jueves, 13 de enero de 2011

El nuevo corralito K es hacia las personas.

Mercedes Marcó del Pont, presidente del Banco Central de la República Argentina, finalmente se decidió a salir a brindar mayores explicaciones sobre la crisis por falta de billetes que aqueja al país.



Como todo argumento kirchnerista, adoleció de cualquier reconocimiento de responsabilidades propias y derivó tangencialmente, diciendo que traerán de Brasil 16.000 millones de pesos en lugar de los 10.000 millones previstos.
Si el problema era que no llegaba lo solicitado a Brasil, uno no puede menos que preguntarse ¿para qué incrementar en un 60 % el remanente por llegar?
La mencionada funcionaria comentó lo que parece una obviedad, pero probablemente no lo sea. Se incentivará mediante campañas oficiales el uso de plásticos y la bancarización generalizada buscando reducir la cantidad de billetes circulantes que se usen para transacciones.
Es decir que, por un lado habla de inundar el mercado con billetes, pero por el otro se insta a que no se los utilice de la manera tradicional. Y este es el punto donde radican las sospechas.
¿Se trataría entonces en realidad de "arriar" masivamente a la gente hacia los bancos y hacia sus productos, especialmente tarjetas de débito y crédito, débito automático y banca por Internet? ¿No se lograría con esto acotar más la libertad de los individuos dentro del sistema que tiende paulatinamente al obsoleto y reconocido por Fidel Castro “inservible” modelo? Pero tratándose del kirchnerismo, necesariamente sería esquizofrénico por que se profundiza el modelo favoreciendo la sector financiero ¿No resulta el paroxismo de la contradicción?
Si lo miramos en el contexto de todas las políticas que está llevando a cabo la Sra. Fernández de Kirchner influenciada por quienes ahora tienen mucho mas poder dentro de su gabinete, no es difícil advertir hacia donde quieren llevarnos.
Recordemos que si algo caracteriza estos regímenes es la profunda desigualdad de castas, donde el pueblo en general queda sumido en la pobreza, se le restringe el acceso a la información, a tener mejor calidad de vida, a disponer de sus ingresos libremente, y quienes ostentan el poder político viven en la mayor de las opulencias, con amplia discrecionalidad hasta para decidir sobre la vida, la libertad y la muerte de las personas.
Al reducir el uso de dinero en efectivo e inducir necesariamente a la población hacia los plásticos, el gobierno tendría mas control sobre muchas más operaciones, o por decirlo de otra forma, si la gente consumiera todo "en blanco" la AFIP seguiría expandiendo su insaciable voracidad.
Este poder incontrolable de la AFIP tiene un solo objetivo: proveer al gobierno nacional de mas fondos para ser utilizados entre otras cosas en un enorme aparato de propaganda oficial al mejor estilo nazi, subsidios a grandes grupos económicos, fútbol para todos, la educación y salud gratuita que le damos a los extranjeros mientras debemos deambular con nuestros hijos de colegio en colegio para conseguir vacantes y hacer colas interminables desde las 4 de la mañana en hospitales públicos para que con suerte, viento a favor y en bajada nos atiendan, el subsidio al combustible para los bolivianos que prometió hace muy pocos días la Sra. Fernández de Kirchner a su par Evo Morales (pero que obviamente nunca nos consultó si estábamos de acuerdo), mantener las organizaciones sociales afines al gobierno como fuerza de choque, compra de voluntades de intendentes y gobernadores, ayudas para solventar en parte la próxima campaña electoral, y por supuesto, para que los funcionarios del oficialismo vivan como reyes dilapidando los fondos públicos mientras en la Nación Argentina siguen muriendo compatriotas por desnutrición y se les niega el acceso a las condiciones mínimas de salud e higiene, agua potable, vivienda digna.
Sin soslayar que ese control “descontrolado” de la AFIP, serviría además para presionar y extorsionar a potenciales enemigos del régimen.
Simultáneamente, al acostumbrar al público a manejarse con mucha menor cantidad de efectivo, se podría evitar o menguar una eventual corrida general hacia el dólar, especialmente si se considera que los problemas a causa de la inflación movilizan al poseedor de excedentes de efectivo a ir sobre el billete norteamericano, que ayer se comercializaba en el orden de los $ 4.25 en los circuitos periféricos de compra venta.
Pero, observando mas allá de la noticia del momento, no es difícil advertir que en medio de todo esto se esconde además, la imperiosa necesidad de devaluar del gobierno nacional por no poder seguir sosteniendo el festival de gastos, la expansión monetaria que lleva adelante.
Este desenlace era previsible, a lo que se suma el peligro de devaluación que planea el gobierno de Brasil, el que se espera sea de modo regulado y seriamente estudiado.
Si algo hay que remarcar hasta el cansancio es el hecho de que mientras la gestión de Lula Da Silva hizo crecer a su país, las políticas llevadas a cabo por personajes como Menem y los Kirchner, por nombrar los mas notorios de los últimos tiempos, hicieron retroceder al nuestro muchas décadas en términos de crecimiento económico.
Lula aplicó políticas fiscales flexibles, bajó la presión tributaria, se logró el crecimiento del PBI, disminuyó considerablemente la pobreza, combatió de manera eficaz el narcotráfico, captó inversiones, entre otras tantas medidas y logros obtenidos por su gestión.
Los graves problemas sociales y económicos que dejará el kirchnerismo luego de su paso por el mas alto poder de la Nación, serán de muy difícil resolución en lo inmediato, y es altamente probable que generaciones enteras sean golpeadas por varias décadas mas por la pobreza, el caos social, la droga, la violencia y la ignorancia.
Por último, no es posible omitir, que existe un factor al que ya hemos hecho mención en otras oportunidades porque su efecto es adverso en términos de toma de decisiones.
Como quedara expresado en notas anteriores, las diferencias de visión y proyección de la economía nacional que tienen el ministro de economía Amado Boudou y la presidente del BCRA, han quedado en evidencia por los comentarios públicos que suelen hacer ellos mismos.
Si de internas se trata, ya hemos encontrado varias “perlitas” que así lo demuestran. Mientras el primero habría impedido que la Casa dela Moneda contara con dinero para facilitar la modernización tecnológica del mencionado organismo, la segunda dejó bien claro, a su entender, quien era el gran responsable en parte de la falta de efectivo, y que motivó el encargo de billetes a Brasil.
La única respuesta posible a todo este dislate es una mezcla altamente concentrada de ambición desmedida, demencia e ignorancia ¿qué proporciones tendrá cada ingrediente en el compuesto?

Equipo de Economía de Tribuna de Periodistas


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