LA CÁMPORA SIGUE TOMANDO PODER
Tal cual venía anticipando Tribuna de Periodistas —junto a otros pocos medios—, el kirchnerismo se encuentra en plena tarea de desplazamiento del PJ dentro de la estructura oficial, de cara a las elecciones de octubre de este año.
Por caso, el Gobierno define por estas horas los detalles del acto que prepara para el próximo viernes en el estadio de Huracán para vestir a la presidenta Cristina Kirchner de candidata con una fuerte impronta transversal, lo que implica la postergación a un segundo plano del PJ.
Aunque el cierre del acto ya es un número puesto para el mensaje de la Presidenta , el listado de oradores era motivo de negociaciones entre las organizaciones convocantes y la Casa Rosada , indicaron fuentes oficiales.
"No va a hablar ningún intendente del conurbano ni dirigente de la CGT. Si quieren hablar, que armen un acto ellos", señalaron a Noticias Argentinas fuentes de la Corriente Nacional de la Militancia , organizadora del encuentro.
Esta corriente del kirchnerismo, integrada por referentes de organizaciones sociales, además de legisladores y dirigentes políticos que acompañan al oficialismo, sí quieren un tiempo frente al micrófono para un referente propio y otro para un representante de la juventud, aunque los organizadores de la Casa Rosada piensan en Cristina como única oradora.
El mensaje de la Presidenta genera fuerte expectativa, teniendo en cuenta que se trata de su primer acto político tras la muerte de Néstor Kirchner y que se esperan señales de su parte respecto a una posible candidatura a la reelección de cara a las presidenciales de octubre.
Aunque ya comprometieron su aporte a la movilización la CGT de Hugo Moyano y varios intendentes de conurbano, los organizadores de la convocatoria esperan un guiño de la Presidenta para un armado político amplio en respaldo al modelo, no cerrado en la estructura del PJ.
La consigna de la convocatoria, con la que se conmemora el aniversario número 38 del triunfo de Héctor Cámpora, es "Todos con Cristina, para seguir cambiando la Argentina ", y se están preparando centenares de carteles con la leyenda "Cristina 2011".
Las puertas del estadio "Tomas Adolfo Ducó", ubicado en avenida Amancio Alcorta 2570 del barrio porteño de Parque Patricios, abrirá sus puertas a las 16:00, aunque el acto comenzará a las 18:30, se informó.
"Se esperan unas 70 u 80 mil personas", indicaron a NA los organizadores, por lo que anticiparon que también se colocarán pantallas gigantes en los alrededores del estadio para que se pueda seguir el mensaje presidencial si hay seguidores que quedan afuera del campo de juego.
Por otra parte, la presidenta Kirchner participará este jueves del encuentro "Más mujeres x más derecho", que se realizará a las 15:00 en el Microestadio de Racing, ubicado en Avenida Colón e Italia, de la localidad bonaerense de Avellaneda.
El encuentro es organizado por el Consejo Nacional de las Mujeres, el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales de la Nación y Presidencia de la Nación , y la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, será la encargada de presidir un plenario donde se discutirán las diferentes vías para "profundizar el modelo de inclusión social y el protagonismo de las mujeres".
Representantes del área metropolitana del Sindicato de Solidarias Amas de Casa de la República Argentina (SACRA), que conduce María Lucila "Pimpi" Colombo, llevará diez propuestas al encuentro para lograr el "derecho a salario, jubilación, obra social y sindicato" para las mujeres que realizan estas tareas.
Equipo de Política de Tribuna de Periodistas
EN SU EDITORIAL DE AYER, ALFREDO LEUCO HABLABA AL RESPECTO:
¿El fin del Pejota?
En el entorno de la presidenta sostienen que el Partido Justicialista no le suma nada electoralmente a Cristina Fernández de Kirchner. Por eso están fomentando que Cristina compita casi en soledad por la reelección el 23 de octubre. Están convencidos de que ella empuja hacia arriba a todos los gobernadores y que todos los gobernadores la empujan a ella hacia abajo. Por eso exigieron el adelantamiento de casi todas las elecciones provinciales.
Digo casi todas porque en Buenos Aires necesitan todo lo contrario: que los comicios se hagan el mismo día de las elecciones nacionales. Tiemblan de solo pensar que Daniel Scioli pueda cambiar la fecha con un decreto. Le tienen una fe ciega a la presidenta pero no comen vidrio. Dicen que a Scioli y los intendentes de la provincia los necesitan pero solo por ahora. Juran que si todo sale bien, será la última vez.
¿Es una lectura correcta de la realidad o es producto de cierta fiebre triunfalista? El aparato estatal y para estatal de comunicación está instalando el “ya ganamos” y el “ahora vamos por todo”. Todos los días un medio adicto a la pauta oficial publica una encuesta que sostiene esos argumentos. Las últimas son las de Aresco, la consultora de Julio Aurelio que dice que Cristina ya ganó en primera vuelta con el 51,5 % de los votos.
Que el segundo puesto lo ocupará Macri con el 14% y Ricardo Alfonsín será tercero con el 12%. ¿Se da cuenta? Dicen que Cristina ya ganó con el 51,5% y con una diferencia de 37 puntos sobre el segundo. No tengo una encuestadora. Solo muchos años de periodismo político. Y no siento en el clima cotidiano que más de la mitad de los argentinos tenga ya decidido su voto por Cristina. Ni que tenga semejante diferencia con Macri. Y mucho menos siento que el radicalismo va a sacar apenas el 12% de los votos.
La consultora de Ricardo Rouvier dice que Cristina tiene una imagen positiva de más del 62%. Estos números son los que envalentonan a la ortodoxia cristinista. Por eso vale la pregunta: ¿Estamos asistiendo al final del viejo partido que fundó Perón y que marcó para siempre, para bien y para mal la historia de nuestro país? No es la primera vez que se le pronostica la muerte a ese movimiento? “Muerto el perro se acabó la rabia”, decían los gorilas cuando falleció Perón.”Somos la rabia”, contestaba la Juventud Peronista que se ofrecía para representar al pueblo como único heredero.
La primera vez que el justicialismo fue derrotado en las urnas lo tuvo a Italo Luder como candidato y a Raúl Alfonsín como verdugo. Allí otra vez se habló del comienzo del fin del peronismo. Aparecieron los sueños alfonsinistas del Tercer Movimiento Histórico que duraron poco y el peronismo lenta pero inexorablemente se fue rearmando como un rompecabezas con el poder entre ceja y ceja. El caudillismo neoliberal de Carlos Menem metió al justicialismo en una montaña rusa. Lo hizo subir a la gloria con dos presidencias logradas con gran respaldo popular en las urnas y lo llevó a Devoto con un país productivo quebrado, con una desocupación lacerante y niveles de corrupción inéditos.
El día que ganó la Alianza de De la Rúa y Chacho Alvarez, nuevamente muchos vaticinaron el deceso del peronismo. Pero el hecho maldito del país burgués tiene una capacidad de reciclaje incorregible, como diría Borges. Siempre encuentra el viento ideológico correcto para subirse y desembarcar en el poder. Tengo un amigo que dice que el peronismo es el traje a medida que nos ponemos los argentinos para justificar todos nuestros cambios. Y de aquel modelo de la convertibilidad y la revolución conservadora y monetarista llegamos a este nuevo tipo de peronismo encarnado por los Kirchner. Esta vez la historia va para el lado de mas estado que mercado y de crecimiento con inclusión social.
De todos modos Néstor Kirchner intentó diluir al viejo pejotismo como lo llamaba peyorativamente, primero con la transversalidad y luego con la concertación plural. Ambas fracasaron y el Partido Justicialista siguió siendo el sostén de su gobierno. Por eso Néstor se hizo elegir presidente del partido y después de una fugaz renuncia para la tribuna luego de su derrota electoral del 2009 volvió a ocupar la presidencia del PJ. Hoy surgen cíclicamente los que aconsejan dejar atrás las viejas estructuras y abrirle las puertas a otras experiencias. Las próximas elecciones nacionales serán un termómetro ideal para medir todo esto. ¿Allí sabremos si es calentura elitista o pasión revolucionaria? ¿ Si es mas de lo mismo o se viene un nuevo movimiento histórico? ¿Hay kirchnerismo para rato o es el comienzo de su decadencia? ¿Morirá el Pejota o resurgirá una vez más de sus cenizas? No se pierda el proximo capitulo de esta novela nacional. El proximo 23 de octubre se estrena en todas las urnas.
Digo casi todas porque en Buenos Aires necesitan todo lo contrario: que los comicios se hagan el mismo día de las elecciones nacionales. Tiemblan de solo pensar que Daniel Scioli pueda cambiar la fecha con un decreto. Le tienen una fe ciega a la presidenta pero no comen vidrio. Dicen que a Scioli y los intendentes de la provincia los necesitan pero solo por ahora. Juran que si todo sale bien, será la última vez.
¿Es una lectura correcta de la realidad o es producto de cierta fiebre triunfalista? El aparato estatal y para estatal de comunicación está instalando el “ya ganamos” y el “ahora vamos por todo”. Todos los días un medio adicto a la pauta oficial publica una encuesta que sostiene esos argumentos. Las últimas son las de Aresco, la consultora de Julio Aurelio que dice que Cristina ya ganó en primera vuelta con el 51,5 % de los votos.
Que el segundo puesto lo ocupará Macri con el 14% y Ricardo Alfonsín será tercero con el 12%. ¿Se da cuenta? Dicen que Cristina ya ganó con el 51,5% y con una diferencia de 37 puntos sobre el segundo. No tengo una encuestadora. Solo muchos años de periodismo político. Y no siento en el clima cotidiano que más de la mitad de los argentinos tenga ya decidido su voto por Cristina. Ni que tenga semejante diferencia con Macri. Y mucho menos siento que el radicalismo va a sacar apenas el 12% de los votos.
La consultora de Ricardo Rouvier dice que Cristina tiene una imagen positiva de más del 62%. Estos números son los que envalentonan a la ortodoxia cristinista. Por eso vale la pregunta: ¿Estamos asistiendo al final del viejo partido que fundó Perón y que marcó para siempre, para bien y para mal la historia de nuestro país? No es la primera vez que se le pronostica la muerte a ese movimiento? “Muerto el perro se acabó la rabia”, decían los gorilas cuando falleció Perón.”Somos la rabia”, contestaba la Juventud Peronista que se ofrecía para representar al pueblo como único heredero.
La primera vez que el justicialismo fue derrotado en las urnas lo tuvo a Italo Luder como candidato y a Raúl Alfonsín como verdugo. Allí otra vez se habló del comienzo del fin del peronismo. Aparecieron los sueños alfonsinistas del Tercer Movimiento Histórico que duraron poco y el peronismo lenta pero inexorablemente se fue rearmando como un rompecabezas con el poder entre ceja y ceja. El caudillismo neoliberal de Carlos Menem metió al justicialismo en una montaña rusa. Lo hizo subir a la gloria con dos presidencias logradas con gran respaldo popular en las urnas y lo llevó a Devoto con un país productivo quebrado, con una desocupación lacerante y niveles de corrupción inéditos.
El día que ganó la Alianza de De la Rúa y Chacho Alvarez, nuevamente muchos vaticinaron el deceso del peronismo. Pero el hecho maldito del país burgués tiene una capacidad de reciclaje incorregible, como diría Borges. Siempre encuentra el viento ideológico correcto para subirse y desembarcar en el poder. Tengo un amigo que dice que el peronismo es el traje a medida que nos ponemos los argentinos para justificar todos nuestros cambios. Y de aquel modelo de la convertibilidad y la revolución conservadora y monetarista llegamos a este nuevo tipo de peronismo encarnado por los Kirchner. Esta vez la historia va para el lado de mas estado que mercado y de crecimiento con inclusión social.
De todos modos Néstor Kirchner intentó diluir al viejo pejotismo como lo llamaba peyorativamente, primero con la transversalidad y luego con la concertación plural. Ambas fracasaron y el Partido Justicialista siguió siendo el sostén de su gobierno. Por eso Néstor se hizo elegir presidente del partido y después de una fugaz renuncia para la tribuna luego de su derrota electoral del 2009 volvió a ocupar la presidencia del PJ. Hoy surgen cíclicamente los que aconsejan dejar atrás las viejas estructuras y abrirle las puertas a otras experiencias. Las próximas elecciones nacionales serán un termómetro ideal para medir todo esto. ¿Allí sabremos si es calentura elitista o pasión revolucionaria? ¿ Si es mas de lo mismo o se viene un nuevo movimiento histórico? ¿Hay kirchnerismo para rato o es el comienzo de su decadencia? ¿Morirá el Pejota o resurgirá una vez más de sus cenizas? No se pierda el proximo capitulo de esta novela nacional. El proximo 23 de octubre se estrena en todas las urnas.
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