lunes, 4 de marzo de 2013

Cristóbal López, símbolo de la promiscuidad entre negocios y política. Por Carlos Pagni


En puntas de pie, sin vigilias militantes, sin avisos en Fútbol para Todos, sin la estridencia frustrada del 7-D, llegó el 4-M. En la reunión de directorio citada para hoy, la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) deberá resolver si el empresario kirchnerista Cristóbal López cumple o no con la ley de medios.
El 26 de abril del año pasado López anunció que su Grupo Indalo le había comprado a Daniel Hadad la señal de TV C5N, Radio 10 y las FM Vale, Mega, Pop y TKM. La operación violó el artículo 41 de la nueva norma, según el cual "las autorizaciones y licencias de servicios de comunicación audiovisual son intransferibles".
La cláusula prevé algunas excepciones, con condiciones muy restrictivas que no se dan en la transferencia de Hadad a López. Al final, el artículo establece: "La realización de transferencias sin la correspondiente y previa aprobación será sancionada con la caducidad de pleno derecho de la licencia adjudicada y será nula de nulidad absoluta".
Para Martín Sabbatella, este 4-M plantea una incómoda encrucijada. En el álbum de fotos personales en que se ha convertido la página web de la Afsca hay una con la leyenda "A Clarín le molesta que se cumpla la ley". ¿Habrá otra que diga que a López también? Sabbatella tiene hoy la oportunidad de desmentir a quienes sostienen que el Gobierno usa el pretexto de garantizar la pluralidad de voces para, en realidad, acorralar a una compañía. Un capítulo de esa maniobra fue poner un grupo de medios en manos de López, un empresario que se ha convertido en el emblema de la promiscuidad entre negocios y política bajo el imperio de los Kirchner. ¿Será Sabbatella el hombre llamado a arruinar la jugada haciendo cumplir "la ley de la democracia"?
A López lo aguarda una semana memorable. Comienza con el tratamiento legal de su empresa de medios y podría terminar con novedades sobre su expansión en el sector energético.
El próximo jueves, la Presidenta recibirá en El Calafate a Dilma Rousseff, a quien agasajará hasta el sábado. Las conversaciones entre las dos presidentas incluirán una definición sobre la compra del 51% de Petrobras Participaciones, la sociedad controlante de Petrobras Argentina, por parte de un grupo local. Petrobras Participaciones pertenece a Petrobras Brasil, una sociedad cuya mayoría es propiedad del Estado. De modo que quien decide a quién se le vende es Dilma.
¿Cuál es el candidato con más chances, tal vez el único? López y su firma Oil M&S, la petrolera de Indalo. Si la adquisición se concretara, el empresario pasaría a controlar la tercera productora de hidrocarburos del país, además de varias generadoras eléctricas.
La captura de Petrobras por parte de López plantea varios interrogantes. Uno es el precio del acuerdo, que los expertos calculan en más de 400 millones de dólares. ¿Cómo hará Oil M&S para financiar esa suma? A pesar de los rumores que circulan en el mercado, hay que descartar la ayuda de la Anses: la señora de Kirchner ya advirtió ante la Asamblea Legislativa que no utiliza los fondos previsionales "para prestárselos a empresarios amigos". Tampoco está claro cómo hará López para conseguir los dólares que debe girar a Petrobras. Ya se le había presentado ese problema cuando compró los medios de Hadad, por una suma muchísimo más chica. ¿Hará el Banco Central una excepción y le venderá las divisas? Otra incógnita es cómo hará López para conseguir que Sabbatella lo perdone por manejar medios y empresas de servicios públicos, simultaneidad prohibida por la ley.
La nueva expansión de López demuestra que Cristina Kirchner está aprovechando la enorme concentración de poder político alcanzada en las elecciones de 2011, para generar a su lado una concentración de poder económico de escala similar. Que López sea el principal beneficiario de esa construcción no debe sorprender. La fortuna de este vecino de Rada Tilly tuvo un incremento llamativo a partir del 5 de diciembre de 2007, cuando Néstor Kirchner prorrogó hasta el año 2032, con la firma de su hermana Alicia y de Alberto Fernández, la concesión de las innumerables tragamonedas del hipódromo de Palermo, que vencía en 2017.
López está tan interesado como la Presidenta en el triunfo electoral del Gobierno. Para facilitar ese objetivo estuvo negociando la desvinculación de Marcelo Tinelli de Canal 13 (Grupo Clarín) y su incorporación a Telefé (Telefónica). Sobre esta transacción circulan mil versiones. La más confiable afirma que López se aproximó a Tinelli para transmitirle una inquietud de la Casa Rosada: "La Presidenta espera que este año no te metas en política, que permanezcas neutral". Entre el zar del juego y el showman hay varios vínculos, entre ellos la participación de Emiliano López, hijo del empresario, en la conducción de San Lorenzo de Almagro, que tiene a Tinelli como vicepresidente.
En el relato de esas conversaciones aparecen varios matices. Tinelli le habría dicho a López: "Yo vivo del rating y tengo una empresa, Ideas del Sur, de la que dependen 700 personas a las que hay que pagar el sueldo". También se habría quejado de la indiferencia de Lucio Pagliaro, el titular de Canal 13, frente a los contratiempos que le plantea esa productora. López se ofreció a comprar Ideas del Sur, en una negociación que quedó empantanada por diferencias sobre el precio. En esa instancia apareció la versión del año sabático de Tinelli, una opción muy enigmática para alguien que "vive del rating".
Un allegado a Olivos explicó: "Por la cifra que pidió Tinelli es preferible comprar Telefé". El comentario no es para nada inocente. Desde hace años el kirchnerismo pretende quedarse con ese canal abierto a través de López. El fracaso que presenta la embestida contra Clarín durante el año electoral hizo que ese deseo reaparezca con más fuerza. Es una de las presiones que reciben del Gobierno las autoridades de Telefónica.
¿Hay una negociación en curso para que López sume a su empresa de medios ese canal? Un funcionario que es testigo de estas discusiones asegura: "A todos nos gustaría. Todos los días hay una nueva versión. Pero César Alierta (presidente de Telefónica) se ha cansado de repetir que Telefé no se vende".
Una novedad fortaleció en las últimas horas la hipótesis de que esa intransigencia habría cedido: el sábado de la semana pasada Cristina Kirchner recibió en Olivos al vicepresidente de Telefónica, Isidro Fainé. Sin embargo en esa entrevista no se habría hablado de telecomunicaciones, sino de petróleo. Fainé, acaso el empresario más poderoso de España y uno de los más allegados a Mariano Rajoy, preside el Grupo La Caixa, que además de segundo accionista de Telefónica es el primer accionista de Repsol. De allí que Fainé ejerza también la vicepresidencia de esa petrolera. Un colaborador de la Presidenta que conoce los detalles del encuentro aclara: "Olvídese. Fainé no tiene idea de la situación de Telefé ni sabe quién es Tinelli. Ésos son asuntos de Alierta y de Luis Blasco", el presidente de Telefónica Argentina. ¿Fainé tampoco se habrá enterado del interés de la señora de Kirchner para que Telefónica contribuya a la asfixia de la prensa retirando su publicidad de medios independientes?
Lo que está fuera de duda es que Fainé se sentó a la mesa presidencial de Kirchner para explorar un acuerdo por la expropiación de las acciones de Repsol en YPF. El principal impulsor de la reunión fue Miguel Galuccio, cuya gestión al frente de la empresa estatizada podría naufragar si no se cerrara ese litigio. Ningún inversor serio pondría una moneda en una compañía cuyo dueño denunció en la justicia de los Estados Unidos que fue víctima de un robo.
Fainé tiene dos motivos para negociar con el kirchnerismo. Uno es satisfacer a Rajoy, quien desea ordenar la relación con la Argentina. El otro es castigar a Antonio Brufau, presidente de Repsol y subordinado suyo en La Caixa. La legendaria enemistad entre Fainé y Brufau se volvió más acérrima con el extraordinario fracaso de la alianza con los Eskenazi, costosísima estrategia para satisfacer a los Kirchner.
Como publicó LA NACION en agosto pasado, Cristina Kirchner ha exigido la cabeza de Brufau para que prosperen sus conversaciones con Fainé. Es la razón por la cual el jueves pasado, en una presentación ante analistas de mercado, Brufau rechazó cualquier entendimiento por YPF y ratificó su embestida judicial, que se libra ante Thomas Griesa.
A diferencia de López, Galuccio atraviesa tiempos nefastos. Un día antes de las declaraciones de Brufau, Taos Turner publicó en The Wall Street Journal la demanda del estado de New Jersey contra YPF por 3000 millones de dólares. Se debe a la contaminación del río Passac, provocada en los 60 por Maxus, firma que YPF compró en 1995. Noticias inoportunas para la compañía estatizada.
Esta semana se conocerán los primeros balances de la empresa durante la gestión Galuccio. La saga de la soberanía hidrocarburífera mostrará, por primera vez, sus números.

FUENTE: CLARIN

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