miércoles, 24 de agosto de 2011

La Cristina que viene. Por Alfredo Leuco

Ella misma lo dijo. Está “felí” como Riquelme. Se le nota. No dijo gracias totales como Soda Stereo pero dijo gracias infinitas y eternas. Es que Cristina Fernández de Kirchner se ha convertido en la política mas votada de la historia argentina. 


No hablo de porcentajes. Hablo de votos contantes y sonantes. Saco más de diez millones trescientos sesenta mil votos. Una montaña de sufragios que le permitió ganar en todo el país menos en San Luis y con un respaldo que atravesó todas las clases sociales. En González Catán, el corazón de La Matanza, superó los porcentajes obtenidos por Juan Perón. Y también se impuso en La Lucila, el barrio de más alto poder adquisitivo de Vicente López. 

Está a 65 días de lograr otro record: si gana la reelección como todo parece indicar será la responsable de haber llevado al peronismo al gobierno por tercera vez consecutiva, algo que no ocurrió jamás. Doce años de hegemonía del apellido Kirchner, como sello de identidad de un proyecto político. Ni Perón ni Menem consiguieron algo semejante. Por eso estamos viendo una Cristina mas buena que Lassie, que ríe y hace reír con sus bromas, que despliega todo su carisma y que dice que hay que ser mas humilde que nunca y que los votos no son propiedad de nadie. 

Cristina sobreactúa buena onda y se cuida de no decir una sola palabra agresiva porque sabe que eso le puede hacer perder algunos votos de aquí al 23 de octubre y lo que quiere es todo lo contrario, aumentar su capital político. Sumar algunos votos que se van a deshilachar del duhaldismo y meter la mayor cantidad de diputados posibles para conseguir la llave del quórum propio. 

Con una victoria arrasadora piensan convertirse en el imán para atraer legisladores de otros bloques empezando por el peronismo federal. Eso les permitiría, en medio de la euforia y el estado de gracia de los primeros 100 días, forzar una reforma constitucional que permita lo que está prohibido: la rere-elección, otro sueño no cumplido por Carlos Menem. Esta posibilidad ya fue negada en forma contundente por Aníbal Fernández. ¿Qué otra cosa podría hacer? 

Esa idea que implica un fuerte intento hegemónico de búsqueda de la suma del poder público podría espantar a muchos votantes independientes que este domingo eligieron a Cristina. Pero en la intimidad todos apuestan a ese proyecto llamado “Cristina eterna” que anticipó la incontinencia oral de la diputada Diana Conti. 

El proyecto es cristinadependiente. Si ella no es candidata en el 2015 se podría desatar una lucha despiadada por la sucesión. Y entre los principales candidatos no hay un candidato pura sangre kirchnerista. A Cristina le gustaría su ayudante de cocina, Amado Boudou, pero no es fácil que el peronismo lo digiera. Tienen más chances otros peronistas más liberales como Scioli, De la Sota o Urtubey, por ejemplo. Por eso la Cristina que viene es mansa y tranquila, diría Piero. Pero lo importante es tratar de anticipar como será la Cristina del 24 de octubre. 

Eduardo Amadeo expresó los temores de una parte de la sociedad: “No nos dejemos engañar por la Cristina seductora”. Él y muchos opositores creen que ahora está fingiendo prudencia y moderación y que después va a subirse al tanque de su inmenso poder para pasar por encima a todos y a todas. Denuncian que en ese momento va a recuperar su altanería para mandar, su arbitrariedad para disciplinar a punta de látigo y chequera y el intento de hacer realidad ese “nunca menos” que significa ir por todo. 

Profundizar el modelo, ¿será generar mas libertad e igualdad como promete ahora o mas discurso único y mano de hierro? El día después, el 24 de octubre, nacerá otra Cristina, la verdadera. ¿Será más democrática o más autoritaria? Ver para creer, dice la sabiduría popular.




La Cristina que viene


Fuente: Continental

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