sábado, 12 de marzo de 2011

Oyarbide no puede estirar mas los tiempos y vuelve a indagar al “Momo” Venegas

El titular de la UATRE deberá presentarse este lunes 14/03 ante el magistrado federal para ampliar su declaración indagatoria en el marco de la causa en la que se investiga el tráfico de remedios adulterados, momoento en el cual empezará una nueva cuenta regresiva para el polémico juez.


El juez federal Norberto Oyarbide volverá a indagar este lunes (14/03) al sindicalista Gerónimo Venegas, en el marco de la causa por tráfico de medicamentos adulterados.

Cabe recordar que el titular de Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) fue detenido el pasado 10 de febrero e indagado por el magistrado durante 7 horas. Luego, Oyarbide le concedió la excarcelación y fijó una caución real de $ 500.000. Posteriormente decidió volver a citarlo.

Ahora, Venegas deberá ampliar su declaración indagatoria ante el magistrado. Según se ha anunciado, lo asesorará legalmente y patrocinará el expresidente Eduardo Duhalde. 

¿Quo Vadis Oyarbide?
Cabe recordar que la detención del “Momo”, por solo 48 horas, había generado un gran revuelo político y fuertes protestas gremiales que pusieron al magistrado en una muy difícil situación.

Resulta que el sindicalista estuvo detenido solo durante 48 horas (del 11/02 al 12/02) por orden del magistrado, que lo excarceló en medio de una gran presión -política y del gremio- previa fianza de $500.000.

Las interpretaciones acerca de la detención -antes de la indagatoria- de Venegas fueron varias: la principal es que hubo una motivación política. Esta teoría es la que manejó el sindicalista, hombre cercano a Eduardo Duhalde, ahora enemigo íntimo de los Kirchner.

Pero la realidad es que Oyarbide dispuso citarlo justo cuando se estaban por vencer los plazos legales para definir el procesamiento del gremialista.

Ya el 18/02 Urgente24 adelantaba que Oyarbide se había colocado en una muy delicada situación:

Decíamos entonces que si bien en términos técnico-procesales la decisión del juez Norberto Oyarbide de liberar al gremialista Gerónimo “Momo” Venegas el viernes (11/02) podía estar exenta de reproches, los componentes político de su decisión -y de la que aún tiene por delante- condicionan severamente su futuro.

No parecieran existir, o por lo menos no se habían manifestado públicamente, agravios de índole técnico-procesales por la decisión del juez Oyarbide de liberar al gremialista Gerónimo “Momo” Venegas el sábado (12/02) previa fianza de medio millón de pesos. Sin duda se debía a razones estrictamente jurídicas y bien fundamentadas.

Sin embargo, a nadie podía escapársele la formidable presión social ejercida por el gremialismoperonista, muy unificado por cierto cuando golpean esas puertas a pesar de sus públicas diferencias, haya sido el factor, o por lo menos un factor determinante, que precipitó la decisión de un juez por demás controvertido y demasiado proclive a actuar atendiendo las relaciones del poder político de turno.
El llamativo procedimiento, o sus formas, que comenzaron con la detención de Venegas, sin procesamiento, y su inmediata liberación, volvía a poner al juez Oyarbide en una situación nada envidiable.
Porque el juez, tomada la declaración indagatoria, contaba con 10 días para delimitar su la situación procesal del imputado, procesándolo, sobreseyéndolo o dictándole la falta de mérito. El tiempo pasó y los plazos se vencieron… y Oyarbide tomó su decisión sobre el límite de ese plazo perentorio que vencía, no por casualidad, este viernes 25/02, justo cuando decidió volver a convocarlo para ampliar su indagatoria. 

Porque Oyarbide debe aún decidir la surte procesal de Venegas. Sus opciones son limitadas por su propio accionar.¿Cómo justificaría Oyarbide que, una semana luego de detenerlo, no existen pruebas para continuar el proceso judicial contra Venegas? Simplemente no lo podía hacer. O no sin riesgo de, como mínimo, ser destituido como juez por el Consejo de la Magistratura donde se acumulan los pedidos de juicio político para su remoción. Es dable pensar que allí no terminarían las penurias del entonces ex magistrado quien debería afrontar varios planteos penales y civiles.

Por lo tanto, solo se podía (y así las cosas aún) esperar el procesamiento del “Momo” bajo dos supuestos distintos: con o sin prisión preventiva para que afronte el juicio dentro o fuera de la cárcel. 

Como bien explicaba el portal Puntojus, el juez tendría a la firma 2 modelos de resolución. En ambos, se decreta el procesamiento del titular de la UATRE Gerónimo 'Momo' Venegas. Sin embargo en uno se le dicta la prisión preventiva siguiendo el modelo que se aplicó con Juan José Zanola, y en el otro se le permite al sindicalista permanecer en libertad durante el proceso.

Los 2 ejemplares tienen una parte idéntica y otra diferente. El primer caso es porque en ambas se decreta el procesamiento del líder sindical, con lo cual indefectiblemente el mismo quedará en calidad de procesado, considerando el juez que existe semiplena prueba de la comisión del delito del que se lo acusa.

Sin embargo, la diferencia entre los modelos de resolución es muy importante en términos judiciales y políticos, habida cuenta de los hechos que se suscitaron la semana tras la abrupta y poco convencional detención de Venegas. Uno de los modelos sigue la línea que se estableció con otro sindicalista, el bancario Juan José Zanola, es decir, la prisión preventiva, lo cual puede aparejar otro descalabro social como los jueves (10/02) y viernes (11/02) pasados.

El segundo modelo de procesamiento es 'sin prisión preventiva', el cual minimizaría el conflicto y daría un poco de aire político a Oyarbide. Sin embargo, firmar esta segunda resolución complica jurídicamente al juez. Si previo a procesarlo, lo mando a detener con semejante montaje escénico, lo incomunicó y solo lo liberó por presión social y del fiscal Luís Comparatore, es porque creía en la posibilidad de fuga de Venegas. De lo contrario su disposición debería ser leída como arbitraria y eminentemente política.

Cuanto más deberá entonces sospechar la posibilidad de la fuga de Venegas después de procesarlo, con lo cual dictar la resolución sin aplicar prisión preventiva sería altamente contradictorio con las medidas de la semana pasada, totalmente incoherente. Pero a la vez, ordenar la prisión preventiva, complicaría severamente la vida de Oyarbide en términos político-sociales.

El histriónico magistrado daba una muestra más de como hundirse en el propio berenjenal. Como consecuencia de sus propias acciones, no tiene una salida que le permita quedar indemne después de semejante movida.

Pero lo intentó este viernes (25/02) con su nueva convocatoria a ampliación de la indagatoria. El objetivo (formal) de la audiencia será repreguntarle al titular de UATRE sobre la adquisición de rodados para destinarlos como “trailers” y hospitales para zonas rurales, pero el objetivo (real) es otro: ganar tiempo (otro 10 días para ser precisos), ese bien tan preciado en política.

El (doble) factor Pedraza:

La detención del titular de la Unión Ferroviaria, José Pedraza en la madrugada del martes (22/02) precipitó que Oyarbide ganase tiempo ante las posibilidades de que se reviva la situación de presión sindical sobre la Justicia. Oyarbide aún tiene la papa caliente entre sus manos y su desactivación no es tarea sencilla, menos en un clima desfavorable.

Por otro lado, fue justamente la jueza Susana Wilma López quien efectuó la detención de Pedraza. La jueza suena fuerte -fogoneada por la Trasversalidad K- como reemplazo de Oyarbide, quien viene coqueteando con su jubilación desde hace un tiempo por haber cumplido con los requisitos que la carrera judicial impone.

¿Estaba ganando tiempo para eso?

A partir del lunes próximo (12/03), comenzará nuevamente la cuenta regresiva para que Oyarbide se expida y defina. Tiene 10 días desde ese entonces para definir la suerte procesal del “Momo” y, de rebote, su propia situación en el entuerto en el que se metió.



fuente:  http://www.urgente24.com/noticias/val/5335/ficha.html

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