miércoles, 9 de marzo de 2011

Los controles del Estado / Un organismo neutralizado desde el poder


Quedó paralizada la fiscalía que investiga la corrupción


El cargo está vacante desde 2009 y el concurso para elegir al responsable podría ser declarado desierto


Paz Rodríguez Niell
LA NACION
Hace dos años, el fiscal Manuel Garrido denunció que le habían recortado sus atribuciones para investigar la corrupción y renunció a la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA), que dirigía. Hoy, su puesto todavía no fue cubierto y el concurso para reemplazarlo está a punto de ser declarado desierto. Mientras tanto, la fiscalía perdió toda visibilidad pública. Ya no informa sobre sus investigaciones y no se conocen denuncias realizadas contra funcionarios del Gobierno. Asociaciones civiles especializadas en políticas de transparencia afirman que sufrió un fuerte retroceso.
En el lugar de Garrido quedó un sub- rogante: el fiscal Guillermo Noailles, que se había presentado en el concurso, pero desistió. Fue después de las críticas que recibió por su decisión de no apelar el veloz sobreseimiento dispuesto por el juez federal Norberto Oyarbide en el caso contra Néstor y Cristina Kirchner por incremento patrimonial durante 2008, año en el que los bienes declarados por el matrimonio aumentaron 28 millones de pesos. Como tampoco apeló el fiscal del caso, Eduardo Taiano, la causa se cerró definitivamente.
El concurso para nombrar al nuevo fiscal nacional de Investigaciones Administrativas está a un paso de caer. Se inscribieron 13 candidatos, pero la mayoría renunció durante el proceso (uno de ellos, el fiscal Enrique Bayá Simpson, denunció "arbitrariedad manifiesta" en el proceso). Sólo cinco rindieron los exámenes.
Según el dictamen final del jurado del concurso, únicamente dos de los postulantes en carrera, Guillermo Orce y Sergio Leonardo Rodríguez, alcanzaron la nota mínima para entrar en la terna. Para el jurista invitado, el profesor Edgardo Donna, el único fue Orce. La semana pasada se presentó una impugnación a las calificaciones, que será revisada por el jurado. Salvo que los examinadores cambien su criterio, el concurso se declarará desierto, informaron fuentes de la Procuración. "Si no hay al menos tres candidatos en condiciones, no hay terna posible", explicaron.
El proceso volverá a empezar y la FIA seguirá sin titular. No se trata de una fiscalía más: es un organismo creado por ley -con una estructura de unas 80 personas- "especializado en la investigación de hechos de corrupción y de irregularidades administrativas cometidas por agentes de la administración nacional", según anuncia en la página web. Tiene acceso a información calificada y eso le permite desarrollar investigaciones preliminares que pueden terminar en denuncias penales.
Durante la gestión de Garrido, las denuncias de la fiscalía se daban a conocer en la página oficial del organismo. Hoy ya no.
Noailles tampoco publicó el informe anual correspondiente a 2010. El último, de 2009, hacía especial hincapié en las "dificultades operativas" que había producido el cambio del titular del organismo y su necesidad de abocarse a resolverlas. Sin más detalles, hacía referencia a "diversas denuncias" presentadas en la justicia penal y "numerosas actuaciones administrativo-disciplinarias" promovidas.
LA NACION intentó, sin éxito, comunicarse con Noailles. "No habla con la prensa", dijeron en su oficina.
En los tribunales de Comodoro Py, donde se tramitan las principales causas por corrupción contra funcionarios públicos, la intervención de la FIA se volvió mínima. Antes había tenido una actuación clave en casos, como el de los presuntos sobornos de Skanska, la manipulación de los números del Indec, el patrimonio de los Kirchner y el enriquecimiento de Ricardo Jaime.
El cambio se debe, en parte, a la resolución 147/08, que motivó la renuncia de Garrido: una decisión del procurador general, Esteban Righi (el jefe de los fiscales), que hizo una lectura restrictiva de las facultades que la ley otorga a la fiscalía para intervenir en las causas por delitos de funcionarios públicos. Garrido y Righi (que sostuvo que ésa era la única interpretación válida) se enfrentaron después de esa resolución y el primero renunció.
El interinato
El ex fiscal se incorporó luego al equipo del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), hasta que el año pasado fue contratado por un organismo internacional para trabajar en la lucha contra el crimen organizado en América Central.
Cuatro días después de la renuncia de Garrido, Righi designó interinamente a Noailles, que era uno de los fiscales generales de la FIA. Según su informe de gestión correspondiente a 2009, lo primero que hizo Noailles fue revisar la participación de la fiscalía en las causas penales que intervenía para "adecuarse a la interpretación emanada" de la resolución 147.
Según surge de la información que hizo pública, el subrogante se concentró en los sumarios administrativos en los que intervenía la FIA y ya no en las causas penales contra funcionarios de primera línea. Siguió adelante con otra pelea encarada por la fiscalía: los reclamos ante la Justicia contra decisiones de organismos de la administración pública que le obstaculizan su intervención, como órgano independiente, en sumarios internos contra agentes públicos.
La vacante de Garrido no es la única. De las nueve fiscalías de la FIA, tres no tienen titular. El concurso está en trámite y, según informaron desde la Procuración, con más posibilidades de éxito.
No obstante, fuentes de dentro y fuera de la fiscalía coincidieron en que el destino del organismo dependerá del perfil de quien asuma su conducción.
UNA POLÉMICA QUE LLEVA DOS AÑOSLa salida de Manuel Garrido
  • Bloqueado. El jefe de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA) renunció en marzo de 2009, luego de denunciar que sus funciones habían sido recortadas para evitar que interviniera en casos sensibles para el poder kirchnerista.
La resolución que abrió la discusión
  • En diciembre de 2008 el procurador general Esteban Righi firmó la resolución 147/08, que interpretó el concepto de "intervención necesaria" que la ley le confiere a la FIA.
  • Sólo está habilitada , dice la resolución, a participar de las causas iniciadas con una denuncia de la propia FIA y siempre que el fiscal a cargo del caso hubiera desistido de investigar.
Contrapunto entre Garrido y Righi
  • Dijo Garrido que Righi le recortó las atribuciones y adoptó una interpretación "del tipo de las que favorecen a aquellos que se dice que son invulnerables: los poderosos".
  • Replicó Righi que no se recortaron las atribuciones; sólo se aplicó la ley. Quienes defienden su postura sostienen que se terminó con superposición de la actuación de dos fiscales en los casos.
INVESTIGACIONES EN LAS QUE HABÍA INTERVENIDO
  • El dinero de los Kirchner: el fiscal quería avanzar con la investigación. Su sucesor evitó meterse en el caso, que fue cerrado en tiempo récord por el juez Oyarbide.
  • Skanska: Garrido fue uno de los promotores de la investigación de presuntos sobreprecios y coimas en obras de gasoductos.
  • Los manejos del Indec: había presentado recursos para que desde la Justicia se investigara la manipulación de las cifras operada por Guillermo Moreno desde 2007.
  • Otras investigaciones: el reparto de la publicidad oficial, la bolsa de dinero de Felisa Miceli y casos de sobreprecios en obra pública.


Viernes 13 de marzo de 2009

Crisis en organismos de control / Acefalía en la fiscalía de investigaciones administrativas

El fiscal anticorrupción dijo que lo limitaron y renunció

Garrido responsabilizó al procurador Righi por el recorte de atribuciones; niegan sus acusaciones


Gabriel Sued
LA NACION 
Manuel Garrido, autor de algunas de las más importantes denuncias de corrupción contra funcionarios kirchneristas, renunció ayer como fiscal nacional de Investigaciones Administrativas y atribuyó la decisión al "recorte de facultades" dispuesto en noviembre por el procurador general de la Nación, Esteban Righi.
En un texto de 21 páginas dirigido al jefe de los fiscales, Garrido criticó en duros términos la resolución que acotó la intervención de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA) en las causas judiciales, expuso las limitaciones que sufre el organismo, se quejó por el escaso avance de los expedientes sobre corrupción y llamó a discutir el papel de los organismos de control en el sistema democrático.
"El cambio de rumbo que ahora se viene a consagrar –dijo en referencia a la resolución de Righi– deja mi gestión al garete, condenando a la FIA a un rol casi intrascendente que no se condice con las capacidades con que se la dotó a costa de los contribuyentes."
En la Procuración, la renuncia provocó conmoción y disparó críticas. Altas fuentes del organismo descalificaron en duros términos al fiscal y negaron que la FIA haya sido limitada. Otras fuentes vinculadas con la Justicia creen ver en la decisión de Garrido un objetivo político. "Se quiere posicionar y esto le viene muy bien", dijeron.
Tras haber dirigido la Oficina Anticorrupción (OA), Garrido asumió la jefatura de la FIA en diciembre de 2003 y logró reactivar un organismo que había permanecido congelado durante más de una década. Lo designó Néstor Kirchner después de que superara un concurso y lograra la aprobación del Senado. El mismo proceso deberá atravesar su reemplazante. Fue tan fuerte el impacto que causaron la resolución de noviembre pasado y el posterior enfrentamiento público de Garrido con el procurador que, aunque tiene fecha de ayer, puede decirse que la renuncia comenzó a firmarse hace cinco meses.
Por medio de la resolución 147/08, Righi hizo una interpretación estricta del concepto de "intervención necesaria" que la ley del Ministerio Público le confiere a la FIA. Como consecuencia de ello, Garrido sólo quedó habilitado para participar de causas que se hubieran iniciado por una denuncia de él, siempre y cuando el fiscal del caso hubiera decidido no seguir adelante con la investigación.
El procurador negó que se le hubieran recortado facultades a Garrido y sostuvo que sólo se había puesto fin "a una situación inadmisible", ocasionada por "una interpretación antojadiza" de la ley, que establece que el rol principal de la fiscalía es la "investigación administrativa" de los funcionarios y no la intervención en las causas judiciales. "La costumbre de siempre de Garrido fue ir a los medios antes que a la institución. Seguirá usando esto como una campaña de publicidad personal", dijo anoche una fuente de la Procuración.
En los hechos, la resolución impidió que Garrido continuara interviniendo en causas en las que había tenido un papel importante, como el expediente sobre irregularidades en la elaboración de las estadísticas del Indec y el pago de sobornos de la empresa sueca Skanska.
"La resolución 147/08 implica una notoria limitación a los ejes de la gestión que encaré hace cinco años: el impulso de investigaciones preliminares, pero su seguimiento activo y en cierta manera agresivo para que los casos judiciales no se diluyeran con el paso del tiempo", dice el texto de renuncia, firmado cerca de las 17, en una oficina del 5° piso del edificio de la FIA, en la zona de Once. El clima era de resignación y de bronca.
Las trabas
A la limitación para participar de causas judiciales hay que agregar las dificultades que sufría Garrido para llevar adelante investigaciones prejudiciales. En los últimos años, la AFIP había limitado el acceso de los fiscales a los datos impositivos de los contribuyentes y la OA había dispuesto que sólo entregaría los anexos reservados de las declaraciones juradas de los funcionarios ante el pedido de un juez. A fines del años pasado, la Auditoría General de la Nación (AGN) le negó documentación sobre una investigación contra el Gobierno.
En su renuncia, Garrido explicó que había retrasado la decisión para evaluar las consecuencias de la resolución de Righi, para finalizar su tarea como presidente de un jurado en un concurso del Ministerio Público y para cerrar algunas investigaciones que estaban en su etapa final y que llegaron a la Justicia en los últimos meses. En ese grupo figuran una denuncia por posibles sobreprecios en un tendido eléctrico en la Patagonia, otra por presuntos pagos de sobornos por parte de empresas contratistas del Estado, otra sobre un pago irregular del Ministerio de Economía y otra contra el secretario de Transporte, Ricardo Jaime.
La decisión generó gestos de solidaridad de dirigentes de la oposición, como Juan Carlos Morán, Adrián Pérez (Coalición Cívica) y Ernesto Sanz (UCR), y de organizaciones civiles, como Poder Ciudadano.
En contra de los rumores que le auguraban un futuro como candidato opositor, Garrido tiene otros planes: viajará al exterior para terminar su tesis de doctorado acerca de la "corrupción judicial". Dice que lo esperan años lejos de la mirada pública.
Sus denuncias
  • El Indec. Garrido presentó una denuncia detallada sobre la manipulación de estadísticas oficiales. Pidió que fuera indagado Guillermo Moreno.
  • El patrimonio de Kirchner. Presentó una apelación al cierre de la causa en la que se investiga el incremento de los bienes del matrimonio presidencial.
  • Aeropuertos. La Fiscalía se opuso a la renovación del contrato con Aeropuertos Argentina 2000, de Eduardo Eurnekian, alegando irregularidades en la concesión. Su opinión no fue tenida en cuenta y causó malestar en el Gobierno. Por ese caso se decide el primer recorte de sus facultades.
  • Skanska. Se opuso al descarte de las grabaciones como prueba de las coimas.
  • Publicidad oficial. Denunció al secretario de Medios, Enrique Albistur, por el reparto discrecional de la pauta estatal.
  • Obras en Santa Cruz. Participó de la investigación de supuestos sobreprecios en la ampliación del tendido eléctrico en el Sur, a cargo de la empresa Electroingeniería. En esa causa, le impidieron acceder a datos de la Auditoría General de la Nación.
El Gobierno, sorprendido por la decisión
  • El gobierno de Cristina Kirchner reaccionó con sorpresa ante la decisión del fiscal de Investigaciones Administrativas, Manuel Garrido, de renunciar a su cargo impulsado por sus diferencias con la Procuración General. El ministro del Interior, Florencio Randazzo, se enteró de la salida de Garrido por medio de los portales de noticias, según supo La Nacion de fuentes oficiales. Lo mismo le sucedió al jefe de Gabinete, Sergio Massa. El ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Aníbal Fernández, no hizo comentarios públicos y sus voceros dijeron desconocer su interpretación de la salida de Garrido.


 


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