Para cambiar, hay que hacerlo desde adentro. Por Graciela Rost

Lo que mas preocupa hoy, prestando atención a lo que llevamos vivido en estos ocho años, es la fragilidad moral de quienes tienen un precio y que estos políticos saben que hay buenos postores, y estos lo advierten y así se bambolean de un sector a otro de la política.

Hoy hay CC K, UCR K, PJ K, ¿cuanto costó esto prevendariamente hablando o moralmente hablando?

Hace un tiempo escuchaba a Santiago Kovadloff hablar de la "crisis de investidura", y esto, a esta escala es casi imposible de controlar y/o prever. En este momento ya, hay movimientos hacia el poder que maneja la caja de muchos seudo-opositores.

Entonces nosotros, los ciudadanos de a pié... escuchamos un mensaje hoy que nos invita a seguir a candidatos, y esos candidatos una vez elegidos, cambian sus promesas por dolares...

Todo lo que le pido al partido en el que milito es que tenga un accionar ejemplificador con quienes se enriquecieron sin comprobar las fuentes del dinero, que eliminen y castiguen a quienes cobran sobresueldos, a que YO PUEDA DECIR QUE EN MI PARTIDO NO HAY MAS CORRUPCIÓN!!!... como promesa que haremos lo mismo a nivel nacional... así me creerán. Porque este gobierno es corrupto, no tengo dudas, pero la gente no encuentra NO CORRUPTOS
...y menos aún que le den soluciones a los problemas de seguridad, nadie ofrece la implementación de cámaras en las calles del país para prevenir el delito, por ejemplo,
...y nadie dice que se medirá el corrupto con la misma vara sea del partido que sea,
...y nadie dice que buscará la forma que cualquier crisis internacional afecte lo menos posible al ama de casa y al de menos recursos, nadie habla de cómo generará fuentes de ingreso.
... y nadie habla de como convertir la materia prima en un producto final elaborado dentro del país, para ganar mas, para generar mas empleo, para fortalecer la industria.

Hoy miro a todos los partidos como si fueran iguales... mientras se comporten de la misma manera que reprochamos al gobierno, nada nos asegura un cambio.

Graciela Rost
Río Negro