Episodio
3
PREADOLESCER
CONFLICTIVO
Mientras Xander tiraba
la puerta del baño hacia adentro y Ada la empujaba hacia afuera, se gritaban
mutuamente respecto a la privacidad a la que tenían derecho. Los dos aún
estaban furiosos, porque el otro había revelado secretos en el campamento.
También y a la vez, gruñían por el uso compartido del baño.
Bruno y Diana habían
decidido experimentar con dejarlos que se las arreglaran solos e intervenir solamente
si corriera peligro la vida de alguno de ellos. Así que ambos escuchaban desde
la planta baja como peleaban, sin dejar de ojear los diarios respectivos.
Xander logró meterse
al baño amenazando a Ada.
_ ¡Si no sales en este
momento, te mearé! -amenazó Xander-
Ada bajó corriendo la
escalera pidiendo ayuda a los dos adultos, que parecían ajenos a los verdaderos
problemas que aquejaban a la familia.
_ ¡Me vino la regla y
él se metió en el baño a la brava y sin permiso! -les gritaba Ada, incrédula
por el desinterés de los padres-
Bruno quedó helado
ante esa revelación. Diana se puso de
pie y le preguntó a la niña si prefería que hablaran a solas. Ada asintió con
la cabeza, mientras estallaban de furia sus ojos, que estaban a punto de llanto.
Ambas se sentaron en la
cama del cuarto de Ada. La niña le explicó que era la segunda vez que le venía
y que las amigas le habían dicho que debía usar, pero no había encontrado más
toallitas en el baño y por eso se demoraba en salir.
_ Xander se metió a la fuerza, cuando yo aún no había
encontrado que ponerme -dijo Ada rompiendo a llorar-
_ Tu quédate tranquila
que, a partir de ahora, yo compraré toallitas para las dos y siempre podrás
encontrarlas en el placar del baño. Cuando te sucedan cosas de mujeres, no dejes
de compartirlo conmigo, siempre es mejor hablarlas y así te ahorrarás muchas angustias
-la tranquilizaba Diana maternalmente-
_Esto me pasa porque mi
mamá ya no está conmigo -decía Ada llorando-
_ Si bien yo no puedo
reemplazar a tu mamá, sí puedo ser tu amiga. Siempre contarás conmigo -le aseguró
Diana mientras la abrazaba-
Xander estaba parado en la puerta, viendo como su madre
abrazaba a Ada. Diana levantó la vista con gesto de reprobación.
_ Hijo, ya no debes entrar más al baño si está Ada ocupándolo.
Usa el que está en mi cuarto si estás apurado.
Xander dio media
vuelta y se metió enojado en su cuarto.
Ada vio los celos de Xander
y decidió que pasaría un momento más con Diana, compartiendo sus “cosas de
mujeres”. De paso se victimizó respecto a los atropellos de Xander y sus
amigos. Le contó que él, les había revelado a los chicos que ella usaba relleno
en el corpiño.
_ Tranquila niña, hablaré
con Xander para que no se repitan estas cosas.
Ada asintió mientras
se secaba las últimas lágrimas.
En su habitación
Xander lloraba de bronca. Había metido su cabeza bajo la almohada y hacía
correr las cuentas del komboli por
sus dedos. Diana entró en su cuarto para hablarle de Ada, pero lo vio tan
afligido que se sentó a su lado.
_ ¿Por qué lloras hijo?
_ Ya no tengo a nadie más. Ada se ocupa de dejarme solo en el
mundo.
_ Yo soy tu mamá, sólo por eso, nunca estarás solo.
Él la escuchó, pero no
le creyó. Diana intentó explicarle que Ada se había hecho señorita; le pasaban
cosas nuevas en su cuerpo, que seguramente la asustaban y que esas cosas, solo
les sucedía a las mujeres. Por eso ella debía ayudarla y confortarla como mujer.
Pero que él era y siempre sería su hijo más amado. Al notarlo más sereno, agregó
que él debía cuidar que Ada se sintiera respetada en su intimidad. Diana le
preguntó si había comprendido; Xander respondió “si” sin sacar la cabeza de debajo
de la almohada.
Diana bajó sintiendo que, por primera vez, había conseguido
un genuino acercamiento con Ada y aunque su hijo sentía celos, en poco tiempo,
seguramente, se le pasarían.
CUMPLEAÑOS
Cada año en el mes de diciembre, se celebraban dos
cumpleaños, uno el diez y otro el veinte. El de Xander, que era el primero, con
varones y luego Ada celebraba el suyo con niñas.
El peor día del año para uno, era el cumpleaños del otro.
Todos los cumplidos, los regalos y agasajos eran para el que cumplía años,
mientras el otro era “el olvidado del
mundo”.
Esa vez, Diana le sugirió a Ada que invitara un par de amigas
para una “pijamada”, mientras Xander
festejaba con sus amigos. Las amigas de Ada llegaron antes que los varones. Se
encerraron en su cuarto a escuchar música y charlar.
Unos doce varones se juntaron en el patio con Xander a
preparar chorizos a la parrilla y jugar al básquet en el arco del garaje.
Ponían música estridente y gritaban los aciertos al arco de cada uno de ellos.
Durante la choriziada, se sentaban con cartas de por medio a jugar competencias
de truco. Luego llegaba el momento de la guitarra y la percusión. Los padres
agradecían que eso sucediera solo una vez al año.
Para el cumpleaños de Ada, Diana ofreció el mismo trato para
Xander, invitando a un par de sus amigos para que pasaran con él ese día.
Llegaron más de veinte chicas que, con música a todo volumen,
bailaban en el patio y gritaban en todo momento, sin aparente razón. El grado
de histeria de las niñas era desalentador. Cada año, los padres se decían que la
próxima vez estarían más grandes y calmadas.
VACACIONES
FAMILIARES
Luego de que cada año las peleas aumentaran debido al destino
vacacional, esa vez el tema lo resolvían los padres a puertas cerradas y sin
escuchar sugerencias de nadie. Una vez resuelto, informaron a los chicos que viajarían
al mar, a una playa alejada y tranquila.
Ambos chicos estuvieron de acuerdo en que no podían
obligarlos a vivir en el destierro de otros de su misma edad y menos durante tanto
tiempo. No tuvieron eco. Esas vacaciones eran de los padres y ellos solo
acompañaban.
Ambos niños aprendieron a nadar desde pequeños así que,
cuando se metían al mar, los padres se turnaban para vigilarlos sin prestar más
atención que la debida. Xander aprendió de muy chiquito con su padre, por lo
que siempre se mostraba como eximio nadador ante Ada.
Ella competía con él
en todo, así que cuando él entraba a nadar ella se metía para correr una
carrera hasta la boya. Esa tarde en especial, los chicos no salían del agua,
cosa que alertó a Bruno que se puso de pie bastante intranquilo. Los vio
regresar de la boya nadando y en determinado punto, Xander se detenía, esperaba
a Ada y volvían a nadar hasta la boya. Esa vez, debió ser como la décima
continuada. Ada se acalambró a la mitad del trayecto. Xander ya estaba en la
boya cuando la vio y nadó a toda velocidad hacia ella, lo mismo que Bruno que
se lanzó al mar desde la orilla. Xander llegó primero, cuando Ada ya se estaba
hundiendo. Él se sumergió y la sacó a flote mientras llegaba Bruno y la llevaron
juntos hasta la orilla. La niña reaccionó luego de unos masajes que le dio su
padre en el pecho. Al reaccionar escuchó a su padre hablarle a Xander.
_ ¡Gracias hijo, le salvaste la vida!
Más que una
resucitación, Ada sintió que volvía a una pesadilla sin fin, en la que habitaba
ese “monstruo peludo” en todos los rincones de su vida; con su propio padre
diciéndole “hijo”.
Ese verano se notó como los niños habían crecido; sus cuerpos
estaban más formados. Xander tenía más
pelo en su cuerpo. Al ser su piel tan blanca, el bello negro se le notaba más.
Tenía muchas características físicas típicas de su padre, salvo porque el pelo,
pese a ser renegrido, solo tenía ondas leves. Pero sus ojos, eran igual de
negros y profundos que los de Andreas. El estirón de su cuerpo había sido
importante y le llevaba media cabeza a Ada, que parecía que no llegaría a ser
muy alta en el futuro.
A ella se le comenzaba
a notar un poco más de cintura, había aumentado su cadera; aunque no mucho los
pechos. Su pelo era castaño bien abundante, largo y ondeado. Sus ojos eran verdes
y la piel tenía un leve bronceado natural que, ayudada por el sol, le resaltaba
más el color de sus ojos. Diana los
miraba y sacaba cuentas sobre la ropa del placar de los chicos que habría que
reemplazar porque, luego de semejante estirón, ya no les cabría nada.
Los chicos pasaban
horas sin hablarse, preferían los mensajes de texto con sus amigos por celular.
Ada notó que Xander cada vez que recibía un mensaje se reía. Sintió mucha
curiosidad pensando que podrían estar criticándola.
Cuando él se tiró
sobre una manta a tomar sol, ella tomó sigilosamente el celular para checarle
los mensajes. Xander la vio y de un salto se lo arrancó de las manos. Ella se
paró y lo empujó. Él le devolvió el empujón tirando a Ada a la arena. Los
padres observaban de reojo. Xander comenzó a caminar alejándose del lugar. Ella
se puso de pie y corrió tras él, empujándolo por la espalda. Él se dio vuelta,
la cargó sobre sus hombros y caminó con ella hasta el mar mientras Ada lo
llenaba de insultos a los gritos. Él la tiró al mar y regresó caminando
mientras pasaba otro mensaje de texto, esa vez, con foto incluida de Ada
desparramada en la orilla del agua.
Al verla salir del
mar, corrió para no ser alcanzado. Ella se dirigió directo a parase al lado de
su padre, con terrible cara de enojo y los brazos cruzados al pecho. Por fin
Bruno se atrevió a preguntarle que le pasaba.
_ Quiero volver al hotel, mejor aún, quiero regresar a casa
-dijo Ada con evidente enojo-
_ Es bastante tarde ya. Podríamos regresar al hotel para
cambiarnos y luego salir por unos helados -sugirió Diana-
Se lo veía llegar a
Xander, aun riendo entre mensajes de su celular. Preguntó qué pasaba y le
dijeron que se marcharían. Encogió sus hombros y juntó sus cosas.
Bien vestidos y
arreglados, los cuatro salieron rumbo a la heladería. La pareja tomada del
brazo, como en pleno romance y, los jóvenes caminando adelante sin siquiera
mirarse.
Al salir de la
heladería, Ada se tropezó con una silla y fue a parar contra Xander
aplastándole su helado en la camisa, él con evidente enojo, refregó el suyo por
la cara de Ada mientras ella gritaba con voz aguda que era un imbécil. Fue
contra él con los puños apretados a golpearle la cara, pero Xander la sostuvo
de los brazos y la levantó dejándola en el aire. Ella pataleaba para golpearle
las piernas.
_ Te tiraré a la calle si me pateas -amenazó Xander-
Ada le gritaba que la
soltara. Lloraba de bronca e impotencia. Xander la soltó diciéndole que ya
bastaba por ese día. Ella corrió en dirección al hotel. Ambos padres giraron en
ese mismo sentido.
La salida había
terminado más rápido, que el tiempo que tardaron en vestirse para salir.
Los amigos de Xander preparaban un álbum de
fotos de Ada, para subirlo a facebook, con las imágenes que él les había
mandado esos días. Lo titularon “Ada, la
bruja”. Desparramada en la orilla, con la cara llena de helado, parada con cara
de enojo en la playa, de espaldas corriendo entre la gente, tirando agua por la
boca cuando la resucitaron; también corriendo hacia la cámara con los puños en alto
y una expresión desencajada… Así se sucedían las imágenes, con diversos
comentarios al pie de cada una. Etiquetaron a todos sus contactos.
Los mensajes a Ada de
sus amigas comenzaron a llegar de prisa, para que se conectara en forma
urgente. Abrió su notebook y no podía creer lo que estaba viendo. Corrió a la
habitación de Xander, pero él la mantuvo con llave. Fue a la de su padre con la
máquina en la mano para acusarlo.
Ella entró llorando,
mostrándoles las imágenes que habían subido a internet los amigos de Xander.
Bruno se tapaba la cara, para que su hija no viera que se le escapaba una
sonrisa. Ante esto, Diana prefirió no mirarlas y acudir a consolar a la
muchacha que no lograba dejar de llorar.
_ ¿Qué puedo hacer por ti Ada?
_ ¡Ya es tarde, porque no abortaste a ese monstruoso hijo antes
de nacer! -respondió, enfurecida Ada-
Diana también estaba
tentada por reír, pero no podía demostrarlo para no empeorar el estado de Ada,
así que le dijo que hablaría muy seriamente con Xander. Ada se soltó, para que
Diana fuera a retar a su hijo.
Al golpear su puerta Diana, Xander le abrió.
_ Te juro mamá que yo no fui. Fue Lucas. Yo solamente les he
mostrado las fotos que he sacado, sin saber que las subirían a internet.
_ Has lastimado mucho a Ada y deberás pedirle disculpas
-sentenció Diana-
Xander se puso de pie y le habló a su madre con absoluta
convicción
_ ¡Eso jamás pasará! ¡Que se disculpe ella, por todo lo que
me ha venido haciendo!
_ Por favor hijo, accede a esto, hazlo como un favor personal
para mí.
Xander lo pensó un momento.
_ Solo para conformarte, lo haré.
Fue a la habitación de su madre, se paró en el quicio de la
puerta y le dijo a Ada que lo lamentaba. El problema, fue que se lo dijo con
una marcada sonrisa y Ada no le creyó.
Ada tomó su notebook y lo empujó al salir.
_ Yo cumplí con mi parte -dijo Xander-
Las vacaciones
terminaron antes de lo previsto.
CONTINUARÁ MAÑANA...
Espero sus comentarios.
QUIERO LO DE MAÑANA.....
ResponderEliminarmañana ya es hoy!!! ya está subido el nuevo episodio. Gracias por seguir la historia
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