domingo, 6 de marzo de 2011

ELECCIONES 2011: Carnaval: La apelación de Cristina a la clase media

 Cristina Fernández en la Fiesta Nacional
de la Vendimia, "una de las cosas más
virtuosas que ha tenido el modelo de país
que se implementa desde 2003 es
devolver la dignidad a muchísimos
argentinos que no la tenían".
 Foto: Télam (05/03/2011).
 Ahora que la necesita porque descubrió que sin clase media no gana en 1ra. vuelta, y en 2da. vuelta pierde, Cristina va a la clase media. La ignoró desde que ella es Presidente pero resulta que ahora la quiere seducir. Es el tema político del fin de semana de Carnaval.


Un par de reflexiones previas:

 
> La clase media urbana es la dueña del comicio 2011. Cristina está en manos de la clase media. Es de esperar que la clase media urbana asuma su responsabilidad.
 
> Cristina 'ninguneó' a la clase media desde que asmió la Presidencia de la Nación. Y en especial cuando la clase media, reclamando racionalidad, se ubicó junto al campo en la crisis de 2008.
 
> Cristina no gana sin clase media y por eso su apelación a la clase media es forzada y no espontánea, tardía y no genuina.

> Cristina no es prisionera de la izquierda del Frente para la Victoria ni de los sindicatos. Intenta manipularlos, a veces mejor y a veces peor. Pero tampoco eso es positivo porque, al fin de cuentas, así nada cambia en la Argentina. Todo es simulación.
 
Algunos fragmentos dominicales:

 
 
"(...) ¿Cómo se lleva adelante una campaña electoral con un promedio de tres desastrosos errores por semana? Una encuesta seria preguntó en los últimos días a miles de argentinos si querían en octubre el cambio o la continuidad. La encuesta no dio ningún nombre. Se limitó a esa simple pregunta. Un 35 por ciento prefirió la continuidad y un 65 por ciento eligió el cambio. Un dato revelador es que los encuestadores necesitaron llamar a 10.000 o 15.000 personas para poder hablar sólo con 1000 de ellas. El resto no quiere oír de elecciones ni de encuestas.

El final es un misterio, entonces. Dependerá de que el Gobierno no se siga esforzando en perder parte de ese tercio que pide la continuidad, y que la oposición empiece a administrar bien la mayoría que aspira a un cambio. Es una exigencia demasiado alta, porque no se resolverá nunca con la fragmentación opositora ni rectificando en soledad los desquicios que hacen muy cerca de Cristina. El problema de la Presidenta no consiste, en efecto, en las multitudes interesadas y pasajeras que la halagan, vaya donde vaya, sino en su constante soledad. (...)"
 
 
En el diario La Capital, de Rosario (sin firma en la web, y de paso ¿por qué Daniel Vila, accionista de La Capital, no invita a sus acontecimientos sociales a Francisco de Narváez, su socio en América 2? ¿Se lo prohibe el Frente para la Victoria? Otro dato: la candidatura de Miguel del Sel al único que beneficia es al Frente para la Victoria, pero Mauricio Macri entiende poco de política, ¿no?):
 
"(...) A pesar de que en los últimos días el ex gobernador Obeid volvió a expresar quejas por el veto de “funcionarios” de la Casa Rosada a su persona, la realidad es que a ese sector peronista anti K lo desplazó el proceso político más que algún dedo de la Casa Rosada.

Cristina Fernández mide hoy arriba de 40% de intención de voto en Santa Fe -según encuestas encargadas por peronistas y también por socialistas-, y Agustín Rossi “está visualizado como un hombre aguerrido, un atributo que combina bien con Néstor y con Cristina y que impacta muy fuerte entre los jóvenes. Rossi lleva una ventaja enorme sobre Rafael Bielsa y Omar Perotti, que hace difícil, diría imposible, que pueda perder la interna”, explicó Julio Aurelio, titular de la consultora Aresco, a este cronista.

La encuesta de Aresco incluyó 1.800 casos telefónicos en toda la provincia y se concretó entre finales de febrero y principios de marzo.
 
La misma encuesta revela la aparición del candidato del PRO, Miguel del Sel, que estaría saliendo de una medición marginal de un dígito para colocarse en dos dígitos. De todos modos, la pregunta fundamental para avizorar el futuro provincial se orienta en el sentido de si el actor cómico tendrá o no un volumen significativo para atenuar o directamente romper la polarización entre los dos hemisferios: peronista por un lado, y socialista-radical por el otro. A once semanas del comicio, todavía es una pregunta temprana.

Desde las consultorías y los actores políticos entrevistados por La Capital, la coincidencia es que sin una tercera fuerza de centroderecha (Del Sel) que alcance una elección cercana a los 20 puntos, las posibilidades de Rossi contra Rubén Giustiniani o contra Antonio Bonfatti, en la general del 24 de julio, serían muy bajas. Para soñar el Chivo necesita, para empezar, un partido de centro derecha consistente que fugue votos del FPCyS. En un escenario de polarización clásico, el socialismo continuará prevaleciendo.
 
Mientras que la campaña política comienza su derrotero, ya con los nombres definidos, el gobernador Hermes Binner se carga al hombro a su candidato, Antonio Bonfatti. La estrategia de la Casa Gris no sabe de sofisticaciones y parece continuar abogando por la guerra fraticida, “ellos o nosotros”, como definió el propio Binner al inicio del año. Según pudo saber este cronista, todo será saturación de fotos de la pareja Binner-Bonfatti mostrando la gestión provincial como argumento. 

Para ser exitosa, la estrategia necesitará que la gestión provincial sea visualizada como efectivamente superadora, y que “Antonio” reciba la transferencia de imagen e intención de voto que tiene el gobernador. (...)".
 
 
 
"(...) El más fresco plan del cristinismo puro está destinado a recuperar el voto de la clase media urbana. En ese marco, el discurso de la presidenta ante la asamblea legislativa del Congreso del uno de este mes debe considerarse como una bisagra, un antes y un después en la estrategia de la Casa Rosada para garantizarle un triunfo en primera vuelta en las elecciones de octubre venidero.

Una primera comprobación disparó esos aprestos: según una encuesta encargada por el oficialismo a una de las cinco consultoras de cabecera que reportan a Olivos, la imagen positiva de Cristina en la Capital Federal apenas alcanza el 20 por ciento. Incluso, se da la comprobación de que en ese rubro ella mide menos que Daniel Filmus, el mejor posicionado ante la sociedad local de los tres o cuatro candidatos (Boudou, Tomada, Telerman, además del senador) que presenta el Frente Para la Victoria en el distrito porteño. 
 
No es para menos: se trata de una sociedad escaldada por el insoportable desinterés de las autoridades nacionales frente al drama diario de los cortes y bloqueos, o de la creciente ola de inseguridad. Un flagelo al que el gobierno kirchnerista, si alguna atención le ha prestado hasta ahora, ha sido para meterse en un debate imprudente y obsceno sobre garantismo o mano dura, mientras a un lado y a otro caen a diario las víctimas de robos y asaltos.
 
Recomponer el romance con los estratos medios y medios altos de la sociedad se torna imperioso para los estrategas. Sin ese voto, le sería imposible a Cristina remontar la cuesta y salir de la franja de entre el 30 y el 36 por ciento de intención de voto que le marcan hasta ahora los sondeos propios y también los independientes. En todo caso, el conformismo de esos y otros sectores del gobierno viene por el lado no de los méritos propios sino de las gruesas falencias que persiste en mostrar la oposición; por lo menos, en momentos en que todo ese arco de las candidaturas definitivas para octubre todavía no ha sido resuelto.

Ella es, por decirlo de alguna manera, y más allá de los jueguitos de misterios o de quién se hace los rulos, la única verdaderamente instalada. No están descubriendo la pólvora: al que se quiere seducir de buenas a primeras es el mismo sector que los abandonó, primero, cuando la irracional lucha contra el campo, en el marco de aquellas frases incendiarias de Néstor Kirchner durante el invierno de 2008.

Después, en las elecciones parlamentarias de 2009, signadas por la grotesca denuncia que pretendió embretar a Francisco De Narváez con el tráfico de efedrina, y que terminó por convertirse en un soberano disparo en las piernas para el santacruceño y su histórica derrota frente al empresario. 

El deterioro casi sin retorno en esa relación se profundizó durante y después de esos acontecimientos con el hartazgo de la gente por los padecimientos diarios de cortes y piquetes, o frente a la incredulidad manifiesta de sectores sociales que sufrieron en carne propia esa desidia: Cristina Fernández y el ala progresista en la que se ha recostado se colocaron decididamente del lado de los ocupantes ilegales, y no de los vecinos, en las trágicas tomas de tierra de diciembre último. (...)".
 
 
 
"(...) Todas sus recientes moderaciones públicas enfilarían hacia el electorado de las grandes ciudades donde el kirchnerismo desnudó históricamente sus problemas. ¿No son esos conglomerados, en especial la Capital, los que sufren los flagelos piqueteros? 

La Presidenta pidió hace semanas que se acabe con esa modalidad de protesta. Nilda Garré, la ministra de Seguridad, usó un lenguaje ingrato para el progresismo K: habló de ser “estricta” con aquellos que alteren los servicios y perjudiquen a los ciudadanos. Entre esa advertencia y aquel desdén con que encaró las ocupaciones de terrenos pasaron apenas tres meses.
 
Esas mismas franjas sociales se suelen espantar con los excesos . Un exceso fue el escándalo en la agencia estatal de noticias cuando, con motivo del cumpleaños de la Presidenta, divulgó un despacho ofensivo para el buen gusto y la oposición.

Otro resultó la confesión de la diputada Diana Conti de su afán por reformar la Constitución para que Cristina –si gana en octubre– sea eterna a partir del 2012. Muy sonoro resultó el del titular de la Biblioteca Nacional, Horacio González, y una legión de intelectuales K que cuestionaron la presencia del Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, para la inauguración de la Feria del Libro.
La Presidenta se encargó personalmente de aplacar esos fanatismos.
 
Algún cerebro maquiavélico podría suponer que las desmesuras habrían sido premeditadas para permitirle a Cristina desempeñar su nuevo papel de componedora. Encajaría a la perfección con el comportamiento espontáneo que detonó el luto en ella y que incidió en el humor social. Ese comportamiento derivó ahora en una herramienta política y electoral. Pero a aquel maquiavelismo no lo ayudan los antecedentes: la desproporción ha sido siempre uno de los sellos kirchneristas. 

La diferencia es que hasta la muerte de Kirchner, el matrimonio dejaba hacer y pasar.
 
El más inquietante de aquella colección de excesos pareció, tal vez, el que involucró a Vargas Llosa. (...)

Si aquel grupo de pensantes despistó como lo hizo, ¿qué podría esperarse de los funcionarios o dirigentes oficiales sometidos a la acción y la presión política cotidiana? En ese cuadro, no parece una casualidad ni un capricho que las caras más visibles del kirchnerismo sean las de Aníbal Fernández, Hugo Moyano, Guillermo Moreno, Héctor Timerman o Amado Boudou.

A veces las desmesuras desbordarían la propia voluntad presidencial. Anécdota reciente: cuando llegó de su último viaje al exterior, Cristina preguntó en Ezeiza – por curiosidad– si las empresas de aviación no nacionales también utilizaban las mangas para el embarque o desembarco. No pasaron 48 horas hasta que el ORSNA –órgano regulador de aeropuertos– dispuso que las mangas fueran reservadas sólo para Aerolíneas Argentinas. Directivos de empresas extranjeras debieron recorrer un laberinto antes de conseguir que la disposición quedara sin efecto. Lo lograron sólo cuando pudieron acceder a la Presidenta. (...)".
 
 
 
"(...) Los sindicatos son la clave de ese conflicto en los días en que comienzan a debatirse los aumentos salariales del año. Los gremialistas más grandes (o con mayor capacidad de fuego) pertenecen todos a la derecha peronista, aunque se hayan maquillado de progresistas

Gran parte de esos sindicalistas están siendo perseguidos por la Justicia por la corrupción con que manejaron las obras sociales; corrupción que es criminal en muchos casos. Algunos están cerca de la cárcel. El nivel de los aumentos salariales será una carta de negociación con el gobierno: pedirán impunidad y ofrecerán moderación. Cristina sabe que amparar la corrupción sindical no sería nunca una buena propuesta electoral. 

Le huirá a un acuerdo en esos términos.

Trataba de disciplinar a los duros sindicalistas cuando la izquierda de su propia fracción la sorprendió con otro zafarrancho: pidió que Mario Vargas Llosa fuera censurado como orador principal de la Feria del Libro. Es un contrasentido que intelectuales clamen al cielo por la censura. Pero el kirchnerismo cree que todo le pertenece: esa feria es un evento privado que puede hacer lo que quiera en un país supuestamente libre. Los intelectuales kirchneristas ni siquiera han leído a Vargas Llosa; el célebre escritor es el más persistente luchador, entre los escritores latinoamericanos, contra los autoritarismos de cualquier signo, sean militares o civiles.

Sólo la última dictadura militar censuró a Vargas Llosa y a Julio Cortázar. Una vez más, la historia demuestra que la matriz del autoritarismo es una sola. ¿El pensamiento económico de Vargas Llosa es liberal? Sí. Pero ¿acaso la opinión es un delito en la Argentina de hoy? Vargas Llosa no es un liberal. ¡Es el último premio Nobel de Literatura! , se escandalizó un peronista que solía frecuentar al kirchnerismo. Es ahora también, quizás, el escritor con más repercusión periodística en el mundo. Es lo que Cristina entrevió en soledad cuando ordenó frenar la censura contra Vargas Llosa; éste vendrá a la Argentina, pero nada lo salvará del acoso y la agresión del kirchnerismo más rancio. No importa. Vargas Llosa es un escritor excepcional, pero también un hombre con un enorme coraje. (...)".


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