Tanto el radical Barbeito como el peronista Soria se atribuyen una fuerte identificación con el gobierno nacional
Por Soledad Maradona
SAN CARLOS DE BARILOCHE.-Gane el peronista Carlos Soria o el radical César Barbeito, el próximo domingo se dirá que Río Negro es una provincia kirchnerista. Los dos candidatos con mayores chances de ganar en esta provincia se disputan el electorado ciudad por ciudad, con una campaña signada por las denuncias cruzadas y discursos virulentos.
Río Negro es gobernada por el radicalismo desde el retorno a la democracia, en 1983, y esta vez el oficialismo teme perder el poder en la provincia más poblada de la Patagonia, donde están habilitados para votar 439.403 ciudadanos.
La polarización parece haber relegado a las terceras fuerzas. Tanto el Frente para la Victoria (FPV), que promueve la candidatura a gobernador de Carlos Soria, jefe de la SIDE durante la presidencia de Eduardo Duhalde, como la Concertación para el Desarrollo, la alianza que tiene a la UCR como columna vertebral y que impulsa a César Barbeito, se adjudican el triunfo.
Peronistas y radicales se esfuerzan por mostrarse cerca del gobierno nacional y ambos se atribuyeron el holgado triunfo de la presidenta Cristina Kirchner en las elecciones primarias de agosto, en las que obtuvo 195.830 votos, contra 43.585 de Ricardo Alfonsín.
Discursos provocativos, ataques a locales partidarios, agresiones a candidatos, como el compañero de fórmula de Barbeito, Julio Arriaga, que fue apuñalado en el rostro durante un acto en Cipolletti, y denuncias cruzadas por hechos de corrupción y espionaje signaron la campaña electoral, que concluirá hoy con los actos de cierres.
Barbeito llegó a la candidatura promovido por el gobernador Miguel Saiz (radical K) luego de ganar en marzo una interna partidaria que dejó heridos y portazos de varios dirigentes. Luego de cuatro mandatarios en los últimos 28 años, el radicalismo sufre el desgaste propio de casi tres décadas en el poder, con varias denuncias por hechos de corrupción. Incluso el candidato Barbeito -ex ministro de Educación de Saiz- está imputado por el cobro de sobresueldos.
El peronismo también evidencia problemas internos. Con la CGT fuera del esquema y acompañando al radicalismo, muchos resisten la figura de Soria, quien hasta hace más de un año decía que no necesitaba de los Kirchner para ganar una elección, posición que ahora revirtió con su adhesión al proyecto nacional. Recibió, así, respaldos oficiales con la presencia del ministro de Economía y candidato a vicepresidente, Amado Boudou, y de la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner.
Soria muestra una gestión exitosa como intendente de General Roca, pero sus exabruptos verbales reiterados alteraron en las últimas semanas la estrategia de campaña. Ahora se expone poco en actos públicos y se dedica a recorrer las ciudades con reuniones pautadas.
Los dos partidos principales conciben que la elección se definirá en San Carlos de Bariloche, donde vota un electorado importante por ser la ciudad más grande de la provincia y que aún mantiene en los sondeos un alto nivel de indecisos.
Se suman al abanico de propuestas la Coalición Cívica-ARI, con Magdalena Odarda como candidata a la gobernación, junto al radical Jorge Ocampos como postulante a vicegobernador; el Partido Socialista, que promueve la fórmula Omar Lehner- Mercedes Sarín; el Partido Demócrata Progresista, que lleva a los peronistas disidentes Ernesto Saavedra y Alicia Salicioni; el Partido Comunista, con Diego Vergara-Eliseo Antinori, y el Partido Obrero, que postula a Amalia Quintillán-Norma Dardik.
fuente: La Nación
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