La Constitución actual no le impone a Cristina Kirchner casi ningún límite y la pretensión de reformarla para eliminar la prohibición de una segunda reelección la convertirá en un traje a medida.
¿Qué le puede aportar una reforma constitucional -sueño de tantos kirchneristas- a la Argentina? Veámoslo en detalle:
- ¿Mejorará de alguna manera el medio ambiente? Ya está protegido por la actual Constitución y, a pesar de ello, el gobernador riojano Beder Herrera sólo prometió frenar el multimillonario proyecto minero para Famatina a raíz de una fuerte presión social en la provincia que empezó a repercutir a nivel nacional.
- ¿Más libertad de expresión? Sería increíble que el mismo gobierno que persigue al Grupo Clarín, a LA NACION, a Papel Prensa, a la Editorial Perfil, entre otros medios de comunicación, y que manipula al extremo la publicidad estatal, esgrimiera ese argumento para sostener una reforma constitucional. Por otra parte, la Casa Rosada aún no explicó por qué impidió la sanción de las leyes de acceso a la información o de reparto equitativo de publicidad oficial, reclamadas desde hace años por organizaciones de la sociedad civil.
- ¿Tendrán los ciudadanos más garantías para el derecho de propiedad? Habría que preguntarles a los empresarios, importadores e inversores qué opinan sobre las cambiantes reglas que con las que el Poder Ejecutivo -a través sobre todo de las medidas que impone el secretario de Comercio Exterior, Guillermo Moreno- suele cambiar los contratos.
- ¿Más independencia de la Justicia? El gobierno nacional domina casi todos los tribunales, y cuando la Corte Suprema de Justicia se atreve a dictar una sentencia que le disgusta -por ejemplo, las actualizaciones de las jubilaciones, el caso del ex procurador general de Santa Cruz Eduardo Sosa o la condena a que le entregue publicidad oficial a la Editorial Perfil- suele incumplirlo, sin mayores consecuencias.
- ¿Querrá fortalecer el Congreso de la Nación? Recordemos que hace pocas semanas, el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, dijo con relación a la crítica que se hace de que el Congreso es una "escribanía" del Poder Ejecutivo, que a él le parece bien que se limite a dar fe de las iniciativas del Gobierno, que él, naturalmente, califica como buenas. Y, por otra parte, ¿cómo imaginar que el Poder Ejecutivo quiera tener un sistema parlamentario, con un Parlamento más fuerte, si justamente se nutre de la debilidad de la rama legislativa?
LOS DECRETOS
Se podría analizar artículo por artículo la actual Constitución, que la presidenta Cristina Kirchner interpreta que incluso le permite gobernar por decreto de necesidad y urgencia o transferir partidas presupuestarias sin límite.
Pero, en todos los casos, la conclusión puede ser exactamente la misma: la única beneficiaria de una futura reforma no sería la sociedad, sino la propia Presidenta, que sería habilitada a un tercer mandato. Al menos ésa es la intención de los tempranos promotores de un plan de reforma (algo sobre lo que Cristina Kirchner aún no se ha expresado en público).
En toda reforma constitucional, los políticos, para disimular sus ambiciones personales, edulcoran las modificaciones con promesas de alcanzar mejores niveles de bienestar, libertad, igualdad o más distribución del ingreso.
Por eso, para no caer en esas trampas que luego llevan al desengaño, lo mejor es pensar el tema con la mayor crudeza.
fuente: La Nación
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