Referentes del sector confirman los problemas para vender combustibles y los atribuyen a un déficit estructural. “No hay otra salida, lo único que queda es importar”, dijo Rosario Sica, titular de la Federación de Combustibles. “El kirchnerismo fue para el sistema energético el verdugo final”, remató Manuel García.
La falta de combustibles es una constante en las estaciones de servicio de todo el país, en una tendencia que se agravó este fin de semana con surtidores directamente cerrados. Para las entidades que agrupan a los vendedores no es más que una consecuencia previsible de un sistema energético que desalienta inversiones e incentiva el consumo.
"El crudo cuesta a nivel internacional 100 dólares y acá en el país está a 54 porque está subsidiado. No hay otra salida: lo único que cabe es importar", planteó Rosario Elena Sica, presidente de la Federación de Expendedores de Combustibles de la República Argentina (Fecra).
Pero explicó que "No hay otra salida. Lo único que cabe es importar", planteó Sica, quien advirtió que el problema es que para las petroleras comprar combustible en el actual contexto implica una pérdida de plata, por eso no lo hacen.
Al respecto, explicó que opción no es viable porque "se compra en dólares, se vende en pesos, tuvimos ocho meses los precios congelados, (y ahora) a nadie le interesa importar porque no quieren perder plata".
Manuel García, presidente de la asociación de estaciones de servicios independientes, consideró que el origen del conflicto fue la liberación de las reservas de combustibles dispuesta en 1991, pero que todo se agravó con la escasez de inversiones de los últimos años, cuando el consumo de energía se multiplicó.
“En 50 años en el sector nunca estuve ante un conflicto tan grave. El kirchnerismo para el sistema energético fue el verdugo final. Generó una mayor demanda de energía a través de los subsidios para un consumo energético barato y por otro lado no hizo nada para que la generación de energía acompañe el crecimiento”, afirmó a LPO.
La escasez de combustibles se agravó en las últimas semanas en las provincias del norte, por donde circulan una gran cantidad de transportes de carga, lo que valió una dura pelea del gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey con la Nación.
Pero ahora el conflicto alcanzó el mismo nivel en Capital Federal y las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, con estaciones se servicios que suspendieron la venta de nafta.
"El abastecimiento está en un 60% en todo el mercado y registró un 16% de crecimiento con relación al año pasado", destacó Cámara de Estaciones de Servicios y Garages de Rosario, Rubén Fernández.
"En Rosario tenemos un ventaja porque hay 112 estaciones de servicio entre privadas y las de las petroleras y por consiguiente el consumidor si no encuentra el producto en un lugar lo logra en otro, pero esta situación se agrava cuando se retira de los centros urbanos", agregó.
García consideró que “en realidad el problema es permanente. Desde el momento en que las petroleras nos dan cupos para vender, cuando el que debería poner el límite es el mercado. En los últimos 8 años cerraron 3.500 estaciones de servicios y las que quedan pueden abastecer sólo un 70% de la oferta que les llega”, reclama.
"Está faltando combustibles porque no hay crudo suficiente para poder cubrir la actual demanda", aportó Sica en declaraciones radiales y señaló que la escasez más grande es la de nafta “porque es lo que más se consume” y la disponibilidad no varía.
"Tenemos casi el mismo crudo del año 2001, donde teníamos al país en plena crisis", precisó la dirigente. "No hay inversiones de alto riesgo en exploración porque no hay seguridad jurídica y entonces los capitales se van a otros países”, simplificó Sica.
Las causas
Para García la falta de extracción tiene su origen en la liberación del crudo pero nada mejoró desde ese momento. “Nadie se hizo cargo de las reservas de YPF que graciosamente liberó Menem en 1991. Hoy estamos importando 30 millones de metros cúbicos de gas diarios a un precio mayor al interno”, remarcó.
Ocurre que mientras el gas se paga en el país a 2,5 dólares el millón de BTU, “Bolivia nos vende a 8 dólares y lo que importamos licuado para regasificar en Bahía Blanca o Escobar nos cuesta 15”.
“Brasil hizo todo lo contrario: invirtió y pasó de ser el país dependiente que era hace 20 años, cuando importaba la mitad del combustible que consumía, a autoabastecerse. El secreto es que ellos jamás perdieron el control de la rente petrolera”, diferenció Blanco.
“La solución requiere un plazo mínimo de 5 años porque estamos en el medio del pantano. El primer paso es recuperar la soberanía energética”, culminó.
Fuente: LPO
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