sábado, 5 de agosto de 2017

LA MANCHA DEL GRIEGO de Graciela Rost, Cap 1 Epi 8

Episodio 8

CONDIMENTOS DEL RENCOR

   Bruno y Diana, a esa altura, eran considerados por sus hijos como dos extraños que no tenían la más mínima idea de la vida. Recibían de ellos el afecto incondicional que tanto bien les hacía, pero de entenderlos íntimamente, nada de nada. 
  Ese día allí estaban los dos, ocupando sus butacas por la graduación de sus vástagos. Ambos hijos bellos y capaces para defenderse en la vida. Los dos, con propósitos de convertirse en profesionales, aunque Diana no estaba muy convencida sobre la carrera que su hijo seguiría; ella sabía que era mejor que nada, ya que la única otra opción que él pretendía en lo personal era el deporte.
  Aplaudieron cada medalla, cada pergamino de sus hijos y también de los amigos de sus hijos. Realmente estaban felices. Se sentían reconfortados como padres. Los chicos bajaron hacia ellos a entregarles sus títulos y medallas. Los besaron con cariño a ambos. Diana había sido una buena guía para Ada y, también Bruno bueno para Xander. Habían aprendido a apreciarlos realmente. Aunque entre ellos, vivieran una guerra sin cuartel desde que eran niños.

  Ese año las carpas albergaban de a ocho jóvenes cada una. Siempre del mismo sexo. Los adultos también ocupaban dos carpas. El camping tenía todo lo necesario. Duchas, baños, parrillas, buena iluminación. Estaba ubicado a solo doscientos metros de la playa. Los jóvenes, tenían entradas libres para los mejores bailables del lugar. Todo estaba dispuesto para que los jóvenes se divirtieran. Y los adultos observasen.
  Los adultos varones, miraban para otro lado durante las escapadas nocturnas de algunas parejitas hacia los lugares más oscuros del camping. Entre ellos, Martín y Xander no perdían noche ni chicas. Xander, lograba estar con las dos amigas en la misma noche. Mara sabía que luego que Cloe regresaba y se dormía, Xander la esperaba a ella. Ada, se impacientaba por la estupidez de las chicas y el descaro de Xander, pero no decía nada.
  Ada había decidido que ella también tendría sexo ese verano, pero quería estar con alguien que la quisiera, aunque ella no estuviera interesada todavía en ninguno. Miró durante todo el día en la playa a cada uno de los chicos, pero cada vez que daba vuelta la cara, encontraba a Javier, con la misma expresión de amor que a los doce años.  El problema con Javier era, claro estaba, Xander. Como todos los problemas en su vida, tenían nombre propio. Ella caminó hasta Javier y se sentó a su lado. Él no podía creer que ella estuviera ahí, junto a él. Ada conversó con él sobre la carrera de psicología y él sobre abogacía. Los dos llegaron a dialogar animadamente.
   Martín le hizo ver a Xander lo que ocurría en la playa mientras ellos estaban en el agua jugueteando con varias de sus compañeras. Él supuso que Ada algo se traería entre manos, de otro modo, no podía estar conversando con Javier. Luego de un rato, la escena lo impacientó aún más. Si bien sabía que Javier sentía debilidad por Ada, también era el más vulnerable de todos sus amigos.
  Los chicos salieron del agua y se sentaron alrededor de Javier y Ada. Martín le hablaba a Javier; Xander a Ada.
  _ Con tanga el culo se te ve más grande que de costumbre -le decía Xander burlándose descaradamente-
 Ella pretendió no escucharlo y él continuaba molestándola.
  _ Tus piernas se asemejan a las de un futbolista, no pareces chica salvo por el trasero enorme. ¿Entiendes por qué es inevitable que te mueras virgen? -insistía Xander-
  Ella se puso de pie y le dio una sonora cachetada. Él la cargó en el hombro y corrió con ella a cuestas hasta internarse en el mar, mientras ella pataleaba y le golpeaba la espalda con los puños. Llegó donde ella no hacía pie y la sostuvo de espaldas a él abrazada de la cintura, a una altura que solo su nariz y boca quedaran fuera del agua. Ella pataleaba.
  _ ¿Pretendes dejar de ser virgen con uno de mis amigos? ¿Resulta que ahora te gusta Javier?
   Ella intentó escapar, pero él la sostuvo metiendo una mano dentro de su tanga.
 _ ¡Suéltame idiota! -le gritaba Ada mientras trataba de quitar con ambas manos, la de Xander-
  Él metió dos dedos en la vagina de Ada, hundiéndolos con fuerza. Ada gritó por el dolor y ambos vieron como subía un poco sangre a la superficie del agua. Ella dejó de pelear y de moverse.
 _ Eres la peor basura que existe sobre la tierra… -dijo Ada entrecortado por el llanto-
  Xander la escuchó llorar. Quitó lentamente sus dedos del lugar. El brazo con el que la sostenía, lo subió hasta debajo de su pecho, convirtiéndolo en un abrazo más cálido. Apoyó su cabeza en el hombro de Ada.
 _ Perdóname -le susurró al oído-
  Ella lloraba. Él intentó compensarla acariciándola, pero ella se sentía muy humillada y dolida. La giró hacia él, sin dejar de abrazarla, mirándola a los ojos.
 _ Perdóname Ada, por favor, perdóname -insistió Xander, afligido-
  Ella no contestaba, sólo lloraba.
 _ Min klais, synchóresi -le susurró colocando su cabeza contra la de ella-
  Con los años convividos, ella aprendió a entender lo que él decía y supo que le pedía que no llorara y lo perdonase. Supo que estaba realmente consternado, de otro modo, no le hablaría en griego. Sabía que sus disculpas eran sinceras, pero no podía perdonarle lo que le acababa de hacer.
 _ ¡Nunca, en mi resto de vida! Escucha bien… ¡Nunca te perdonaré lo que me hiciste! –respondió llorando desconsoladamente-
  Xander acercó su boca a la de Ada, pero se detuvo a menos de un centímetro antes de besarla. Nuevamente, ambos pudieron sentir sus respiraciones. Él la soltó con prisa. Le asustaron sus emociones.
   Desde lejos, en la playa, los amigos veían la escena. Sabían que algo había calmado a Ada y supusieron que, nuevamente él la habría dominado o amenazado. Él salió primero del agua, buscó una toalla que le acercó a Ada para que saliera del agua. Ella tomó la toalla al pasar y caminó directo hacia el camping, sin mirar a nadie.
 Los chicos le preguntaron a Xander que había pasado y él respondió: _ Nada, pasa que soy un imbécil.
  Lo notaron atormentado, pero prefirieron esperar a que él les contara cuando quisiera. Javier estaba muy molesto porque le habían quitado a Ada de su lado, sabiendo lo que él sentía por ella. Pero las bromas de los amigos sobre las chicas que pasaban le hicieron distraerse del enojo.
  Xander sabía íntimamente, que lo había hecho adrede. Sabía de la intencionalidad de robarle la virginidad a Ada. Lo que no entendía, era el por qué. Se sintió mal en el mismo momento que la sintió llorar. Aun así, no estaba arrepentido. Martín se sentó a su lado y Xander le contó lo sucedido, como también, todo lo que pasaba por su mente en ese momento. Martín pasó su brazo por el hombro de Xander, en gesto de comprensiva amistad y compañerismo.

  Ada lloraba dentro de la carpa metida en su bolsa de dormir. Mara entró para saber que le pasaba. Al ver que no le respondía, se acostó a su lado y la abrazó. Pensó que algo realmente malo le había hecho Xander en el agua. Ada se dio vuelta lentamente.
 _ Xander me ha quitado lo único que me quedaba realmente mío -decía con congoja-
  Le contó lo que él le había hecho. Pidió que no se lo contara a nadie. Mara la abrazó, por primera vez reconoció, al desgraciado que había oculto dentro de Xander. Ada se sentó y le preguntó a Mara _ ¿Por qué me hizo esto?
  Mara le acariciaba el pelo, sacudiendo la cabeza de un lado al otro. Ella tampoco lo entendía.
 _ Ustedes tienen una guerra tan privada, en la que muchos no llegamos a comprender la magnitud del odio que se profesan. Pero es evidente que Xander, no se detiene ante nada para perjudicarte de cualquier forma posible.
 _ Él enseguida me pidió perdón. Pero yo no puedo perdonar algo tan perverso de su parte. Yo no voy a permitir que me manipule más.
 La directora del colegio se metió en la carpa.
 _ Vitale, dígame que le hizo Sifakis.
 _ Sólo peleamos, como siempre…
 _ Los conozco desde niños a los dos y también se reconocer las miradas de los adolescentes. Adivino el grado de malestar de cada uno. Sólo pretendo saber qué fue lo que la humilló de esa manera -insistió la directora-
  Ada abrió los ojos muy grandes sintiéndose descubierta. _ Le aseguro que está equivocada.
 _ Se que no, muchachita -concluyó la directora mientras salía de la carpa-
  Todos estaban comiendo parrilladas al aire libre, pero Ada no salió de su carpa, Mara la acompañaba. Xander entró y le pidió a Mara que los dejara solos un momento. Él se sentó en el piso al lado de Ada.
 _ Mi pedido de disculpas fue sincero Ada. Lamento haberte hecho llorar…
 _¿Eso es lo único que lamentas? -preguntó Ada, mirándolo fijamente-
 _ Sí, eso es todo. Pero quiero que me escuches por primera vez en tu vida. Tú convertiste mi infancia en un infierno cuando yo atravesaba el peor momento de mi vida. Había perdido a mi padre y llegaba a una tierra extraña, con otro idioma y costumbres diferentes a las mías. Me procuraste una tremenda soledad y profundizaste mi angustia de niño huérfano. Durante la adolescencia, me humillaste y perjudicaste de todas las formas imaginables. Entonces me pregunto… ¿por qué yo debiera quererte de alguna manera? ¿Entiendes lo que te digo? -le reataba Xander con total sinceridad-
  Ella fue a hablar pero él le pidió que esperara.
 _ Pese a todo lo que acabo de confiarte, no soporté verte llorar… Ni la idea de que algún chico tenga sexo contigo y que lo sientas especial por ser tu primera vez. Eso… yo te lo hice adrede. Tan adrede como salvarte la vida cuando te ahogabas, o quitarte de encima a golpes a quien te molestaba. Simplemente… porque no lo soporté. No pude hacer otra cosa. Eso es todo Ada. Por eso, sólo te pido que me perdones por hacerte llorar, el resto no es perdonable, ni me arrepiento de ello.
 _ ¿Sabes que te has ganado mi más profundo y eterno desprecio?
 _ Lo sé… ¿aún sientes dolor?
  Ella asintió con un gesto.
_ Perdón por la forma en la que te traté -dijo Xander antes de salir de la carpa-
  
  Ada había perdido todo interés en tener sexo con alguien. Sus amigas continuaban escapando cada noche, para estar con el Griego, mientras ella se sentía muy sola y confundida.
  Una noche todos irían a bailar, Ada incluida. Ellas se preparaban con sus mejores y más vistosos vestiditos. Salvo Cloe, todas querían conseguir un novio ese día y usarían sus mejores armas para atrapar uno. Salieron en grupos del campamento, llegaron al bailable más grande de la costa, dispuestos a divertirse y bailar toda la noche.
  Ada bailaba con uno y con otro, seduciendo con su cuerpo y su mirada. El chico con el que bailaba en ese momento le gustaba y él la miraba con interés. Ella le puso sus brazos en el cuello para bailar un ritmo caribeño. De un momento a otro, el chico se alejó de ella, con una rara disculpa. Al ver como se alejaba se dio vuelta. Encontró a Xander y Martín con cinco amigos más, parados detrás de ella con los brazos cruzados.
  En ese momento entendió lo que había pasado. Sencillamente, ellos intimidaban a cualquiera que se le acercara. Ada tomó a Xander del cuello de la camisa.
 _ ¡¿Por qué no me dejas en paz?! -le gritó cargada de ira e impotencia-
 _ No te hago nada- le respondió, mientras le tomaba suavemente las manos para que lo soltara-
  Mara intervino. _ ¡Ya basta Griego, deja tranquila a Ada!
  _ No estoy haciéndole nada, sólo espero a que ella suelte mi camisa -reiteró Xander-
  Ada le apretó los pelos de su pecho con fuerza. Él la miraba con fiereza, sosteniéndole la mano para que no le tirara más fuerte. Bajó su cabeza acercándola a Ada.
 _ ¿Deseas verme enojado? -le preguntó amenazante en un susurro-
  Ada lo soltó. Ni bien lo hizo, se despidió con una cachetada, con la que le hizo girar de lado la cara. Se fue perdiéndose entre la gente. Sus amigas la siguieron. Ada caminaba rápidamente por la calle.
 _ No me deja vivir, no me deja en paz. ¡Lo quiero ver muerto!
  Las chicas, casi debían correr tras ella para acompañarla.
 _ ¿Ustedes se dieron cuenta de lo que él estuvo haciendo?
 _ Claro Ada, pero ahora debes tranquilizarte -le pidió Mara-
 _ El maldito Griego y sus amigos se ocuparon de amedrentar a cualquiera que se me acercara. ¿Se dan cuenta que no puedo tener paz mientras él esté cerca?
 _ Falta poco para que todos estemos en la universidad. Ya no tendrás que soportarlo todo el tiempo como ahora -le aseguró Cloe-

  De regreso a sus hogares, los jóvenes preparaban sus respectivos cumpleaños con sus amigos. Ada y Xander se esquivaban. Cuando uno entraba, el otro salía.
  Xander recibió un auto de regalo para sus dieciocho, para que pudiera trasladarse entre sus múltiples ocupaciones. Le prometieron a Ada que, al año siguiente, comprarían uno igual para ella, ya que solo asistiría a la universidad y podía compartir la camioneta con Diana.
 Le resultaba horrible pensar que, luego de vivir tantas humillaciones de parte de Xander, él fuera premiado por los padres con un auto.

  Ese verano los padres viajaron solos por varias semanas. Ada debió soportar la casa llena de chicos y chicas que, alcoholizados, terminaban teniendo sexo en cualquier lugar totalmente desnudos. Ella prefería encerrarse en su cuarto y chatear con sus amigas.
  En sus discusiones, Cloe le decía que Xander solamente se divertía y eso no era engañarla. Ada resoplaba ante tanta falta de autoestima de su tonta amiga. Al menos Mara, la tenía más clara y nunca se ilusionó con él.  Pero Cloe, sabiendo que él estaba con otra, le hacía sonar el celular. Una de esas veces Xander la atendió y ella le preguntó qué estaba haciendo, él le respondió que no querría saberlo, mientras de fondo se sentían los gemidos de mujeres.
  _ ¿Pueden creer que llamé a Xander y se escuchaban gemidos del otro lado? -les contaba Cloe indignada a sus amigas-
  _ ¿Para que lo llamas si ya sabes que está con otra? Tu sí que eres tonta -le contestaba Mara-
  _ ¿Acaso, creías que te estaba mintiendo sobre lo que pasa en mi casa? -le preguntó Ada-
 _ No puedes haberte vuelto tan tonta y ciega de amor por el Griego, amiga -le dijo Mara riendo-
 _ No logro entender cómo, con casi dos años de salir con él, todavía no supieras con quien ye has metido -concluyó Ada-
 _ ¡Lo que pasa contigo, es que estás celosa! -le respondió Cloe-
 _ Tu comentario roza la locura y la sinrazón -respondió Ada, cerrando su notebook-

  Los meses de vacaciones llegaron a su fin. Una nueva etapa en la vida de los jóvenes comenzaba ese año.


CONTINUARÁ MAÑANA...
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