domingo, 27 de mayo de 2012

Terminemos con los vices de una buena vez. Por Alejandro Borensztein

Terminemos con los vices de una buena vez


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27/05/12
¿Para qué corno sirve un vice? En los países que se toman en serio el estado de derecho, la Constitución y todas esas pavadas, puede ser que sirva para algo.
Acá no.
En realidad, acá un vice ha sido siempre un potencial conspirador. ¿Cuál es el deseo íntimo de un tipo que es elegido, por ejemplo, vicepresidente? Respuesta: que se le caiga un piano en la cabeza al presidente . El famoso síndrome del arquero suplente.
No es el caso del actual vicepresidente porque el Compañero Trovador Nac & Pop, sin la Presidenta, sería inmediatamente devorado por una jauría de peronistas a quienes ya se les está haciendo agua la boca. Pero en general, un vicepresidente o un vicegobernador es un tipo que no aporta nada, trae problemas y anda por ahí pavoneándose por los votos que sacó, como si los votos hubieran sido para él cuando, en realidad, fueron para quien encabezó la fórmula de la que el vicepersonaje vino milagrosamente colgado . En el fondo, no suma nada. La Jefa, con o sin Boudou, hubiera sacado los mismos votos.
A esta teoría también adhería, en su momento, el flamante compañero de la causa Nac & Pop, Carlos Menem, quien a los dos años de asumirse sacó de encima a su vice, Duhalde, mandándolo en 1991 de gobernador a la provincia de Buenos Aires . Luego, con De La Rúa se reafirma esta idea: Chacho Alvarez se fue a su casa al descubrir que la promesa de cambiar la corruptela menemista por transparencia y calidad institucional era sólo una jodita para Videomatch .
Duhalde gobernó sin vice y mal no le fue. En 2003, el Compañero Jefe, por sugerencia de Duhalde, llevó en la fórmula a Scioli porque el Compañero Lancha era mucho más popular que él , pero una vez que ganó lo puso en un taper y lo mandó al freezer hasta que en 2007 lo fue a buscar y lo metió de urgencia en el microondas para asegurarse la gobernación de la Provincia. Después le dio un golpecito de horno para recalentarlo como candidato testimonial en el 2009 y ahora lo quieren triturar (se sabe que no se puede volver a freezar algo que ya se descongeló) y para eso lo pusieron a Mariotto de multiprocesadora o, mejor dicho, de viceprocesadora . Difícil que elCompañero Moulinex tenga éxito en esta tarea. Si el gobierno no se lleva puesta la Constitución para permitir la reelección indefinida, el camino de Scioli a la Rosada tiene hoy pocos escollos . Sólo los baches que le pueda dejar Macri, o un milagro del verdadero progresismo, o una hecatombe económica que provoque Guillermo el Rebueno y arrase con todo el kirchnerismo, Scioli incluido.
Tampoco funcionó Cobos. Aclaración: el hecho de que cuando Cobos desafiaba a la Jefa le decían traidor, y ahora que Mariotto desafía a Scioli dicen que es un soldado de la causa nacional y popular, demuestra que la ética, los principios y los valores democráticos son cosas que en la Argentina no le importan un carajo a nadie y se acomodan a piacere.
Con Boudou, la cosa venía bastante bien hasta que Vanderfrula se hizo famoso. De hecho, Mi Reina había dicho que “por suerte ahora tenía un vice como la gente” , sin imaginar que semanas después extrañaría desesperadamente a Cobos.
Ante todo esto, es obvio que hay que eliminar el cargo urgentemente porque, tarde o temprano, los vices te emputecen la vida . Y cuanto más encumbrado está, más difícil es rajarlo. Una cosa es el vicepresidente de Independiente que esta semana lo corrieron con una simple patotita de barrabravas cariñosos que amenazaron con pegarle a las hijas, incendiarle la abuela y hervirle el gato , y otra cosa es el vicepresidente de la República que no se quiere mover, no importa cuántas truchadas le descubran (y eso que le descubren una por día).
O sea que Boudou y Mariotto se han transformado en un problema para sus respectivos cabezas de fórmula, aunque hay que reconocer que son dos casos diferentes. Boudou es el típico cheronca, mitad “me copio en el colegio”, mitad “me traigo dos plasmas de Miami y le doy un cien al de la aduana ”. Un clásico personaje que bien pudieron interpretar Discepolín, Osvaldo Miranda, Santiago Bal, Jorge Martínez, Carlín Calvo, Fabian Gianola o Nico Vázquez, dependiendo de la época. Fácil de imaginar. Plano del tipo entrando al café del barrio: “¡¡Muchachos, me nombraron ministro, nos salvamos!!” Boudou es el Isidoro Cañones del kirchnerismo .
En cambio Mariotto es otra cosa. El tipo habla de lucha, de armas, de combate, de enemigo, de batalla, de resistencia , se presenta como el dueño del campo nacional y popular (¿lo habrá alambrado?) y declara que sólo responde a la Presidenta. Un personaje pintoresco al que habría que avisarle que los funcionarios electos deben responder a sus votantes, que ya no estamos en los 70 y que ahora, por suerte, se puso de moda la democracia.
Mariotto es un político en blanco y negro, como aquel personaje de Francella. Atrasa 40 años.
Esto es lo que la Jefa mandó a la Provincia para serrucharle el piso a un tipo popular y civilizado como Scioli, quien a su vez es el resultado de un milagro único . ¿Quiénes fueron los hacedores del milagro Scioli? Dos ex menemistas: Menem y … ¡¡El! Para la Jefa, Scioli es un bien ganancial y ambos son dos gobernantes con dos viceproblemas a cuestas.
Ni Ciccone, ni Vanderfrula, ni los departamentos en Puerto Madero, ni los amigos que se hicieron ricos en una semana, ni los pasajes, ni nada de esto tendría la menor importancia si no fuera que Boudou es, justamente, el vicepresidente . En cambio, si fuera paseador de perros nadie diría nada. Sería un humilde paseador de perros más de los que viven en una torre de Puerto de Madero de 4.000 dólares el metro. El problema es el cargo. Si no hubiese vices, acá no hubiera pasado nada. Además, la eliminación de los vices no afectaría el funcionamiento de ninguna cosa. Si es por dirigir al Senado, con Caruso Lombardi alcanza y sobra . Por eso, esta es la oportunidad para terminar con el puesto de una buena vez y para siempre.
Pero si no lo quieren eliminar porque de golpe y porrazo les dio un ataque de amor institucional, de respeto al estado de derecho, de apego a la Constitución y todas esas excentricidades foráneas , por lo menos exijamos que busquen vices que sirvan, que se callen la boca y que no le rompan las pelotas ni a los gobernadores, ni a los presidentes. Ni a las Reinas.
Fuente: Clarín

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