¿QUIÉN SE ANIMARÁ?
Desde el advenimiento de la democracia en 1983 a la fecha, hemos leído y escuchado miles de propuestas, proyectos y plataformas políticas, y realmente, —esto sin decirlo de manera peyorativa ni mucho menos— hemos escuchado, prácticamente, más de lo mismo.
Todos estos proyectos, plataformas electorales y promesas son lo que, medianamente proponen, palabras más, palabras menos, absolutamente todos los partidos políticos...
Sin embargo omiten algo fundamental, que es, en realidad, el motor de todo.
Nadie habla de dónde van a salir los recursos, de qué manera, cómo se distribuirán los ingresos del Estado, y mucho menos cómo se recaudarán y cómo estos se van a distribuir. Y esa, es la clave.
Lo primero que se debe hacer en nuestro país, es una reforma impositiva. Reformar la cantidad y calidad de impuestos, el destino de estos recursos y lo más importante, el método recaudatorio y distributivo de los mismos.
Nuestro país cuenta con uno de los sistemas impositivos más perversos del mundo, donde encontramos impuestos realmente distorsivos, como por ejemplo el IVA del 21% y otros que se pagan varias veces y de distintas formas, como Ingresos Brutos y Ganancias, siguiendo con una extensa lista de obligaciones provinciales y municipales.
Todas estas “contribuciones” fiscales, no hacen otra cosa que encarecer los productos o servicios produciendo un lógico deterioro en el poder adquisitivo y tentar a la evasión a quienes deben pagar.
Lo segundo, es realizar una reforma en el perverso sistema de coparticipacón de las provincias y municipios.
Estos dos ítems, la reforma impositiva y a la coparticipación, van de la mano y se pueden hacer de manera simultánea.
No hay dudas de que tomando estas dos medidas, que como dijimos, se pueden hacer de manera conjunta y sancionando una misma Ley, se solucionarían el 80% de los problemas sociales y económicos que venimos padeciendo desde hace décadas.
Tanto el distorsivo sistema impositivo, como el actual sistema de coparticipación, conjugan en un tercer puntoque también se solucionaría, en gran parte, con la reforma impositiva.
El tercer punto, del cual nuestros mandatarios forman parte, es el gigantesco sistema burocrático administrativo del Estado. Un Estado que cuenta con muchos más empleados de los que tendría que tener, con una ineficiencia notable, un derroche excesivo de recursos económicos y propicios para crear un terreno arto fértil para fomentar hechos de corrupción de todo tipo y color.
Por último, tendríamos que tomar conciencia de que si queremos o pretendemos ser un país desarrollado, deberíamos aplicar una política económica desarrollada, cosa que nunca se llevó a cavo en la Argentina
Muy por el contrario, ya desde la época de la colonia, siempre tuvimos una economía regulada o controlada. Basta con mirar a los países exitosos para darnos cuenta de cual es el camino a seguir, por lo menos en lo que a economía se refiere.
Estos son los verdaderos males que nos aquejan, pero nuestros dirigentes siguen empeñados en decirnos que somos un país sometido, oprimido, hostigado por el FMI, el Banco Mundial y las empresas multinacionales, en vez de aplicar una economía moderna, abierta, que aliente a las inversiones y genere empleo, con un sistema impositivo justo y equitativo que distribuya los ingresos de una manera ordenada, transparente y sin despilfarro, a través de un Estado eficiente y que responda de una manera efectiva a las necesidades de la gente.
En conclusión, estas son, según mi modesto entender, las primeras quince medidas que debería tomar el gobierno para poder alcanzar un verdadero desarrollo social, político y económico:
1. Reforma impositiva y de coparticipación. Reformar, fundamentalmente, a través del sistema impositivo, la coparticipación.
2. Alentar las exportaciones. Especialmente aquellas que tengan mano de obra como valor agregado.
3. Impulsar créditos a las pymes.
4. Impulsar créditos para viviendas.
5. Impulsar un plan nacional de viviendas. A través del FoNaVi (fondo nacional para la vivienda) para los sectores de bajos y de medianos recursos.
6. Impulsar la reactivación industrial.
7. Impulsar la creación del Seguro Social Nacional. Eliminar, de esta manera, el clientelismo por los actuales planes sociales.
8. Garantizar todos los derechos. Comprometerse con todos los paridos políticos, a través del congreso nacional, para que todos y cada uno de los ciudadanos tengan garantizado el derecho a la salud, vivienda digna, educación y trabajo.
9. Reforma del Estado. Realizarla, en gran parte, con las reformas impositivas y de coparticipación, reduciendo de manera sensible los gastos “evitables”.
10. Reforma política. Establecer nuevas normas no solo para los partidos políticos. También reducir los puestos innecesarios tanto en el poder ejecutivo como en el legislativo, pudiendo destinar más fondos y personal al poder judicial que se encuentra colapsado.
11. Reforma económica. Sin intervensionismo ni regulaciones.
12. Reforma laboral. Premiando a quienes creen mas y mejores fuentes de trabajo.
13. Reforma judicial. Creando a través de la reforma política, mas infraestructura para que esta pueda funcionar de manera rápida y eficiente en todos los fueros.
14. Reforma previsional. Permitiendo que los jubilados puedan tener una jubilación del 82% móvil.
15. Pago de deudas. (Interna y externa)
Pero como se dijo al principio, todavía no se escuchó a nadie hablar sobre el tema principal, una reforma impositiva justa y coherente y la posterior reforma del perverso sistema de coparticipación actual, que creo, es la clave de todo.
Pablo Dócimo
Hola Graciela.
ResponderEliminarGracias por publicar mi nota.
Pablo Docimo.
pablodocimo@hotmail.com
Estás dentro de los pocos periodistas y críticos políticos a los que prefiero leer y hacer conocer porque tienen la capacidad de la objetividad, plasmando echos y respeto periodístico para con el lector. Hoy publiqué otra nota tuya.
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