domingo, 5 de diciembre de 2010

Tomar refugio en las Tres Joyas


(esta práctica fundamental permite que confiemos en nuestros valores universales más profundos)


Tomo refugio en el Buda. Puedo absorberme en la fuente viva de entender, de la fe y de la compasión, y aquí y ahora despierto a la Tierra Pura ilimitada.

Tomo refugio en el Dharma. Puedo sumergirme en las profundidades de las enseñanzas y la realidad-tal y como es, y la sabiduría tan profunda como el océano.

Tomo refugio en el Sangha. Puedo vivir en armonía con todos los seres, unido con los discípulos de Buda, en el espíritu de amor, y liberado de la servidumbre del egoísmo.


La Flor de Loto

La Flor de Loto tiene una peculiaridad, nace en el fango; en las aguas más sucias y turbias. Emerge del lodo subiendo hasta llegar a la superficie del agua para ahí abrirse y mostrar toda su belleza, sin manchar uno solo de sus pétalos.
Semejante a un practicante de la fe, en el que a pesar de que vive en un mundo turbio y sucio, lleno de violencia, egoísmo, mentira y corrupción; puede elevarse y trascender todo lo negativo que le rodea.
Así, cultivando en el interior de su corazón todas las virtudes y cualidades nobles, como verdad, benevolencia y tolerancia, de ahí se deriva honestidad, rectitud, paciencia y nobleza. De esta manera eleva su moral y expresa toda su belleza interna por el bien de si mismo y de todos quienes le rodean.

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