
Xander, se encontraba
en un evidente estado de shock, no respondía a nada, ni preguntas ni estímulos.
Su rostro era impávido. Leónidas y su esposa lo abrazaron para caminar con él
hacia la salida de la delegación. Dejaron su auto estacionado en ese lugar y se
lo llevaron con ellos.
Martín llamó a Xander
varias veces, pero él no contestó las llamadas. Estaba hundido en su infierno.
Luego de varios días,
en casa de Ada todos estaban muy preocupados por la falta de comunicación con
Xander. Decidieron que Martín viajaría para saber qué estaba pasando con su
amigo.
Ni bien Martín llegó a Atenas, contrató un
traductor para que lo acompañara a Mykonos. Desde el ferri continuó llamando a
Xander sin respuesta. Cuando llegó a la casa, comprobó que él no estaba ahí. Preguntó,
por medio del intérprete, dónde se encontraba su amigo y qué era lo que había pasado.
Uno de los guardias lo reconoció y le contó lo que había pasado con el niño
Thanos. Le dijo que a Xander, lo tenían en casa de los suegros porque el muchacho
estaba muy mal.
Martín, llegó a la
casa de los Sifakis. Leónidas los hizo pasar y lo acompañó directamente al
cuarto donde estaba Xander. Vio a su amigo acostado en posición fetal, con los
ojos abiertos, apenas visibles por la hinchazón de los párpados. Martín se
abrazó a él.
_ Estoy aquí para llevarte a casa con Attis. Debes
reaccionar, amigo.
Xander parecía no oír
nada. Martín lo zamarreó.
_ Vete Martín, estoy muy cansado -respondió Xander, casi en
susurros-
_ No hermano. De acá no me voy sin ti. ¡Todo esto se termina ahora mismo!
_ Él era muy chiquito y yo no supe protegerlo…
_ Lo sé hermano, pero había mucha gente cuidándolo, no fue tu
culpa. Lograste salvar a Attis, que te está esperando en casa con Ada.
Xander se sentó tambaleante en la cama.
_ Yo no puedo acercarme a Attis, ni a Ada, porque todo lo que
amo se muere.
Martín se abrazó a su
amigo. Podía entender su gran pesar.
_ Entonces iremos a tu casa. Haremos que un médico te visite,
para que te recuperes. Yo me quedaré el tiempo que haga falta -aseguró Martín-
Cuando entraban en la
casa, Xander arrastraba los pies pesadamente en su andar. Los empleados
corrieron a ayudarlo. La mujer de la cocina preparó algo para que tomaran y
comieran.
_ Mira amigo, vas a tener que hablar, de lo contrario
tendremos que vivir con el intérprete metido en a casa -le dijo Martín-
_ Despídelo. Yo mismo te traduciré.
Al comunicarse con Ada,
Martín le dijo solamente que Xander estaba estresado y algo deprimido. Qué él
se quedaría a acompañarlo hasta que se sintiera más animado.
Se cumplían dos meses
de fallecimiento de su hijo. Xander no lograba recuperarse del todo. Martín
estuvo con él todo ese tiempo, pero pronto debería irse. Le preocupaba que su
amigo no se aferrara a ninguna razón para vivir. Todo lo bueno lo desechaba. El
tratamiento con el psicólogo lo había ayudado, pero no lo suficiente.
Xander, recibió un
llamado de la cárcel de mujeres. Le informaban que su esposa Fedra Sifakis
estaba embarazada de, aproximadamente, ocho semanas. Xander le comentó a Martín,
cuál había sido el tenor de la llamada que había recibido. Le contó también, cómo
fue la situación extorsiva en la que tuvo sexo con ella.
_ Es evidente que estoy atado a Gracia con cadenas de plomo.
Si Fedra no se provocaba un aborto, tendré otro hijo suyo.
_ ¿Qué harás Xander?
_ Nada, solo esperar a
que nazca. De ser así, deberé sacarlo inmediatamente del alcance de su madre.
¿Qué más puedo hacer? -dijo con evidente resignación-
Leónidas llegó a la
casa de Xander, acompañado del viejo albacea que había protegido la herencia de
Teodoro, para hablar con él de nuevos temas de importancia. Fueron invitados a
sentarse, mientras los empleados le servían una merienda. Xander le contó a
Leónidas que nuevamente sería abuelo. Esa vez, Leónidas no se alegró, más bien
dudó que ese embarazo llegara a su término.
Los hombres le
informaron que, por un amparo legal presentado por la familia en su conjunto él,
como esposo de Fedra, fue nombrado albacea provisorio de todas las empresas que
se habían distribuido de la herencia que pertenecían a Fedra. En caso de que
ella fuera condenada a más de treinta años, todo pasaría a Xander
definitivamente.
_ Es imposible para mí manejar ese caudal de empresas
-replicó Xander-
_ La base de toda la fortuna de Teodoro es la naviera y el
resto es manejado por holdings de representantes -le explicaron-
_ Bueno. Iremos viendo sobre la marcha. Está visto que este
año aún permaneceré en Grecia -dijo Xander-
_ Muchacho, eres uno de los hombres más ricos del mundo,
puedes vivir donde quieras y manejar tus negocios por teléfono -le dijo el
viejo albacea-
_ Maldigo la hora en que la fortuna Sifakis entró a mi vida,
pues nunca más logré ser feliz. Les aclaro que no me quedo por las empresas,
sino porque deberé estar atento al nacimiento del nuevo niño, para protegerlo
de Fedra -les explicó Xander-
Cuando los hombres se
retiraron, Xander le dijo a Martín que vivía en un maldito infierno, en el que
todos esperaban algo de sus heridas
abiertas. Martín le pidió que, esa noche hablaran con Attis, porque el niño
lo extrañaba.
Al encenderse la
webcam, ahí estaban Ada y Attis saludándolos con sus manos. Attis gritó
“¡papá!”. Ada reconoció que lo rodeó de fotos para que no se olvidara de él mientras
no se comunicaban. Xander estaba muy emocionado al verlos, casi no le salían
las palabras. En el fondo de la imagen, se veían movimientos.
_ ¡Mira, es el Griego! -gritaban los chicos del equipo básquet,
metidos todos en el departamento-
_ ¡Nos abandonaron los dos capitanes! ¡Deberán llevarnos a
nosotros también a Grecia! -insistían alegres, los jóvenes-
Attis se reía con los
muchachones que se lo pasaban de unos a otros. Le confesaron a Xander que el
pequeño era la mascota del equipo y que, estaba muy malcriado por todos.
_ Ada es una madraza con Attis -dijo Lucas-
_ Pronto los visitaré -prometió Xander-
Ada pudo darse cuenta
del mal estado en que se encontraba Xander. Lo comentó con los chicos al
terminar la comunicación.
Martín le dijo que
ese era el momento justo para viajar fuera de Grecia, porque más adelante se le
complicarían las cosas. Necesitaba un recreo de su infierno y nada mejor que
besando a su hijo. Xander aceptó. Martín estaba seguro de que, si veía a Attis,
no resistiría el deseo de quedarse con él definitivamente.
Xander habló con
Leónidas para avisarle que viajaría, por un par de semanas de descanso. Martín
y él fueron juntos a dejar flores a la pequeña tumba de Thanos. Martín se quedó
unos pasos atrás, para permitirle a Xander un momento de intimidad con su niño
muerto. Xander lloraba con profunda amargura mientras tocaba el frío mármol.
_ Martín, aún no cumplo los veintitrés años y mi vida se
encuentra totalmente arruinada.
CONTINUARÁ MAÑANA...
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