Así lo afirmó la policía boliviana, que colabora con su par española.
Gustavo Carabajal
Enviado especial
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SANTA CRUZ DE LA SIERRA, Bolivia.- Desde hace dos días las autoridades bolivianas investigan las actividades del cartel colombiano que habría contratado a los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá para enviar los 944 kilogramos de cocaína a Barcelona, España.
Para los investigadores, los narcotraficantes colombianos contrataron mano de obra local para sacar la droga de esta ciudad en camiones. Luego cruzaron la frontera por el paso Yacuiba-Salvador Mazza y de allí fueron al galpón que los hermanos Juliá alquilaron a 30 cuadras de la Base Aérea de Morón.
La primera reunión entre los hermanos Juliá y uno de los gerentes del cartel colombiano para planear el envío del cargamento a España se habría concretado en un lujoso hotel de esta ciudad, entre el 16 y el 18 de abril pasado. Si bien nadie recuerda a los Juliá en el hotel cinco estrellas Los Tajibos y afirman que no se alojaron aquí, allegados al colombiano John Wilson Díaz Vélez, uno de los investigados por la policía local, y uno de los colaboradores de los empresarios detenidos en Barcelona, España, aseguraron que la reunión se concretó en este complejo cinco estrellas, de amplios jardines poblados de palmeras, estilo colonial y lujo asiático, que cuenta con todos los servicios y el confort de un hotel de esta categoría.
No fue casual que saliera de esta zona de Bolivia, casi invadida hoy por los carteles colombianos, la cocaína que la policía española secuestró cuando el moderno jet de los hermanos Juliá aterrizó en El Prat, Barcelona.
Según un fiscal boliviano que fue consultado por La Nacion y que solicitó mantener su nombre en reserva, después de Colombia, en el Departamento de Santa Cruz de la Sierra se concentra la mayor cantidad de laboratorios clandestinos para la producción de clorhidrato de cocaína de alta calidad, de América del Sur.
Según el coronel Gonzalo Quesada, director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), se inició una investigación preliminar para tratar de establecer los vínculos entre un grupo de colombianos que está operando en la zona de Santa Cruz de la Sierra. Uno de ellos, identificado como Jesús María Osorio Torres, fue detenido cuando intentaba pasar 174 kilogramos de cocaína por el aeropuerto internacional Viru Viru.
"Tenemos la hipótesis de que Osorio Torres es uno de los representantes más importantes del cartel del Norte del Valle en la región y estaría relacionado con otro colombiano, Díaz Vélez", indicó Quesada, desde La Paz.
En una conversación que mantuvo con La Nacion, el coronel Fernando Amurrio Ordoñez, a cargo de la delegación de la Felcn, en Santa Cruz de la Sierra, refirmó los dichos de su superior y admitió que la Fiscalía de Sustancias Controladas había iniciado una investigación en las últimas horas, por pedido de las autoridades españolas.
"No me compete a mí hablar de carteles de la droga, aunque sostengo lo que dijo mi jefe, el coronel Quesada", afirmó Amurrio Ordoñez, vestido con chaleco antibalas, con la pistola 9 mm en la sobaquera y custodiado por agentes con ropa de fajina y que no dejaban de mostrar sus fusiles FAL.
Han jurado venganzaSemejante despliegue de medidas de seguridad y armamento no es casual. En Santa Cruz de la Sierra los narcotraficantes han jurado venganza contra la policía y los fiscales que allanaron cinco laboratorios con capacidad para producir 100 kilogramos diarios de clorhidrato de cocaína en los últimos tres meses.
La semana pasada los representantes del Ministerio Público se reunieron con los representantes del Ministerio de Gobierno de la Nación en esta ciudad, para denunciar que tenían la información que indicaba que los narcotraficantes iban a cometer atentados con bombas contra los fiscales que encabezaron las investigaciones de los tres casos grandes en los que se desbarataron fábricas de cocaína.
Uno de esos casos se conoció como Tormenta Blanca. Uno de los detenidos por este hecho fue el mencionado Osorio Torres. También fue apresado el teniente de la Felcn, Julio René Navia, a quien el ministro de Gobierno boliviano, Sacha Llorenti, calificó como "integrante de una familia de delincuentes". Tal afirmación se fundó en el hecho de que el padre del subteniente Navia es un coronel de la Felcn que también fue procesado por su colaboración con bandas de narcotraficantes.
Durante la audiencia que anteayer presenció este enviado en el sexto piso del Palacio de Justicia, se determinó que Navia, que fue a tribunales con una fuerte custodia y vestido con un chaleco antibalas por miedo a que lo asesinen, siga preso junto con Osorio Torres, el supuesto nexo de los Juliá, en el penal de Palmasola. Al subteniente Navia lo acusaron de haber cobrado US$ 1.500.000 para dejar pasar droga por el aeropuerto internacional de Viru Viru.
Otros sospechososA Osorio Torres, un ex defensor del Deportivo Independiente Medellín, de 51 años, y a Díaz Vélez, la policía boliviana agregó los nombres de otros dos sospechosos de integrar el grupo que habría contratado a los Juliá.
Se trata de Guillermo Giraldo y John Jairo. El caso de Giraldo es el más llamativo. En la agenda del teléfono de Gustavo Juliá que la policía española le secuestró en Barcelona, aparecían dos números, uno con característica de La Paz, a nombre de Henry, y otro con característica de Santa Cruz de la Sierra, a nombre de MEM.
Según uno de los investigadores consultados ayer por La Nacion, el número que figura a nombre de MEM correspondería a Memo, tal el sobrenombre de Guillermo, igual que en el caso de Henry. Por tal motivo, la policía boliviana ya comenzó a investigar si ese teléfono corresponde al mencionado sospechoso. Este cronista llamó a esa línea, pero nadie respondió.
LA DROGA EN NÚMEROS15fueron los detenidos durante la operación Tormenta Blanca. Entre ellos hay tres colombianos, uno de los cuales estaría involucrado con el grupo que contrató a los hermanos Juliá.
US$ 2500Es la suma que cuesta el kilogramo de clorhidrato de cocaína de alta calidad, que es elaborada en laboratorios clandestinos instalados por colombianos en ciudades de Bolivia.
? 30.000Es el monto que aproximadamente pagan los traficantes de drogas europeos por cada kilogramo de clorhidrato de cocaína de alta pureza que salió de Bolivia y pasó por la Argentina.
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