domingo, 3 de febrero de 2013

LOS MALOS Y EL MAR. Por Alejandro Borensztein


 Alejandro Borensztein HUMOR POLÍTICO
El regreso de los comandos especiales del Club de los Malos destacados en Ghana no podía haber sido más reivindicatorio. Si bien el operativo que mantuvo confiscada la fragata Libertad fue un éxito, dejó un sabor amargo por no haber logrado el plan original de hundirla frente a las costas africanas en un intento de escape que el CDLM trató de inducir pero finalmente no consiguió. Por eso, lo primero que hicieron nuestros agentes cuando llegaron fue organizar un asado de camaradería en Bahía Blanca y a los postres trasladarse a Puerto Belgrano para hundir lo que tenían más a mano. La Santísima Trinidad sació la sed y el deseo de revancha.
Mientras las bodegas del destructor se llenaban de agua y la línea de flotación desaparecía bajo el mar iluminado por la luz de las antorchas que enarbolaban los edecanes del CDLM, aprovechamos para realizar una sencilla ceremonia marítima para jerarcas, familiares y allegados.
Allí se premió, no solo a los agentes que infiltramos en los tribunales africanos, sino también a los encarajinadores del CDLM que desembarcaron en el Ministerio de Defensa para coordinar este papelón internacional. Sin embargo, estos agentes que operan alrededor del ministro Puricelli no pueden ni compararse con los encarajinadores que maniobran alrededor del Canciller Timerman. Hay quienes sostienen que ya podríamos retirar a nuestros encarajinadores de la Cancillería.
Si es por arruinar al kirchnerismo y al país entero, el Canciller no necesita ayuda. Después de lo de Irán, demostró que ya puede hacerlo solito. Hay otros miembros del Club de los Malos que proponen adelantar la ceremonia de entrega de los Premios Turro y otorgarle a cuenta el Turro de Oro 2013. Otros sostienen que hay que esperar. Queda un largo año por delante para hacer cosas mucho peores.
De hecho, el acercamiento a Teherán es sólo una parte del plan quinquenal elaborado por el CDLM que combina la errática política exterior con los manoseos jurídico-institucionales internos y termina en la inevitable huida de capitales e inversiones. Una fórmula matemática perfecta: tocarle el culo al mundo occidental + abrazarse con los iraníes + gargajear a la justicia = dólar a 8 pesos. Tan simple como eso. Todavía el gobierno no se dio cuenta de esta parábola trigonométrica. Para cuando se aviven, ya se la habremos mandado a guardar.
Para mejorar aún más nuestra performance, el CDLM ha desempolvado el viejo plan de las candidaturas testimoniales que tantas satisfacciones nos diera en 2009. Algunos miembros del Club se preguntan si el gobierno va a cometer dos veces el mismo error, a lo que la respuesta es unánime: “Obviamente sí”. Ya conseguimos que el Gobernador del Chaco Capitanich declare que irá como candidato testimonial a senador por su provincia.
Solo falta confirmar si piensa dejar colgados a los que lo voten como senador o a los que ya lo votaron como gobernador. A esto se le agrega la declaración de Mariotto, avisando que él también se anota para una testimonial. Bocatto di Cardinale para el CDLM.
Por otra parte, si bien la mayoría de los barcos opositores siguen desguazados en los astilleros del CDLM, mantenemos una flota de agentes activos en todo el frente opositor. De hecho, esta semana se anotaron un poroto en el proyecto de demoler a Macri. Hace rato que buscábamos abrirle un boquete a la armada macrista y finalmente lo encontramos de la manera menos pensada: una cámara, un micrófono y un Del Sel sobre un escenario lograron un efecto devastador.
Miguel Del Sel resultó ser el Amado Boudou del PRO. Quien lo hubiera dicho. Y pensar que nosotros le habíamos puesto todas las fichas al Fino Palacios. Así es la vida, las cosas llegan por donde uno menos se las imagina.
Lo mismo nos pasó con los socialistas. Años buscando por donde entrarles y finalmente con un par de policías, un poquitito de droga y alguna que otra bala ya le vamos encontrando la vuelta.
Todo es cuestión de darse maña, y en eso el CDLM es puro corazón.
Más allá de estos intereses sectoriales, el proceso de desmoronamiento socioeconómico sigue viento en popa. El aumento del 20% en el mínimo no imponible frente a aumentos salariales del 25% es una genialidad. También anda muy bien el plan que hace que los Corderitos de Dios paguen los productos 20% o 30% más caro si concurren al súper o al shopping el día que su tarjeta o su banco no tiene promoción. Es un gran proyecto porque destruye especialmente a los sectores más pobres que no tienen ni tarjeta ni banco ni nada. Ya lo dijo el CEO del Club de los Malos: “Desmoronad pobres y desmoronaréis mayorías”.
Frase guacha si las hay, por significado y por pronunciación.
No podía faltar el reconocimiento a nuestros perturbadores urbanos que tantas alegrías suelen darnos. En este caso, subió al escenario un muchacho de estatura mediana, aspecto simple, austero, nada que permitiera sospechar que estábamos frente a un turro descomunal. Formado en el campo del supermercadismo, es el responsable máximo de que siempre estén habilitadas la menor cantidad de cajas posibles. Ahora administra el flamante sistema de bolsitas de supermercado que se cobran, y que luego se usan en las casas para tirar la basura. El nuevo aporte de este coloso del mal consiste en hacer mínimas perforaciones en el fondo de la bolsa de modo que la falla sólo puede ser detectada cuando el reguero de grasa de pollo, o de filetto, o de líquido de pañal usado, delata el recorrido del usuario. O sea, demasiado tarde. Con su aspecto simplón, allí estaba de pie frente a todos nosotros, uno de los hijos de puta más grande de estos tiempos. Alabado sea.
La ceremonia cerró con las emotivas palabras del Jefe del Escuadrón de Saboteadores Anónimos que bajan las palancas de luz cada vez que el Ministro De Vido sale a decir que la política energética del gobierno es un éxito.
Para muchos Corderitos de Dios, el mar significa playa, arena, sol, vacaciones. Para nosotros representa la profundidad, la oscuridad, la turbulencia, la inmensidad y la estéril resistencia. El poder y la fuerza del mar son nuestra mejor metáfora y sobre sus ondas infinitas navegamos sin piedad, velas al viento, en la búsqueda de la más bella de las aventuras: arruinarle la vida al soberano. No hay tempestad que nos detenga ni olas que nos amedrenten. Ya lo dijo el gran Federico Fellini, miembro honorable de la Società dei Cattivi di Roma: “E la nave va”.
FUENTE: CLARÍN

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