La noche oscura del Derecho del Trabajo
Recordemos la erosión y el desconocimiento del Derecho del Trabajo que se ha producido de diversas maneras, en diferentes oportunidades, pero en forma permanente y continuada, y los enfoques efectuados ante una realidad en que el trabajador es el que sufre una grave lesión en su dignidad. Dos opiniones claras se refieren a esta situación, la primera brindada para ser exacto en el 2005 ó 2006, la segunda en la década del 60, que nos ayuden a tener una idea para conocer las causas de la crisis y ver el camino de soluciones difíciles pero que debemos recorrer. Bronstein, explica “Como cualquier rama del Derecho y quizás más que otras, el Derecho del Trabajo es un reflejo de un entorno jurídico, pero también social, económico, político, cultural e ideológico.-
Cualquier cambio en las variables que conforman ese entorno deberán por lo tanto también determinar un cambio en el Derecho del Trabajo”; y F. Barret afirma: “ El problema de la desocupación tecnológica sólo podrá ser resuelto por un cambio en la estructura económica, por una nueva organización política y social,
Esta reforma económica deberá afectar principalmente al sistema de distribución de bienes que actualmente se realiza de acuerdo con el poder adquisitivo de los individuos y no con sus necesidades. Para conservar el precio de venta de sus productos y obtener beneficios los productores se ven obligados a restringir la producción y a veces a destruir parte de sus productos, en tanto que muchas necesidades quedan insatisfechas.
La nueva organización social económica deberá, entonces, proporcionar trabajo a los individuos, para satisfacer las necesidades y no la obtención de beneficio. La noción de beneficio deberá ceder paso a la del interés colectivo. De esta forma el trabajador habrá conseguido su emancipación. Habrá reencontrado su función natural, que es, en realidad, satisfacer las necesidades racionales y legítimas de la colectividad”.-
Entre 1960 y 1980 el Derecho del Trabajo alcanza un esplendor que luego cae en un proceso que mella sus instituciones, deteriora la seguridad, en las relaciones laborales, gana terreno la transitoriedad e inestabilidad, la informalidad progresa a pasos agigantados, planteándose la discusión , si debe haber un mercado laboral informal para el cual se legisle específicamente, conformando dos cuerpos normativos laboral, el auténtico , el puro, el preservado del embate destructor y el otro que legitimaba jurídicamente el deterioro, lo que determinó que popularmente se lo descalificara con la frase “desde hoy, hay trabajadores de primera y de segunda “ que se colocaba en la lápida sobre la tumba del Derecho del Trabajo, que en dibujos caricaturescos, los sindicatos europeos ridiculizaban en su lucha contra el avance del neoliberalismo.-
Muchos son los factores que inciden en este fenómeno, uno es la descentralización de las empresas en su proceso productivo, que en sus variadas modalidades, trae una desestabilización de la protección del trabajador no solo desde el ámbito jurídico laboral, sino aun civilmente.-
Los estudiosos sostienen que hasta la fecha no se ha encontrado, una adaptación del Derecho, y menos lo que es importante y necesario, una repuesta coherente. Se nota siempre el gran error – expresan- que a los cambios de la ley, se los enfrenta con los triunfos del ayer, sin tener el cuidado de producir adaptaciones, que sin perturbar el cambio tecnológico y las nuevas metodologías de producción, se mantenga el carácter protector del Derecho del Trabajo, por ello la O. I. T. (Organización Internacional del Trabajo) formula lo que ha denominado “trabajo decente.-”.
Este relato pareciera que es un reflotar de algo que pasó y que vivimos tiempos distintos en nuestro país y en el mundo. Las crisis, unas superadas, otras atemperadas, la última con efectos importantísimo en el mundo, y en nuestro país como en el resto de América del Sur enfrentada sin que nos produjera daños mayores o significativos, nos muestran panoramas distintos pero con los mismo problemas estructurales, que son los que se deben enfrentar seriamente desde el gobierno- sea cual fuere el que lo ejerza- para resolverlos.
Nadie ignora que ha habido mejoras en la economía, que todos los economistas hablan de un crecimiento importante, que la exportación de materias primas agropecuarias, por ejemplo la soja, es sostén de una situación económica positiva. Pero hay una situación clave además del mundo de la pobreza y la marginación que sigue existiendo y en una amplitud importantísima, como el desempleo, que estadísticamente quiere desfigurarse computando ocupación con empleo, existiendo un mercado laboral informal (trabajo en negro) amplísimo, que las autoridades de turno, dejan crecer, teniendo un política de indiferencia al problema. A esto hay que aclararlo, mientras se mantiene el trabajo en blanco, se libran las sordas batallas del sindicalismo para ejercer poder frente al gobierno, se logran las remuneraciones en porcentuales que tratan de equilibrar una inflación no reconocida oficialmente pero sufrida realmente, los trabajadores en negro están abandonados a la buena de Dios, con salarios bajísimos, condiciones de trabajo malísimas, sin obra social, aportes de previsión social, con jornadas de trabajo altísimas y al margen de toda norma jurídica, llegándose al colmo que nos encontramos con el trabajo esclavo existente en el país.
Esto es verdad, y lo que queremos es trabajar pidiéndoles a todos que nos miremos las caras, nos demos la mano y trabajemos para que esto se estirpe para siempre de nuestro suelo. Según Daniel Pomerantz, Director de la Asociación Israelita Argentina (A. M. I .A.) refiriéndose a la realidad que surge de la información recogida por el Servicio de Empleo que esa institución ofrece a toda la sociedad y que desde 2002 hasta 2010 logró que 11.538 personas se insertaran en el mercado de trabajo, en declaraciones efectuadas a La Nación publicadas el 10 de julio de este año, expresa: “ El tema más acuciante del mercado laboral es hacerlo cada vez más normado, que los empleados estén registrados y puedan acceder a beneficios como jubilación, obra social y cobertura de salario cuando se está enfermo. Diversos informes señalan que la mitad del mercado laboral es de puestos marginales y autoempleo con baja calidad y remuneración. El tema va por ese lado”.-
Esta realidad va del brazo con una brecha amplia entre pobres y pudientes y la distribución de la riqueza injusta y no equitativa, que son materia pendiente en la sociedad argentina. Esto ocurre porque las causas que motivan el deterioro del Derecho del Trabajo siguen vigentes, más allá de medidas gubernamentales que se dictan dentro de este marco.-
Para aprender entre todos, transcribimos. “En una economía de mercado los empleos son creados, modificados y destruidos por el propio mercado (sin perjuicio de lo que el Estado pueda hacer a través de sus políticas activas de empleo, para orientar el gasto público hacia actividades generadoras de empleo, que es bastante pero nunca suficiente en una situación de paro generalizado). En este caso la legislación del trabajo puede cuando mucho cumplir funciones moderadoras y ofrecer marcos jurídicos a los cambios ocasionados por los comportamientos del mercado, pero todo indica que tiene poco impacto en los niveles del empleo. Todo muestra, en efecto, que de un lado, se han equivocado quienes pensaban que alcanzaba con hacer más difícil y caro el despido para evitar que fueran suprimidos los empleos que las condiciones del mercado condenaban a desaparecer. Del otro lado, también se han equivocado quienes postulaban que la flexibilización de la ley laboral – en particular el reclutamiento y despido de los trabajadores- era buen camino para crear empleos que el mercado no podía crear”.-
En este largo acontecer, donde el que trabaja y su instrumento protector, el Derecho, han sufrido tanto deterioro, tomemos la posta en realizar el esfuerzo en la concreción del “trabajo decente”, pensando siempre que “cuanto más oscura es la noche, tanto más brillantes las estrellas”.-
*Investigador en la Sociología del Trabajo
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