martes, 1 de febrero de 2011

Combate al narcotráfico, sin acuerdo


"Debemos discutir el uso de las Fuerzas Armadas para la seguridad pública". Con esta frase que nadie esperaba, el ministro de Defensa de Brasil Nelso Jobim, sacudió el encuentro cerrado a los medios que compartieron los gabinetes de Brasil y de la Argentina, mientras se desarrollaba con la reunión presidencial entre Cristina Kirchner y Dilma Rousseff.
El tema no estaba en la agenda y se trató sólo de una propuesta, pero la oferta no fue bien recibida del lado argentino. Jobim, que es titular de la cartera de Defensa desde 2007, había aprovechado la reunión para destacar el operativo policial con apoyo del Ejército en las favelas de Río de Janeiro con el que el anterior presidente Luis Inacio Lula da Silva se despidió de su mandato, antes del recambio presidencial.
Y no sólo elogió aquella operación armada sin precedente para desarticular bandas de narcotraficantes, sino que instó a la Argentina a aplicar una política similar en el país.
La propuesta de Jobim descolocó a los ministros argentinos, que lo escuchaban atentos en el Salón de las Mujeres Argentinas del Bicentenario, en el primer piso de la Casa Rosada.
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, que ayer ejerció a pleno su cargo de ministro coordinador, le cedió entonces la palabra al nuevo titular de Defensa, Arturo Puricelli, que, rápido de reflejos, apeló a una respuesta políticamente correcta para descartar la propuesta brasileña de emular a Lula en su lucha contra el narcotráfico.
"No tenemos posibilidades de encararlo [con las Fuerzas Armadas] porque tendríamos que reformar la ley", cortó el ministro, antes de abrir el debate. Sucede que en la Argentina la lucha contra el narcotráfico y la seguridad interior están vedadas para las Fuerzas Armadas.
Por las dudas, Puricelli agregó enseguida que desde el Ministerio de Seguridad, a cargo de Nilda Garré, se estaba trabajando igual, sin seguir el modelo brasileño, en el combate contra las bandas de narcotraficantes.
La participación del ejército brasileño en la lucha contra el narcotráfico generó tensiones y una fuerte controversia en el vecino país, cuando una fuerza especial integrada por militares, enviados por el gobierno de Lula, incursionó en varias favelas cercanas a Río de Janeiro, a fines de noviembre del año último.
El intercambio entre Jobim y Puricelli formó parte de los diálogos cerrados que pudieron ser escuchados por La Nacion en los que se acordó ayer la firma de 14 acuerdos entre ambas administraciones para sellar con un gesto concreto la primera reunión entre Cristina Kirchner y Dilma Rousseff.

El papel de De Vido

En esa negociación tuvo un rol clave el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, que con su única cartera acapara el mismo trabajo que tres ministerios diferentes de Brasil.
Entre los convenios firmados, De Vido destacó la construcción de dos reactores nucleares para investigación, que se fabricarán en ambos países; además de los avances en intercambio energético, en la construcción de la central de Garabí; la construcción de un nuevo puente internacional sobre el río Pepirí-Guazú, y el intercambio de información para trabajar en conjunto, hacia adelante, en planes de viviendas.
En la reunión, el ministro de Ciudades de Brasil, Mario Negromonte, también buscó convencer a los argentinos de los beneficios del plan de viviendas sociales de Lula que había sido coordinado por Rousseff antes de convertirse en su jefa de gabinete y saltar después a la presidencia. De Vido tomó la palabra y le contestó que tenían una política "simétrica", en el área de respuestas habitacionales, aunque lejos está la Argentina de los dos millones de casas sociales de Lula.

Otras promesas

También el ministro De Vido prometió en el encuentro con los funcionarios brasileños ampliar la cobertura de Internet gratis en espacios públicos, escuelas, bibliotecas y centros educativos, a pesar de la promesa todavía sin cumplir del acceso a Wi-Fi libre en 90 días que había lanzado el Gobierno el año pasado. Resaltó, además, la entrega de decodificadores para televisión digital, que ya llegó, según sus cifras, a 300.000 familias.
Más allá de las diferencias por la lucha contra el narcotráfico y el uso de las fuerzas armadas, el ministro de Defensa de Brasil le dio en ese encuentro un fuerte respaldo a la Argentina en su reclamo por la soberanía de las islas Malvinas.
Jobim planteó su compromiso para hablar con las autoridades uruguayas para el control de los buques y aviones británicos que necesiten apoyo logístico en sus países. De hecho, Brasil le negó días pasados a un buque inglés la posibilidad de amarrar en los puertos de Río de Janeiro como gesto hacia la Argentina.

Mirada opositora

"La visita de Rousseff pone paños fríos a la decisión de Obama de evitar venir a la Argentina. Espero que afiancemos lazos con Brasil, al que en algunas ocasiones hemos maltratado"

Ricardo Buryaile
Diputado (UCR)

"Está muy bien que la Argentina haya sido el primer destino de Rousseff. Deberíamos ir hacia una carrera de productividad para que el valor de la moneda brasileña no sea un problema"

Patricia Bullrich
Diputada (Coalición Cívica)

"Es muy positivo que la presidenta Rousseff visite la Argentina en su primer viaje al exterior. Dado que Brasil es nuestro principal socio, todo acuerdo que podamos firmar es importante"

Alfredo Atanasof
Diputado (Peronismo Federal)

"Es muy importante que su primera visita haya sido a la Argentina. Para ponerle más contenido a la relación hay que tener un desarrollo más potente que nos dé un equilibrio con Brasil"

Federico Pinedo
Diputado (PRO)



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