domingo, 21 de noviembre de 2010

El origen del rosquete. Por Alejandro Borensztein


El origen del rosquete. Por Alejandro Borensztein 

 
Fue un segundo fatal. Ella se levantó de su asiento y avanzó con la convicción de que lo iba a embocar . Él la venía agrediendo por donde duele más: su familia. Kunkel habrá pensado que si pudo agredir sin represalias, entre otros, al mismísimo Felipe Solá, con Camaño no corría riesgos . Calculó mal. Ella, así como se la ve, dura, frontal y algo tosca, es una de las legisladoras más prestigiosas y preside la Comisión de Asuntos Constitucionales.

Eso no es para cualquiera . La supo presidir Lilita, y también en el Senado, la presidió Cristina.

Camaño caminaba con la vista clavada en su presa. Es un chiste fácil decir que venía como una “tigresa”, pero en su andar y en su mirada había una actitud felina . Serena y desafiante se le plantó de frente. Kunkel se dio cuenta que estaba en grave peligro y, con viveza, trató de llevarla al terreno del diálogo. Le mostró carpetas, señalaba textos, hablaba. Quiso enfriar ese instinto asesino que lo miraba fijo, y pretendió desarmarla. Ella olfateó que la querían llevar a una inofensiva discusión, y alejarla del anhelado combate. Eso la descolocó porque su decisión primaria era el knock out . Ganar por puntos, gana cualquiera. Pero cuando él creyó que ya la había frenado, cometió ese error garrafal que le pudo costar la vida. Cortó la conversación, giró su cabeza hacia el auditorio y la ninguneó,confiado de que ella había desistido . Pero Camaño, con ese instinto que sólo tienen las mujeres, percibió la maniobra. Entendió que el ninguneo era una actuación de Kunkel para disimular el susto. Un segundo fatal en el que se le notó el pánico.
Ella le olió el miedo . Y entonces, cuando casi había emprendido la retirada, comprendió que la victoria estaba al alcance de la mano. Se quedó paradita al costado. Lo miró 3 segundos. Lo midió bien y tomó la decisión política: “Ahora sí que te la pongo” . En el barullo de la sala, costó escuchar el zumbido del brazo derecho que transportaba parte de su puño al sector izquierdo del morro patotero. El tipo ni siquiera tuvo tiempo de levantar la guardia.

Fue un latigazo . Con la velocidad y precisión de Ray Sugar Leonard, pero sin la fuerza de Tyson. Si ella hubiera elegido el moflete que el diputado de manera casi suicida le ofrecía de costado, el golpe hubiera sido devastador . El árbitro todavía le estaría contando. La tribuna gritaría “¡Que lo tapen con diarios!”. Pero lo embocó al revés. Graciela Camaño no tiene ni la cintura ni el bailoteo de Cassius Clay . Quizá por eso, no tuvo el efecto pugilístico que la situación ofrecía, pero sí tuvo el impacto político que la circunstancia ameritaba.

Ella no se quedó para ver su obra. Giró y se fue caminando a su rincón.

Como Monzón, cuando le puso el derechazo a Benvenutti en Roma y giró sobre sus pasos sin importarle la imagen inolvidable del tano caído, frente y rodillas sobre la lona, pantorrillas apenas abiertas. Rumbo a su esquina, él ya sabía que la piña había entrado en la historia y que era el nuevo campeón del mundo. Algo parecido sintió ella. No fue una piña, ni un sopapo, ni un chirlo, ni un mamporro, ni un castañazo, ni una bofetada, ni un bife.

Fue exactamente un rosquete . Un gancho veloz con un giro en el final para bordear el mentón de la víctima y entrarle al segundo palo. Futbolísticamente, diríamos que le dio con rosca. De ahí la palabra rosquete, supongo yo. O tal vez derive del latín “rosquetum”. No sé. Habrá que preguntarle al Dr. Grondona. Punto.

La pregunta es: ¿Cómo pasamos de la discusión por el Presupuesto a este histórico rosquete ? Camaño estaba caliente porque el tipo la venía agrediendo. Por otro lado, ella pertenece a una oposición que ese día también se había comido un rosquete por armar un zafarrancho con nada. ¿Quién puede probar si lo que le ofrecían por teléfono a la angelical diputada Hotton ( parece salida de “La Familia Ingalls” ) era alfombrarle la oficina, o una serie de jadeos con un “mamitahhh” final? Error. Ahí no estaba el asunto. ¿A nadie se le ocurrió investigar por qué una docena de diputados se retiraron diciendo que tenían la tía enferma? El mismo Pinedo reconoció que no sabía qué corno pasaba con su propia tropa. Lilita vio el filón y armó el bolonqui. ¿Inventó la historia? Posiblemente. Pero eso no justifica que el diputado Rossi la llamara “La madama del cabaret” . Otro rosquete. La oposición se está comiendo un baile de novela. Pero el oficialismo tiene flor de baile interno . Si no, no se explica que todos llamaran a todos.

El kirchnerismo brama por el Presupuesto: “¡No nos dejan gobernar! ¡Ponen palos en la rueda!” ¿Es eso lo que verdaderamente piensan? ¿O es otra actuación tan evidente como el segundo fatal de Kunkel? La verdad es que el Gobierno mandó un Presupuesto previendo un 8,9 por ciento de inflación.

Una joda . Como la inflación no baja del 25%, a lo largo del año van a recaudar un fangote de guita extra con la que van a poder hacer lo que quieran sin rendir cuentas . De eso se trata el asunto. El Gobierno se victimiza y aprovecha el reglamento. Si se rechaza este Presupuesto, puede usar el de este año, con lo cual le sobraría muchísima más guita aún. Otro rosquete al mentón de la oposiciónque, como Kunkel, tiene la guardia baja.

Tal vez, esto explique el contexto del rosquete de Camaño. Lo más sorprendente es que, más allá de los repudios, en el fondo muchísima gente festejó . Un claro síntoma de estos tiempos.

Semanas atrás, un grupo de kirchneristas agredió a Fernando Bravo y a Alfredo Leuco a la salida de la radio. Tuvieron que refugiarse en la emisora cuyo frente fue enchastrado con pintadas. Pudieron salir recién a la noche, escoltados por la policía.

Eso se llama barbarie . Al día siguiente, el episodio no fue siquiera mencionado o repudiado, ni por el Gobierno, ni por quienes siempre defienden al Gobierno desde sus micrófonos.

Ese silencio cómplice se llama fascismo .

El rosquete de Camaño es parte de esta misma historia. Fue inesperado, impreciso, humillante, bello, conmocionante, violáceo y eléctrico.

La alegría que provocó en muchos también es fascismo . Así estamos. Sólo un dato debe serenarnos: estamos en 2010. Por suerte, ya no hay lugar para el miedo.

No hay que temer , porque con el miedo el adversario se aviva y se agranda. Como Camaño. Eso sí, entre nosotros y sin que nadie escuche: qué lindo rosquete.

3 comentarios:

  1. Horacio Aldo Cingolani21 de noviembre de 2010, 3:56

    Bien Graciela!! elegís las notas justas y muy bien escritas!! Un abrazo!

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  2. Al menos le pone al tema sentido del humor.
    Un beso Horacio

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  3. Gracy yo solo quiero la receta de como hacer un rosquete mire tu ventanita y pense que tal vez sabes la receta de lo contrario ignora este comentario
    Adamo ... California chao.

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