Por Alejandro Borensztein
Pensar que algunos de los miembros del directorio del Club de los Malos se reían por lo bajo, cuando este guachito prodigioso presentó, años atrás, su proyecto para mandar a River Plate a la B . ¿A quién se le podía ocurrir tamaña locura? ¿Cómo sabía este genial visionario que un emprendimiento semejante podía resultar exitoso? Sin embargo, acá estábamos todos aplaudiendo de pie a este talento del CDLM que exhibía orgulloso la Gran Orden del Turro con la que el CEO de nuestra institución lo acababa de condecorar.
Emocionado, agradeció con lágrimas en los ojos, dedicó el premio a su mamá ( una vieja hija de puta que aplaudía a rabiar ), y se comprometió a seguir adelante con el proyecto de destrucción del fútbol argentino.
“¡Ahora vamos por Boca!” gritaban desde atrás algunos miembros del CDLM que hace rato vienen trabajando en el operativo “Ameal es Aguilar disfrazado de Ameal”. Sólo es cuestión de esperar y tener confianza . Todo llega.
La ceremonia se llevó a cabo en uno de los shoppings más importantes de la ciudad, durante el cóctel organizado por el Club de los Malos para conmemorar el tercer aniversario del exitoso sistema de beneficios por el cual los tiernos corderitos de Dios pagan hasta un 30% más caras sus compras, si no concurren el día de la promoción de su banco amigo . Quién lo hubiera dicho. Pensar que esta idea arrancó sin mayores expectativas, como quien dice “¿A ver qué pasa si probamos con esto?” y hoy, años después, es una infalible trampa para consumidores que sigue funcionando a las mil maravillas.
Además de condecorar al responsable de la hecatombe de River, aprovechamos la ocasión para otorgar un reconocimiento a algunos encarajinadores políticos que recientemente obtuvieron conquistas resonantes. Uno de ellos fue quien logró que el flamante gobernador de Chubut traicione, a los cinco minutos de ganar la elección, a su referente Mario Das Neves . Luego recibió un aplauso el encarajinador que consiguió que Lilita Carrió, la líder progresista de la Coalición Cívica, lleve como cabeza de lista de diputados a Mario Llambías, representante de una simpática derecha, que en marzo expresó aquello de “…quieren reemplazar nuestra bandera nacional por un sucio trapo rojo.” También recibieron felicitaciones quienes lograron sabotear los debates entre los candidatos a Jefe de Gobierno de la ciudad. Hubo un reconocimiento especial para el encarajinador del macrismo, responsable de desactivar esa fea costumbre de que en la Capital siempre hubiera debate. Hemos logrado restaurar una vieja tradición impuesta por el CDLM, mediante la cual “candidato que va primero en las encuestas, candidato que no debate” . Así ha sido siempre en todas las elecciones presidenciales y así también será en la próxima elección presidencial de octubre. Lo garantizamos.
Finalmente, hubo un aplauso cerrado para todos los encarajinadores que consiguieron que la oposición, lejos de poder organizarse en dos grupos razonables (uno de centroderecha, otro de centroizquierda), y en lugar de llevar dos candidatos, haya presentado nada más y nada menos que siete : Altamira, Argumedo, Alfonsín, Binner, Carrió, Duhalde y Rodríguez Saá. Ni el más optimista lo hubiera imaginado. El CEO dio su voz de alerta: “Ojo, no sea cosa que después de las internas del 14 de agosto, se bajen 4 o 5 candidatos y todo este esfuerzo de demolición haya sido en vano” . Nuestro CEO siempre ve más allá y provoca admiración. Es un hombre que le ha hecho mucho mal a la sociedad y eso inspira respeto, transmite confianza y nos da seguridad.
Pero el CEO es tan generoso como implacable. Caminaba entre los distintos encarajinadores políticos cuando de repente se detuvo frente a uno de ellos y sin previo aviso le desencajó una bofetada estremecedora . Era el responsable de hacerle decir barbaridades antisemitas a Luis D’Elía.
“¡Se las tenías que hacer decir una vez que el kirchnerismo lo incluyera en la lista de legisladores ! No antes, ¡estúpido!” Un nuevo cachetazo de revés, produjo un silencio aterrador.
“¡Por tu culpa, el gobierno se avivó y lo bajaron a tiempo ! ¡Imbécil!” El CEO estaba furioso. No era para menos: el plan “Antisemitismo para todos” había fracasado . Y los fracasos en el CDLM se pagan caro.
Seguramente este encarajinador será degradado por su error y confinado a tareas menores de perturbación social, tales como torcer las ruedas de los carritos de los supermercados para que estos se vayan hacia un costado y sea imposible maniobrarlos. O formar parte de los call center que envían mensajes de promociones comerciales a los celulares, l os sábados y domingos entre la 3 y las 6 de la mañana . Lindas hijaputeces pero sin ningún peso político ni capacidad alguna de destrucción masiva.
Alguien trató de calmar al máximo jerarca, enumerando los éxitos obtenidos en el plan para despellejar y arruinar al oficialismo: los escándalos de corrupción, la metodología fascista de comunicación y propaganda , la negación de la inflación, el uso discrecional de los fondos, la apropiación del estado. La idea era calmar la repentina ira de nuestro CEO. Sin embargo, él explicó que con estas cosasya no sorprendemos a nadie y que, de a poco, la población se ha ido acostumbrando.
“Es tiempo de buscar nuevos y más ambiciosos proyectos. Debemos arrastrar al kirchnerismo a cometer errores peores y tratar de que el mal se desborde más allá de ellos mismos y se derrame sobre toda la Nación” .
Se habló de verticalismo, de la concentración de poder, de perpetuación, y sorprendió con un nuevo término: reinado . Todos comprendimos que por ahí viene la cosa. Tal vez un plan que no sólo destruya al gobierno, sino que se lleve puesta a toda la República. ¿No estaremos volando demasiado alto ? ¿Sería el Club de los Malos capaz de minar el corazón institucional de una Nación? Al volver del evento, pasamos por las inmediaciones del Monumental de Núñez. Los vidrios rotos de todo el barrio, el estadio destrozado, una porción del país anímicamente devastada . Esta vez, tocamos el cielo con las manos . Hemos sido capaces de alcanzar una epopeya memorable.
No deberíamos subestimarnos. Tal vez sea mucho más fácil enlodar la democracia argentina con un fango autoritario que mandar a River a la B .
Si el Club de los Malos pudo destruir una institución como River Plate, más vale que el resto de las instituciones de la República empiecen a poner sus barbas en remojo.
fuente: Clarín
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