sábado, 16 de marzo de 2013

Armas sin control en el reino de La Cámpora. Por Jorge Lanata


Esta historia empezó cuando un senador radical, Gerardo Morales, denunció que Tupac Amaru, la organización de Milagros Sala, tenía quinientas armas registradas a su nombre. El Registro Nacional de Armas (RENAR) lo desmintió. Las denuncias de “custodias” de la Tupac hostigando a disidentes con armas de fuego son un secreto a voces en Jujuy.
“El RENAR les da tenencia de armas de fuegocomo si fueran alfajores ”, dijo esta semana en Radio Mitre Raúl Castells, al mismo tiempo que anunció su decisión de andar armado él también.
Un ex titular de la SIDE, ante la reticencia del RENAR para renovar su permiso de portación de armas, tuvo que recurrir a la “inside information”: “Si no me lo renuevan voy a hacer público que dieron cerca de dos mil permisos irregulares ”. El RENAR cedió.
En el juzgado de María Romilda “Chuchi” Servini de Cubría se presentó una denuncia penal advirtiendo que al menos quinientos “jefes y jefas de hogar” que figuran en el padrón de beneficiarios del Ministerio de Trabajo han recibido credenciales de tenencia y portación de armas de guerra por parte del RENAR.
El 5 de marzo la diputada nacional por la provincia de Buenos Aires Margarita Stolbizer hizo un pedido de informes a la Subsecretaría para la Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia, que depende de Abal Medina, para averiguar sobre la desaparición “de un lote de aproximadamente doscientas armas” que fuera entregado al RENAR.
La imagen es ésta: un tipo con un fósforo en la mano. ¿Lo prenderá? ¿Esperará el momento? Si bien es cierto que la violencia política setentista mutó en simbólica (ahora “los soldados de Cristina” pelean contra el periodismo y los jueces) también es verdad que puede volver a cambiar en sentido contrario.
El tipo está ahí, y tiene un fósforo a punto de rozarse contra la caja: hay violencia social creciente debida al efecto del ajuste sobre los salarios;hay una reivindicación completamente acrítica de la “juventud maravillosa” de los setenta; hay una sociedad cada vez más fragmentada y una división estimulada desde el poder entre quienes se quedaron con el copyright de la Patria y los “traidores”.
Ya se sabe cómo el tipo llega a prender el fósforo.
Con la elegante salida de Aníbal Fernández del gobierno y su llegada al Senado, el entonces titular del RENAR, su ahijado Andrés Meisznertuvo que presentar la renuncia. Era el momento para irse: dos semanas antes La Nación había revelado una contratación irregular del RENAR por 15 millones de dólares que fue luego cancelada por el Ministerio de Justicia. El pac-man de La Cámpora avanzó entonces sobre el Registro: se instaló allí Matías Molle, ex gerente de Procesos de la ANSeS. Molle maneja desde entonces una “caja” sin controles externos con un superávit de unos 20 millones al año. En paralelo, otra “caja” similar, la del Registro Automotor, también cayó bajo la órbita camporista.
Por cada arma legal registrada, existe en Argentina una más que circula ilegal: se calculan dos millones y medio de armas en todo el país. En la frontera con Brasil se han detectado más de ciento cuarenta puntos de paso ilegal de armas.
Adrián Marcenac, padre de Francisco, asesinado en 2006 en la avenida Cabildo por un francotirador y miembro de la Red Argentina para el Desarme, relativizó ante Clarín los resultados del Plan lanzado por el gobierno en 2007: “Hasta mediados de 2011, mientras nosotros participamos y acompañamos todo el proceso, incluido el de auditoría interna, todas las armas que se recepcionaron fueron destruidas. A partir de allí yo no pongo las manos en el fuego por nadie”. Según consta en la página web del RENAR, las armas sobre las cuales no habría habido controles efectivos fueron 34.772.
“Lo del RENAR es otra herramienta más del Estado al servicio de estos grupos”, le dijo a este diario Daniel Menéndez, de Barrios de Pie. “Los punteros de La Cámpora y la Kolina son una extensión del Estado, todas las políticas sociales se dan a cambio de militancia”.
Menéndez agrega más: “El año pasado veníamos de un conflicto por denunciar hechos de clientelismo en torno al plan Argentina Trabaja y producto de esas denuncias sufrimos un robo de alimentos en nuestro galpón de Villa Aurora en Florencio Varela: siete personas armadas llegaron en un auto y una camioneta y se llevaron la mercadería más cara que quedaba. Se llevaron al sereno, lo dejaron desnudo y después de un simulacro de fusilamiento le dijeron que nos dejáramos de joder al gobierno. Durante el asalto uno de ellos preguntó: “¿Dónde está la leche en polvo?” Y otro de los asaltantes le respondió: “No hay,si a estos ya les cortaron los víveres de Nación ”.
“Un militante de la Martín Fierro me contó que la única tarea que hacíanera llevarlos a practicar tiro ”, relató a Clarín Raúl Castells. “Ellos mismos, los de las agrupaciones oficialistas, nos ofertaron vendernos escopetas que en el mercado oficial valían 6 mil pesos y ellos nos las dejaban en dos mil”.
“Hace poco explotó una panadería en Florencio Varela: había sido habilitada por Carlos Kunkel cuando era funcionario de la Municipalidad pero nunca funcionó como panadería. Ahí había un arsenal”, sigue Castells, quien denunció que hace meses unos veinte hombres en seis automóviles llegaron al comedor de Marcela Domínguez en el barrio Luján de Villa Constitución para ordenarle que deje al partido de Castells y se pase a La Cámpora, a lo que se negó. A las pocas semanas un auto pasó frente al comedor y dispararon once tiros.
“La Cámpora ha hecho entrega de armas en distintas villas”, dijo a este diario una fuente de la Gendarmería que pidió permanecer en el anonimato. “Tienen centros en por lo menos cuatro: en Ciudad Oculta, en la 31 y en dos más en la Provincia. Estos grupos armados eran el temor nuestro durante el reclamo gremial del año pasado, recibíamos amenazas que nos iban a sacar los de La Cámpora. Por eso decidimos no ir a manifestarnos frente a la Rosada y nos quedamos en el Edificio Centinela”.
“Las armas que entrega el RENAR son a pedido de algunas organizaciones, como es el caso de la gente de Milagros Sala ”, afirma Toty Flores. “La Tupac ya tiene penetración en el conurbano, con un grupo armado en La Matanza, en El Porvenir y en la Villa Santos Vega”. “Trabajan en los barrios -sigue Toty- con gente de la Kolina y el Movimiento Evita. Tienen a los pibes organizados y hacen intercambio de favores: los pibes hacen “trabajos” a cambio de drogas o a cambio de garantías de impunidad para sus negocios. Es un clientelismo marginal con un entramado muy complejo. En 2006 -recuerda Flores- estando en Jujuy con Milagros Sala, vi que tenían gente armada. Cuando le pregunté por qué me dijo que estaban armados porque se enfrentan a bandas del narcotráfico”.
El tipo sigue con el fósforo en la mano. ¿Lo prenderá?
Investigación: JL/ María Eugenia Duffard/Amelia Cole
fuente: Clarín

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