martes, 8 de agosto de 2017

LA MANCHA DEL GRIEGO de Graciela Rost, Cap 2 Epi 3

EPISODIO 3

UN SOLO CAMINO

  Llegaron a la playa, ambos se descalzaron para caminar por la arena. En el trayecto por la orilla del mar, él colocó su mano en la cintura de Ada asiéndola contra sí mientras ella lloraba. Nada la consolaba de la orfandad que sentía. Él la veía tan frágil y menuda, que le causaba una profunda ternura. Cuando ella lloraba, no había nada más importante que eso en toda su vida. Siempre había sido así, aunque nunca se explicó la razón.  Se detuvo frente a ella, la cargó desde la cintura colocándola a horcajadas de su cadera. Ella enroscó sus brazos al cuello de Xander y recostó la cabeza en su hombro. Él caminó con ella a cuestas, con sus manos cruzadas como silla bajo la cola de Ada, de regreso por la playa.
 _ ¿Quieres que nos quedemos en el país o que nos vayamos a vivir a Grecia o Italia? -preguntó Xander a Ada, una vez sentados en el auto-
  Ella sintió temor por la pregunta. _ ¿Tienes pensado abandonarme, tú también?
 _ No, claro que no. Te pregunto si quisieras vivir en otro lugar, de uno soy nativo y del otro nacionalizado como aquí; al menos en ambos países hay familiares que podría albergarnos a los dos.
 _ ¿Es eso necesario?
 _ No, claro que no. Sólo tenlo en cuenta.
  Ada asintió. _ Nunca se me había ocurrido vivir en ningún otro lugar.
 _ Está bien, nos quedaremos aquí entonces.
 _ Tú tienes familia a quien recurrir. Siempre será una alternativa para ti.
 _ A esta altura, todos son desconocidos para mí. Sólo te tengo a ti, si fuera a algún sitio sería contigo.
  Llegaron a la casa. En la puerta los estaban esperando Cloe y Mara. Entraron los cuatro.
  Cloe le insistía a Ada que regresara lo más pronto posible a la universidad, porque eso la distraería. Mientras ellas hablaban, Mara se acercó a Xander, insinuándole que fueran a su cuarto. Xander la ignoró, todo cuanto quería era meterse en la cama para estar a solas.
  Luego que las chicas se fueran, Ada nuevamente sintió el vacío de la casa. Caminó de un lado al otro. Subió hasta cuarto de Xander y lo vio dormido. Caminó hasta él, abrió sus sábanas y se acostó en silencio a su lado. Él le hizo lugar. Ella se abrazó fuerte a su cuello.
  Al despertar por la mañana, Ada se dio cuenta que sostenía el sexo dormido de Xander. Al quitar la mano, él despertó.
_ ¡Oh disculpa! -dijo Ada asombrada-
_ No es peluche… pero si te sirve…
Ella le golpeó el brazo, mientras él reía.
_ Agradece que está dormido…
 Ada rio con él por lo incómoda de la situación.
_ La próxima vez que vengas a dormir conmigo, no olvides traer tu osito de peluche, así evitaremos confusiones.
 Él se giró y la abrazó con fuerza. _ ¿Quién se levantará a hacer el desayuno?
  Ella escondió la cabeza. Él se levantó de un salto mientras prendía su jean.
  Xander se duchó antes de bajar a preparar café. Se dio cuenta que no les quedaba casi nada en las alacenas, ni en la heladera, más que cervezas y eso era porque los chicos las llevaban. Puso pan en la tostadora y le gritó a Ada que bajara.
  Ella también bajó luego de ducharse. Café de por medio, planificaron salir de compras y que Ada retomara la universidad. Él averiguaría si no había perdido el año, entre la fractura y la enfermedad de su madre. Si le daban la oportunidad de rendir, lo haría.  Hicieron la lista de las compras antes de salir. Salieron juntos en el auto de Xander. Los dos aún tenían reparos en usar los autos de los padres.

Unos días más tarde, Ada regresaba a clases. _ Usa mi auto si quieres -le ofreció Xander-
_ ¿Iniciarás entrenamiento de básquet?
_ No sé si lo haré. Siento que algo cambió en mí y el básquet, por el momento, no es mi prioridad.
  Xander consiguió una excepción, para rendir sin cursar las clases que había perdido. Pasaba horas sentado en la cocina estudiando. Ada llegó con Cloe, ambas salían de la universidad. Cloe se acercó a Xander.
_ ¿Quieres que estemos juntos un rato? -sugirió Cloe ilusionada-
_ ¡Nada me interesa menos, que estar contigo! -respondió Xander-
Cloe lo golpeó en el brazo. _ ¡Eres muy desagradable Griego!
  Xander, tomó todas sus cosas de la mesa y se marchó a su cuarto. Ada le preguntó a su amiga que había pasado; cuando ella le contó, se echó a reír.
 _ En teoría ¿no habías venido por mí? -le recordó Ada-
 _ Es que aún lo amo -le confesó Cloe-
 _ ¿Lo golpeas como prueba de tu amor?
 Cloe salió enojada del lugar.  Ada se desesperaba cuando estaba sola. Sentía la casa enorme y vacía. Extrañaba la voz de su padre hablando alrededor de Diana mientras ella cocinaba. Cuando sintió que ya no podía contener las lágrimas corrió escaleras arriba a abrazar a Xander. Él dejó sus libros y la cargó en sus piernas.
 _ No llores Ada.
 _ Desde que murieron nuestros padres, no soporto estar sola.
 _ Me di cuenta, pero todo lo que tienes que hacer es buscarme. Siempre estaré a tu lado.
 _ Júrame que nunca me abandonarás -le pidió Ada, mirándolo a los ojos-
 _ Eso no va a pasar, siempre estaré para ti.
   Ada acercó su boca y besó sus labios, cada vez con más intensidad; él estuvo a punto de abandonarse en ese beso; en cambio, le pidió que se detuviera. Una vez que ella dejó de besarlo, él la abrazó con fuerza.
 _ No despiertes al diablo que tengo dentro…
 _ Conozco bien al diablo del que hablas, también duerme en mí.
  Él le ofreció que ambos bajaran a la cocina. Ella asintió. Acordaron que recibirían la ayuda que, en su momento, les ofreció Martín con una señora, unas horas diarias. Esa noche Ada hirvió los fideos.
  Xander ya se había preparado para dormir. Caminaba por la casa juntando apuntes, para llevarlos a su cuarto. Ada lo seguía con la mirada.
_ ¿Qué pasa Ada?
_ Tengo sueño. Estoy esperando que vayas a la cama.
  Xander entendió que ella nuevamente se acostaría con él. Terminó de juntar todo; apagó las luces de la planta baja y se la llevó de la mano al dormitorio.
 _ Acuéstate Ada, yo termino de leer unas líneas más y te sigo.
  Ella se metió en la cama. Mientras él aún leía, ella se durmió. Xander se acostó a su lado.
  A mitad de la noche se despertó mientras Ada, sostenía nuevamente su sexo. El problema, esa vez, era que él se había despertado. Quiso quitar su mano, pero ella lo tomó con fuerza. Pensó en dejarla y tratar de dormir. Un momento más tarde él estaba erecto. Giró, pero ella no lo soltó. Él le habló al oído, pidiéndole que lo soltara. Ella movió su mano; él le pidió que se detuviera. Ella abrió los ojos y lo miró directo a los suyos
 _ Mi diablo se ha despertado, Xander.
 _ No se lo permitamos, por favor.
   Ella movió su mano sin soltarlo. Él la abrazó, sintió como ella lo masajeaba cada vez más apasionadamente. Ada, sintió la respiración agitada de Xander, que le repetía al oído, que ya no lo siguiera haciendo, sin que ella obedeciera. Él empujó suavemente la cabeza de Ada, cada vez más hacia abajo. Ella llegó hasta él, metiéndolo en la boca. Xander guio con sus manos a Ada en esa nueva experiencia. Ella pudo sentir el momento exacto en que él estallaba y lo recibió completo en su boca. Escuchó un quejido prolongado de Xander y el estremecimiento de su cuerpo. Él no podía creer lo que acababa de pasar. Temía mirarla. No fue necesario. Ella se abrazó de su cadera, quedando dormida con la cara pegada a su vientre. La sintió dormir, respirar relajada y quieta. Bastante más tarde, él logró conciliar el sueño.
  Al despertar en la mañana, Ada ya no estaba a su lado. Tenía que hablar con ella, aclarar lo que estaba pasando y poner un alto a todo eso. En la cocina, ella terminaba su desayuno para asistir a clases. Xander le dijo que a su regreso hablarían. Ella asintió con la cabeza y salió tomando las llaves del auto.
  Ese día, él rendiría uno de los finales. No se levantaba de la silla, más que por café. Martín apareció con sus propios libros para ser, como siempre, un compañero silencioso por horas. A la tarde, ambos se estiraron en las sillas. Era tiempo de relajarse y tomar algo juntos para ponerse al día de sus vidas.
  Xander le contó respecto a su confusión con Ada.
 _ Tú eres el único confundido. Yo tengo claro que toda tu vida transcurre alrededor de Ada. Lo que pasa es que ella aceptó primero que tú lo que les sucede a ambos -le replicó Martín-
 _ No permitiré que esto avance -dijo Xander-
 _ Como quieras -replicó Martín con una leve sonrisa-
  Ada llegó justo cuando los chicos salían. Xander, al darse cuenta de que quedaría sola, le sugirió que llamara a alguna de sus amigas para que la acompañara, porque él se presentaría a rendir y no sabía el tiempo que demoraría en regresar. Ella respondió que se fuera sin problema. Le aseguró que estaría bien.
  Xander regresó cuando ya era de noche. La casa no estaba iluminada. Encendió la luz de la cocina y caminó buscando a Ada; allí estaban sus cosas. Ella estaba en su propia habitación, metida en la cama, colocada en posición fetal. Él se sentó a su lado acariciando su pelo.
 _ ¿Prefieres que nos mudemos a un pequeño departamento para que no te sientas tan mal? -sugirió Xander-
  Ada se abrazó a Xander llorando. Él confirmó que se mudarían, entendía que ella no podía seguir así. Xander le pidió que lo escuchara con atención.
 _ Ada, ya no debes buscarme sexualmente. Regresa con tu amigo Cesar o con alguien más. Me haces sentir, como si estuvieras tratando de pagarme algún favor. No me debes nada, ni tampoco me apartaré de tu lado. No necesitas hacer lo que haces.
 _ No entiendo…
 _ No quieres entender. Separa las cosas Ada. No te dejes confundir por la situación.
 _ ¿Ya no me permitirás dormir contigo?
 _ Sí, pero solamente hasta que nos mudemos de casa.
  Xander le tomó la mano. Bajó con ella a la cocina para que comieran algo. Le dijo que al día siguiente buscaría departamentos para alquilar y que ella decidiría donde vivirían.
  Ese año terminó sin fiestas especiales. Lograron cumplir sus objetivos mínimos universitarios, se mudaron a un pequeño departamento céntrico. Vendieron los autos de los padres y compraron uno para Ada. Necesitaban de cambios para sobrevivir al peor año de sus vidas.

CAMBIOS

   El departamento era pequeño, aunque confortable. Xander puso en alquiler la casa y, con ese ingreso, pagaban el departamento y sobraba dinero que era destinado a Ada. Xander se ocupaba de todos los demás gastos.
  Ada decoró a su gusto el departamento. Habían contratado una mujer que iba cada mañana a hacer la limpieza y dejar comida preparada para el día. Se habían organizado bien entre los dos y, cada uno, retomaban su vida en la medida de lo posible. Ese nuevo año no vacacionaron, sólo iban al mar cada tanto en carpa con los amigos.
  Xander inició una relación con una compañera de la facultad. Sara era una joven muy bella que acompañaba a Xander a todas partes, aun cuando no era invitada. Eso les caía bastante mal a los amigos y a la propia Ada.
   Ella solía confabular con Martín y Lucas para despistar a Sara, cosa que los tres disfrutaban. Ese día dijeron que, por la noche asistirían todos a un bailable nuevo, al que habían sido invitados. Ada comentó que ella tenía las tarjetas de invitación. Todos sabían que Sara iría, aunque tuviera que pagar la entrada tres veces más de su valor. La cuestión, era que no existía tal invitación y todos se quedaron en el departamento charlando y tomando cervezas, sin Sara, hasta la madrugada. Todos tomaron de más, los chicos se acostaron en la cama de Xander y él se acostó con Ada en la de ella.
   Habían pasado varios meses de aquella última conversación, sobre la intimidad entre ellos dos. Pero el alcohol de esa noche la borró del recuerdo de ambos. Una vez en la cama, los dos se abrazaron. Ada trepó sobre él besando sus labios; él mordió suavemente la boca de Ada. La sintió gemir. Ese fue el detonante para que todas sus hormonas fluyeran sin control. Giró en la cama mientras desvestía a Ada; ella misma colaboraba con él sin dejar de besarlo. Le subió la remera besando su pecho. Él la vio tan menuda y delgada que, por un momento temió lastimarla, pero ella estaba ardiendo en deseo, mientras lo invitaba a invadir su cuerpo. Xander no pensó en nada más. Ella le acariciaba el pecho recorriendo con sus manos el camino hacia su sexo. Él le besaba la boca y los senos. Ubicado entre sus piernas, Xander entró en ella lentamente. Le dijo al oído que temía lastimarla; ella le aseguró que nada la dañaría. Él la amaba con todo su cuerpo, mientras ella gemía de placer. Ada le sostuvo la cara con ambas manos, para que la mirara. Cuando se encontraron sus ojos, ella sintió como él la colmaba por dentro, viendo en su rostro un gozo perfecto. Xander siguió dentro de Ada durante todo el resto de la noche. Ella lograba muy sonoros orgasmos, que ninguno de los dos intentó disimular. Ambos, exhaustos, se durmieron al amanecer.
  Martín y Lucas, también lograron dormir en ese momento. Antes, no se los habían permitido los ruidos de la habitación contigua.
  Al mediodía sonó el portero eléctrico. Martín se levantó a contestar. Era Sara, así que apretó los botones para que ella entrara. La recibió bostezando y en ropa interior. Ella lo miraba enojada.
_ ¿Qué quieres a esta hora de la madrugada? -preguntó Martín-
_ Lo único que puede moverte a estar frente a ti, es Xander.
_ El Griego, está en la habitación de Ada. Pasa, si quieres -dijo Martín sin ocultar el placer que le provocaban sus propias palabras-
  Sara caminó muy decidida. Martín caminó detrás portando una sonrisa plena. Por nada se perdería la cara de Sara. Ella abrió la puerta y los vio a los dos desnudos en la cama de Ada, abrazados.
_ ¡Xander, que significa esto! -gritó Sara-
  Martín se asomó sonriente. Ada tironeó de las sábanas para cubrirse, mientras él saltaba de la cama.
_ ¡Vístete para recibirme!
Xander sonrió al ver la cara de Martín. _ Espérame en la sala de estar, Sara, por favor.
  Martín caminó tras ella, rascándose la cabeza.
  Xander se tiró en la cama y abrazó a Ada. _ ¿Te encuentras bien? -le preguntó, mientas le acariciaba el rostro-
  Ella le sonrió, pasando su mano por el pecho de Xander. _ Gracias.
_ ¿Por qué me das las gracias Ada?
_ Por hacer que mi primera vez, sea contigo.
_ ¿Repíteme eso?
_ Esta ha sido mi primera vez…
 _ ¡Discúlpame! ¡Yo no lo sabía y seguramente me comporté como un animal!
  Ella lo abrazó y le dijo que fue maravilloso. Se besaron. Desde la sala, Sara gritaba su nombre. Él bajó de la cama, se puso el jean y salió del cuarto.
  Xander miró a Martín haciéndole una seña para que se fuera. Mientras regresaba al cuarto decía: _ ¡Qué noche pasamos con Lucas! Nos matamos a besos los dos.
  Xander, se encontraba entre la risa de Martín y el enojo de Sara.  Se sentó al lado de Sara y, antes que ella dijera nada, él la miró seriamente. _ Asegúrate de preguntarme solamente aquello para lo que estés segura de querer escuchar la respuesta. Pues no estoy dispuesto a mentirte.
_ ¿Saliste anoche? -preguntó Sara-
_ No salí.
_ ¿Tus dos amigos se quedaron a dormir?
_ Así es.
_ ¿Estás segura de no querer preguntar nada más?
  Ella sacudió la cabeza. Sara fue a besarlo y él corrió la cara.
_ Ahora no Sara. Es mejor que te vayas. Todos se levantarán y no serán muy educados con las vestimentas que usen.
  Ella tomó su cartera, dio media vuelta y salió del departamento de evidente mal humor.  Mientras los chicos se levantaban, sonó nuevamente el portero. Eran Mara y Cloe, a quienes les abrieron con gusto.
_ ¡Tienes cartón lleno, Griego! -gritó Martín-
  Las chicas entraron, se sumaron a la mesa. Apareció Xander llevando de la mano a Ada hasta el comedor. Ella sentía vergüenza de enfrentar las cargadas de los chicos. Ahí estaba todo el “ganado” de su amigo reunido y prefirieron evitar conflictos.
_ ¿Terminaste con Sara? -pregunto Lucas-
_ No Lucas, no terminé con Sara.
  Los chicos lo miraron sin decir nada más. Las chicas notaron que él no sacó, en todo el tiempo, el brazo que tenía montado sobre el hombro de Ada.
_ ¿Qué está pasando? ¿Por qué debiera terminar con Sara? -preguntó Cloe-
 _ Cosas de parejas.
  Las chicas se juntaron en el cuarto de Ada. Ella, decidió no contarles nada respecto de su noche con Xander. Cuando los muchachos se fueron, Xander se metió a su cama. Necesitaba dormir.
  Cuando Ada quedó sola, entró al cuarto de Xander y se sentó a su lado.
_ No quiero hablar. Tengo temor que se estropeen las cosas -dijo Xander-
_ No tenemos nada que estropear, pero es mejor que algunas cosas queden claras entre nosotros. Nunca tuvimos una relación de hermanos, tampoco de pareja, porque cada uno hemos corrido en direcciones contrarias, pese a tener como un “elástico invisible” que, cuando más corremos para alejarnos, más juntos terminamos. Yo te quiero y sé que tú también me quieres, pero, no podemos atarnos el uno al otro y tomar determinaciones al respecto. Lo lógico sería que cada uno de nosotros haga su vida, sin renunciar a nada y esperar a que el tiempo diga que pasará con los dos.
 _ El planteo es bueno, pero nuestra relación tomó un rumbo que me atemoriza. Temo que, uno de los dos se enamore y el otro no.
_ Con que nos queramos debiera ser suficiente y ninguno de nosotros debería hablar de amor -sugirió Ada-
 Xander asintió. Era un trato. Ada le besó los labios y lo dejó solo.

  Terminaba un año más. Esa vez decidieron pasar entre el diez y el veinte de diciembre, todos juntos en la playa, a modo de festejo de ambos cumpleaños. Sara seguía acompañándolos.
_ ¡Dos vueltas a la boya! -retó Ada a Xander-
  Él corrió a su par hasta llegar a un punto de partida para nadar juntos. Ambos nadaron hasta la boya. No regresaron. Ninguno de los dos soltó la boya; se sumergieron besándose bajo el agua. Ella colocó sus piernas alrededor de Xander. Sosteniéndose de la boya hicieron el amor. Ambos permanecían unidos en un íntimo abrazo que sabía a eterno.
  Los amigos, desde la playa, intentaban distraer a las chicas haciendo piruetas y otras tonterías, a las que Sara no se unió. Cuando salieron del mar. Sara se cruzó frente a Ada golpeándola en la cara con el puño. Xander, incrédulo, se puso en medio.
_ ¿¡Acaso te volviste loca!? Acabas de cometer un grave error, Sara -le dijo Xander,   levantando a Ada en brazos y a horcajadas para caminar con ella por la playa alejándose del grupo.
_ Perdóname por no prevenir la reacción de Sara.
 Ada, en silencio, acomodó la cabeza en su hombro.  Los chicos los vieron alejarse.
_ Acaba de terminarse tu relación con el Griego – le aclaró Martín a Sara-
_ Soy yo quien termina con él. Estoy cansada de callar y soportar lo que es evidente.
  Cloe y Mara la escuchaban con atención. Martín y Lucas las tomaron del brazo diciéndoles que se alejaran de esa loca, pero las chicas le preguntaron a ella que cosa era evidente.
_ ¿Acaso ustedes no saben que ellos dos tienen relaciones íntimas sin importarles nada ni nadie?
  Las chicas se miraron. Nada podía estar más lejos de su imaginación, como que ellos tuvieran sexo. Se dieron vuelta y les preguntaron a los chicos si ellos también lo sabían. Los dos se encogieron de hombros diciendo que ellos no tenían ni idea de nada. Sara tomó sus cosas, subió a su coche y se marchó.
  Los cuatro quedaron callados, sentados en la playa.
_ ¿Qué te parece si regresamos? A este paso, llegaremos a la playa de otro país -le decía Ada a Xander, cuando se le perdieron de vista sus amigos-
  Él giró mientras reía.
_ Estás muy flaca.
_ Comeré más.
  Una vez de regreso, las chicas la miraron con algo de duda. Cloe se puso de pie.
_ ¿Es cierto que ustedes tienen sexo?
_ Así es. ¿Alguien tiene problemas con eso? -respondió Xander, sin pensarlo-
_ A mí me da igual. Estamos aquí para festejar cumpleaños, no para enojarnos con nadie -dijo Mara-
  Martín les dijo a las chicas que eligieran entre ellos y harían carpitas lujuriosas por la noche.
_ Claro, si estamos de a pares y todos somos jóvenes activos -dijo Lucas y, Mara sonriendo tomó su brazo, dejando a Martín con Cloe-
_ A partir de ahora eres mi gran amor -le dijo Martín, que terminó riendo de sus payasadas-
  Ada comenzaba su cumpleaños número veinte, en una carpa de la playa, haciendo el amor con Xander.

  Cerca del mediodía, los cuatro amigos los despertaron cantando el “feliz cumpleaños” para Ada. Ellos se vistieron para salir a su encuentro. Se rieron con las anécdotas de la noche y le agradecían a Ada su expresividad amatoria, que tanto calentó a sus amigas en las carpas vecinas, haciendo de sus noches algo maravilloso.
  Pasaron el último día disfrutando de la playa.
  Nada los preparaba para lo que venía…


CONTINUARÁ MAÑANA

No hay comentarios:

Publicar un comentario