Está decidido que la Presidenta será candidata. ¿Abal Medina en vez de Boudou como vice?
Cada semana la Presidenta va dando indicios que permiten inferir que su futuro político será la búsqueda de la reelección. Esa fue una de las consignas que dejó su discurso del 25 de mayo pasado en la ciudad de Resistencia. Una de las marcas del kirchnerismo es la de haber transformado la conmemoración de esa fecha fundacional de la Patria en una efemérides propia en la que el Gobierno autocelebra un año más de su gestión. Según el discurso presidencial, pues, lo importante de esa fecha es que se recuerda un nuevo aniversario de la asunción presidencial de “él”, o sea, de Néstor Kirchner, el 25 de mayo de 2003. Ello, a su vez, es una confirmación de que, para el Gobierno, la historia comenzó con ellos, y que se asiste a la refundación de una nueva Nación basada en las bondades del así llamado “modelo”. Es notable apreciar cómo este ejercicio de manipulación se ha impuesto como una norma. Junto a ello aparece el agregado emocional que le inyecta la Presidenta, con su voz quebrada cada vez que en sus discursos apela al recuerdo de su esposo. El uso reiterativo que la doctora Fernández de Kirchner hace de este recuerdo debería ser motivo de un análisis más cuidadoso de su parte, ya que el contexto de campaña transforma a cada una de esas apelaciones en un hecho proselitista en el que su sentimiento de sincero dolor por la pérdida de su cónyuge puede pasar a ser interpretado como un recurso de mero cálculo electoralista.
En la retahíla de cadenas nacionales con las que el Gobierno va cimentando su campaña electoral, se despliega la evidencia de un operativo clamor innegable. “No hay plan B”, reconoció tras unos segundos de silencio el presidente provisional del Senado, José Pampuro, cuando se lo consultó al respecto de un eventual rechazo de la candidatura por parte de Cristina, al tiempo que señaló que, salvo alguna circunstancia esporádica, no tiene ningún tipo de contacto con la jefa de Estado. El método de conducción críptico de la Presidenta es una marca registrada del kirchnerismo que, por lo visto, no habrá de cambiar. Así es como el nombre del posible candidato a la vicepresidencia ha dado pie a un verdadero juego de azar. Un día suben las acciones de uno y al siguiente las de otro. Esto trae reminiscencias de la manera en que el ex presidente Carlos Menem eligió a Carlos Ruckauf como su candidato a vicepresidente en 1995. Esta semana que pasó, las acciones que subieron fueron las del secretario de Medios, Juan Manuel Abal Medina hijo, y las que bajaron fueron las del ministro de Economía, Amado Boudou, a quien la decisión de la Presidenta de dejarlo fuera de carrera en la elección a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires lo desacomodó. Se sabe que el peronismo porteño amenazó con la ruptura si la candidatura hubiera recaído sobre el ministro.
Las internas en Santa Fe, un acto eleccionario muy positivo para el sistema institucional del país, han dejado mucha tela para cortar, ya que sus consecuencias trascienden largamente lo meramente provincial. Es así como el buen desempeño del candidato de Hermes Binner, el ministro de Gobierno Antonio Bonfatti, ha posicionado al gobernador como un presidenciable más. Por lo tanto, de ahí a la posible ruptura con Ricardo Alfonsín ha habido un paso que está a punto de concretarse. El motivo es el acuerdo en ciernes entre la UCR y Francisco de Narváez, cuyo caudal de votos fue el principal impulsor de una movida compleja y rodeada de efectos colaterales para el radicalismo.
Otro de los ganadores de las internas santafesinas ha sido Agustín Rossi. Los guarismos suyos y de los otros dos candidatos del Frente para la Victoria –Omar Perotti, intendente de Rafaela, y Rafael Bielsa– hablan de una clara recuperación del Gobierno nacional en una provincia en la que, como consecuencia de la batalla por la resolución 125, había sido duramente castigado en las elecciones legislativas de 2009. Hay que señalar, no obstante, que mucho ha tenido que ver en esta recuperación no sólo la euforia de la ilusión económica del momento, sino también el paso bien al costado dado por Carlos Reutemann. El estrepitoso ocaso del actual senador santafesino ha dejado a sus seguidores en un estado de necesidad y urgencia que ha empujado a muchos de ellos a subirse al colectivo del kirchnerismo. No obstante, algunos allegados al ex piloto de Fórmula 1 aseguran que hace unas semanas hubo negociaciones muy serias para concretar la fórmula presidencial Carlos Reutemann-Gabriela Michetti que finalmente, por razones que se desconocen, no se concretó.
Más allá de los resultados mencionados, el batacazo lo dio Miguel del Sel. La popularidad del Midachi y su discurso antisistema, en relación a los partidos políticos, le dio resultado. Esto inquietó a varios de los políticos que están trabajando a su lado que, habiéndose sentido aludidos y descolocados por este discurso, se reunieron para pedirle al candidato del PRO que lo modifique. Para Del Sel el desafío es el mismo que se le presentó a todos aquellos ídolos populares que llegaron a la política con un discurso similar y un entusiasmo genuino por mejorar las cosas, y a los que después el mismo sistema se devoró. Reutemann es un ejemplo de ello; Palito Ortega, otro.
Mientras tanto, la realidad muestra sus verdades. En estas horas, en el Gobierno se reconoce un estado de preocupación y enojo de la Presidenta por las posibles derivaciones de las denuncias de manejos irregulares por parte de Sergio Schoklender de los fondos públicos otorgados a la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo que encabeza Hebe de Bonafini. Otro motivo de inquietud –más allá de las negativas que expresan en público los funcionarios– es la economía. Una de las razones es la disputa con Brasil, que está lejos de encontrar una solución real, ya que el diferendo causado por las restricciones al intercambio comercial entre los dos países socios del Mercosur sigue al rojo vivo. Ninguna de las medidas paliativas que se han intentado desde aquí ha dado el resultado buscado. En consecuencia, una de las terminales de automotores, Volkswagen, ha decidido mudar la producción de una de sus líneas a Brasil. ¿Será este un caso aislado o el primero de una serie que involucrará a otras empresas?
Otro de los asuntos inquietantes de la economía es lo que sucede con el dólar. La existencia del “dólar blue”, eufemismo cuasi artístico con el que se denomina al dólar paralelo, está revelando una situación de falta de confianza respecto de la fortaleza de la economía argentina y de una inquietud por las actitudes intervencionistas del Gobierno sobre las actividades de varias empresas líderes, a la cabeza de la cual sobresale el caso Techint. El colofón que resume este estado de cosas es la fuga de capitales que, en este mes de mayo, estaría rondando los 1.800 millones de dólares. Kirchner siempre se encargaba de recordarle a los suyos que la estabilidad del dólar era una de las claves en las que se sostenía la gobernabilidad. Por lo que se ve ahora, es evidente que Amado Boudou desconoce este postulado del ex presidente o que, si lo conoce, lo ha olvidado.
Fuente: Perfil
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