Con la caja, no. Eso parece estar diciéndole la presidenta a Hugo Moyano. Con la caja de las obras sociales, no. La pelea por esa caja de casi 30 mil millones de pesos anuales que sostiene al sindicalismo puede ser de vida o muerte. Y no estoy exagerando. Estamos hablando de cifras astronómicas que muchos dirigentes utilizan como propias para bancar el aparato que los convierte en temibles y poderosos. Hay otros que meten la mano en esa lata gigantesca y pasan a enriquecerse ilícitamente.
Es un agujero negro que explica de donde salen los fondos para cooptar delegados, para generar movilizaciones multitudinarias, para hacer propaganda y para apadrinar a quienes aspiran a ser legisladores, intendentes, gobernadores o presidentes.
Esa caja, ese aparato sindical es como un dios pagano ante el que todos se inclinan. Hoy, el periodista Ismael Bermúdez anticipó que en el gobierno de Cristina Fernández hay un proyecto para quitarle a los gremios el manejo de los fondos de las obras sociales. Hay que ver si Cristina se anima. Se sospecha que espera los primeros 100 días de su futuro gobierno donde la luna de miel con la sociedad le va a permitir llevar adelante sus jugadas más audaces. Hay que ver cual será la actitud de Hugo Moyano y el resto de la CGT frente a esta decisión. No hay dudas de que presentarán batalla y que van a combatir con todo lo que tengan a mano. Sobre todo porque en este tema, el de la platita, la platita, todos coinciden. Aquí no hay diferencias entre los gremialistas. Todos empujan para el mismo lado porque saben que si les sacan ese dinero su poder se debilita notablemente.
Tal vez ese sea el camino para democratizar los gremios que parecen monarquías hereditarias donde se atornillan al sillón del poder durante años. La mayoría de los capos de los grandes gremios están hace más de 20 años en la conducción. Solo son superados por algún intendente y por Julio Grondona. Y en muchos casos ganan elecciones amañadas o con listas únicas, y, además viven como reyes y no como trabajadores. Los muchachos de la CGT dicen que el objetivo de quitarles los fondos de las obras sociales no es luchar contra la corrupción. Dicen que es para que Cristina maneje otra caja millonaria y se cubra de algunas turbulencias financieras y para que la presidenta concentre más poder todavía.
En la central obrera se cuenta que una vez, el propio Moyano le dijo en la cara a la presidenta que los negocios que ellos hacían eran los mismos que hacía Néstor. Nadie puede confirmar semejante choque de locomotoras. Tal vez es una leyenda que hacen correr los amigos de Moyano para mostrarlo mas guapo y valiente. Pero está claro que para cortar los negociados y las estafas en los sindicatos también hay que cortar las que existen en el gobierno nacional. Algunos voceros del gobierno juran que es así. Que se viene el operativo tolerancia cero para la corrupción. Que Cristina resolvió llevar transparencia a la vida nacional y está dispuesta a cortar cabezas corruptas aunque pertenezcan a su gabinete o a su círculo íntimo. Otros dicen que es solo jueguito para la tribuna. Que es muy peligroso prender un ventilador que podría transformarse en un búmeran.
A fin de año veremos cuanto de todo esto es cierto. Por principio estoy a favor de toda medida que fomente la honradez y la honestidad en los funcionarios que manejan los dineros de todos los argentinos. Repito: de todos los funcionarios que utilizan nuestro dinero. Tal vez ahora haya que leer todas las medidas de un lado y del otro como posicionamientos para esta pelea.
¿Será este el motivo por el que Cristina borró de un plumazo de las listas de candidatos a dirigentes moyanistas? ¿Son estas las razones que llevan a los gordos y burócratas como Oscar Lescano a hacer declaraciones destituyentes contra Moyano? ¿Qué va a pasar con el salario mínimo que la CGT quiere poner en 2.600 pesos? Los moyanistas y sus aliados tienen un as de espada guardado en la manga. Impulsar con fuerza en el Congreso la ley que apunta a repartir las ganancias empresarias entre los trabajadores. Esta semana Julio Piumatto insistió en recordar que ese es un derecho que está en la Constitución Nacional.
¿Será sólo para presionar o están dispuestos a ir a fondo? ¿Qué dirán los empresarios? ¿Y los sindicalistas más alineados con el gobierno? Esto recién empieza. Habrá más informaciones para este boletín. Vamos a ver que pasa después del 23 de octubre. Pero sin dudas, hay que alquilar balcones. Esta es la madre de todas las batallas.
fuente: CONTINENTAL
Con la caja no, Moyano
Es un agujero negro que explica de donde salen los fondos para cooptar delegados, para generar movilizaciones multitudinarias, para hacer propaganda y para apadrinar a quienes aspiran a ser legisladores, intendentes, gobernadores o presidentes.
Esa caja, ese aparato sindical es como un dios pagano ante el que todos se inclinan. Hoy, el periodista Ismael Bermúdez anticipó que en el gobierno de Cristina Fernández hay un proyecto para quitarle a los gremios el manejo de los fondos de las obras sociales. Hay que ver si Cristina se anima. Se sospecha que espera los primeros 100 días de su futuro gobierno donde la luna de miel con la sociedad le va a permitir llevar adelante sus jugadas más audaces. Hay que ver cual será la actitud de Hugo Moyano y el resto de la CGT frente a esta decisión. No hay dudas de que presentarán batalla y que van a combatir con todo lo que tengan a mano. Sobre todo porque en este tema, el de la platita, la platita, todos coinciden. Aquí no hay diferencias entre los gremialistas. Todos empujan para el mismo lado porque saben que si les sacan ese dinero su poder se debilita notablemente.
Tal vez ese sea el camino para democratizar los gremios que parecen monarquías hereditarias donde se atornillan al sillón del poder durante años. La mayoría de los capos de los grandes gremios están hace más de 20 años en la conducción. Solo son superados por algún intendente y por Julio Grondona. Y en muchos casos ganan elecciones amañadas o con listas únicas, y, además viven como reyes y no como trabajadores. Los muchachos de la CGT dicen que el objetivo de quitarles los fondos de las obras sociales no es luchar contra la corrupción. Dicen que es para que Cristina maneje otra caja millonaria y se cubra de algunas turbulencias financieras y para que la presidenta concentre más poder todavía.
En la central obrera se cuenta que una vez, el propio Moyano le dijo en la cara a la presidenta que los negocios que ellos hacían eran los mismos que hacía Néstor. Nadie puede confirmar semejante choque de locomotoras. Tal vez es una leyenda que hacen correr los amigos de Moyano para mostrarlo mas guapo y valiente. Pero está claro que para cortar los negociados y las estafas en los sindicatos también hay que cortar las que existen en el gobierno nacional. Algunos voceros del gobierno juran que es así. Que se viene el operativo tolerancia cero para la corrupción. Que Cristina resolvió llevar transparencia a la vida nacional y está dispuesta a cortar cabezas corruptas aunque pertenezcan a su gabinete o a su círculo íntimo. Otros dicen que es solo jueguito para la tribuna. Que es muy peligroso prender un ventilador que podría transformarse en un búmeran.
A fin de año veremos cuanto de todo esto es cierto. Por principio estoy a favor de toda medida que fomente la honradez y la honestidad en los funcionarios que manejan los dineros de todos los argentinos. Repito: de todos los funcionarios que utilizan nuestro dinero. Tal vez ahora haya que leer todas las medidas de un lado y del otro como posicionamientos para esta pelea.
¿Será este el motivo por el que Cristina borró de un plumazo de las listas de candidatos a dirigentes moyanistas? ¿Son estas las razones que llevan a los gordos y burócratas como Oscar Lescano a hacer declaraciones destituyentes contra Moyano? ¿Qué va a pasar con el salario mínimo que la CGT quiere poner en 2.600 pesos? Los moyanistas y sus aliados tienen un as de espada guardado en la manga. Impulsar con fuerza en el Congreso la ley que apunta a repartir las ganancias empresarias entre los trabajadores. Esta semana Julio Piumatto insistió en recordar que ese es un derecho que está en la Constitución Nacional.
¿Será sólo para presionar o están dispuestos a ir a fondo? ¿Qué dirán los empresarios? ¿Y los sindicalistas más alineados con el gobierno? Esto recién empieza. Habrá más informaciones para este boletín. Vamos a ver que pasa después del 23 de octubre. Pero sin dudas, hay que alquilar balcones. Esta es la madre de todas las batallas.
fuente: CONTINENTAL
Con la caja no, Moyano
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