La batalla entre Cristina Fernández y Hugo Moyano es por algo mucho más importante que los cargos. El choque de frente de estas dos locomotoras es por la batuta. Vamos a ver/ quien dirige la batuta/ dice el cantito popular.
Los dos dirigentes más poderosos de la Argentina están pulseando por el poder. No por tres carguitos de morondanga. La verdadera y apasionante confrontación es por resolver quien decide quienes son los que ocupan todos los cargos. ¿Se entiende? En definitiva, es también, aunque todavía no se vea con claridad la discusión ideológica entre el cristinismo y el peronismo.
Lo escribió Verbitsky con toda claridad este domingo: Cristina quiere imponer sus decisiones por encima de las corporaciones y ahora es el turno de los sindicalistas. La respuesta más contundente fue la de Julio Piumatto. Dijo que a ellos solamente los llaman cuando las papas queman y que muchos que se dicen peronistas compraron el discurso de la derecha política y mediática.
Hoy Piumatto, insiste en esa línea. Con nuevos tuit dice que los que el denomina progres K tienen respuesta para todo y le echan la culpa de todo a la CGT. Y que jamás entendieron al peronismo. ¿A quien se refiere Piumatto cuando habla en forma tan despectiva de sus compañeros de ruta? Pese a que la ofensiva está conducida por Cristina él prefiere mirar para otro lado y defiende a capa y espada a la presidenta pero de paso le dice que si se pelea con la CGT es un camino directo al suicidio.
Hoy dijo que si Perón viviera les daría el 33% de los cargos a los trabajadores y los jubilados. Le dio para que tenga a Mario Ishii que les recomendó a los gremialistas que le dejen la política a los políticos. Piumatto recordó que Ishii repartió viviendas entre sus familiares y los de algunos consejales. Esa revelación fue echa por los periodistas que Piumatto descalifica por trabajar para el enemigo. Su compulsión al twitter ya fue reprendida por la propia Cristina.
En un nuevo texto de 140 caracteres, Piumatto explica quien cree el que son los progres K que no entienden al peronismo: “A Massa (Sergio) no lo inventamos desde el movimiento obrero. Todo lo contrario, es de Alberto Fernández que impulsa a Filmus y Sabbatella”. Esta claro que estamos en las primeras escaramuzas. Y que habrá que comprar cascos porque va a volar de todo.
Ayer Hugo Moyano recibió munición gruesa desde todos los costados. Cayo sobre el una especie de tormenta perfecta. Veamos la secuencia.
1) Empezó el juicio contra Emilio Madonna Quiroz, el chofer de su hijo Pablo que está acusado de tentativa de homicidio y portación ilegal de armas de guerra. Nada menos. Fue el que disparó con su pistola 9 milímetros durante el enfrentamiento entre camioneros y albañiles de la UOCRA durante el traslado de los restos de Perón.
2) Se confirmó el procesamiento de tres personas directamente ligadas a Hugo Moyano por lo que se conoce como la mafia de los medicamentos. Todos esos caminos llevan a la obra social de camioneros que encabeza Liliana Zulet, la esposa del líder de la CGT.
3) Cristina anunció otra vez lo mismo que ya había anunciado un mes atrás: un plan de seguimiento de los medicamentos desde el laboratorio hasta el consumidor. Dijo que el objetivo era controlar y darle transparencia al sistema de las obras sociales. ¿Fue una casualidad demasiado casual? Pregunto. Pregunta que también se hizo Hugo Moyano quien hasta ahora fue el principal socio del gobierno de los Kirchner y que empieza a ser el principal enemigo.
¿Irá a fondo Cristina en esta guerra? ¿O son fuegos artificiales electoralistas? Está a punto de librar una cruzada decisiva contra los gremios corruptos y contra el peronismo tradicional. ¿Se atreverá a destapar ollas en las que puede aparecer la propia imagen de su esposo? ¿Se rendirán callados los pesos pesados del gremialismo o prenderán el ventilador?
Fernando Sánchez, el diputado de la Coalición Cívica puso el dedo en la llaga cuando dijo: “Cristina llegó a su cargo financiada por la mafia de los medicamentos. ¿Puede hablar ella de transparencia en las obras sociales?”. Así de caliente está el clima. Así de inquietante están las hostilidades. Parece que esto recién empieza.
fuente: Continental
Los dos dirigentes más poderosos de la Argentina están pulseando por el poder. No por tres carguitos de morondanga. La verdadera y apasionante confrontación es por resolver quien decide quienes son los que ocupan todos los cargos. ¿Se entiende? En definitiva, es también, aunque todavía no se vea con claridad la discusión ideológica entre el cristinismo y el peronismo.
Lo escribió Verbitsky con toda claridad este domingo: Cristina quiere imponer sus decisiones por encima de las corporaciones y ahora es el turno de los sindicalistas. La respuesta más contundente fue la de Julio Piumatto. Dijo que a ellos solamente los llaman cuando las papas queman y que muchos que se dicen peronistas compraron el discurso de la derecha política y mediática.
Hoy Piumatto, insiste en esa línea. Con nuevos tuit dice que los que el denomina progres K tienen respuesta para todo y le echan la culpa de todo a la CGT. Y que jamás entendieron al peronismo. ¿A quien se refiere Piumatto cuando habla en forma tan despectiva de sus compañeros de ruta? Pese a que la ofensiva está conducida por Cristina él prefiere mirar para otro lado y defiende a capa y espada a la presidenta pero de paso le dice que si se pelea con la CGT es un camino directo al suicidio.
Hoy dijo que si Perón viviera les daría el 33% de los cargos a los trabajadores y los jubilados. Le dio para que tenga a Mario Ishii que les recomendó a los gremialistas que le dejen la política a los políticos. Piumatto recordó que Ishii repartió viviendas entre sus familiares y los de algunos consejales. Esa revelación fue echa por los periodistas que Piumatto descalifica por trabajar para el enemigo. Su compulsión al twitter ya fue reprendida por la propia Cristina.
En un nuevo texto de 140 caracteres, Piumatto explica quien cree el que son los progres K que no entienden al peronismo: “A Massa (Sergio) no lo inventamos desde el movimiento obrero. Todo lo contrario, es de Alberto Fernández que impulsa a Filmus y Sabbatella”. Esta claro que estamos en las primeras escaramuzas. Y que habrá que comprar cascos porque va a volar de todo.
Ayer Hugo Moyano recibió munición gruesa desde todos los costados. Cayo sobre el una especie de tormenta perfecta. Veamos la secuencia.
1) Empezó el juicio contra Emilio Madonna Quiroz, el chofer de su hijo Pablo que está acusado de tentativa de homicidio y portación ilegal de armas de guerra. Nada menos. Fue el que disparó con su pistola 9 milímetros durante el enfrentamiento entre camioneros y albañiles de la UOCRA durante el traslado de los restos de Perón.
2) Se confirmó el procesamiento de tres personas directamente ligadas a Hugo Moyano por lo que se conoce como la mafia de los medicamentos. Todos esos caminos llevan a la obra social de camioneros que encabeza Liliana Zulet, la esposa del líder de la CGT.
3) Cristina anunció otra vez lo mismo que ya había anunciado un mes atrás: un plan de seguimiento de los medicamentos desde el laboratorio hasta el consumidor. Dijo que el objetivo era controlar y darle transparencia al sistema de las obras sociales. ¿Fue una casualidad demasiado casual? Pregunto. Pregunta que también se hizo Hugo Moyano quien hasta ahora fue el principal socio del gobierno de los Kirchner y que empieza a ser el principal enemigo.
¿Irá a fondo Cristina en esta guerra? ¿O son fuegos artificiales electoralistas? Está a punto de librar una cruzada decisiva contra los gremios corruptos y contra el peronismo tradicional. ¿Se atreverá a destapar ollas en las que puede aparecer la propia imagen de su esposo? ¿Se rendirán callados los pesos pesados del gremialismo o prenderán el ventilador?
Fernando Sánchez, el diputado de la Coalición Cívica puso el dedo en la llaga cuando dijo: “Cristina llegó a su cargo financiada por la mafia de los medicamentos. ¿Puede hablar ella de transparencia en las obras sociales?”. Así de caliente está el clima. Así de inquietante están las hostilidades. Parece que esto recién empieza.
fuente: Continental
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