El título apropiado para esta nota debería ser “La política en los tiempos modernos”, pero elegí el de los wachiturros para darle más punch y hacerla más popu. El otro título me daba muy Ricardo Forster y lo descarté porque temía que antes de leerla se me rajaran todos los clientes por miedo a quedarse dormidos.
¿De qué hablamos cuando hablamos de política hoy? Todo se resume en una simple pregunta: ¿Será el segundo mandato de la Jefa una etapa moderna, amplia y progresista o se recluirá en el núcleo duro kirchnerista? Definición de “núcleo duro kirchnerista” según la Real Academia Española: simpático grupo minoritario de personas arcaicas que se hacen pasar por modernas y anhelan e impulsan, desesperadamente, que la Presidenta se porte mal o muy mal . Dícese también de aquellos personajes cuya presencia hace recordar también a esos otros tipos de más de 60 años que andan con el pelo con colita, camperas de cuero y tachas, botas con flecos, manejando una Harley y escuchando “¿Have you ever seen the rain?” de Creedence Clearwater Revival. Puede también utilizarse como agravio. Por ejemplo, “andate al núcleo duro kirchnerista de tu hermana”, o como adjetivo elogioso: “señorita, que bello y núcleodurokirchnerista es su trasero”. Hay otras acepciones, pero no vienen al caso.
¿Qué posibilidades hay de que el núcleo duro imponga sus criterios? No se sabe. Lo que debería preocuparnos a todos es que si el núcleo duro es desplazado, el kirchnerismo se va a poner aburridísimo.
Ejemplo: Supóngase que su cuñado pertenece al núcleo duro y es sábado al mediodía. Día primaveral. Sol. “¿Que hacemos gordi? ¿Vamos a tirarle piedras por la cabeza a Lanata? Dale, dice ella. Vos andá a lo del gordo que yo me voy a lo de Magdalena a romperle los vidrios de la casa y después nos encontramos en la puerta de la radio para cascotear a Fernando Bravo y a Alfredo Leuco, te parece? Me encanta -dice él. Llevemos también a los chicos así a la vuelta pasamos por lo de Beatriz Sarlo y le destripan el gato. ¡Está tan lindo el día! Aprovechémoslo”.
En cambio, si el núcleo duro se devalúa, el gobierno se irá transformando en algo demasiado moderno, amigable, evolucionado, previsible, civilizado, en fin… una insoportable manga de belgas.
¿Hay algún indicio que permita entrever si vamos hacia esa peligrosa modernidad política? Pocos. “Silenzio stampa”, como dice mi amigo el Coco Basile. Ni siquiera sabemos cómo será el nuevo gabinete. Cada ministro, secretario o funcionario del gobierno, está en la mira.
Aterrorizados . Eso nos deja a los ciudadanos en una posición más que divertida: la Jefa decide, nosotros miramos y ellos están todos nominados, con el pupo a cuatro manos. Buenísimo.
Dios quiera que no se cumplan las peores previsiones. Imagínese si lo rajan a Moreno y ponen a un tipo que es un dulce de leche y que cuando se reúne con los empresarios los recibe con masitas y los escucha con respeto. Un desastre. En cambio Moreno los recibe con un “¿y ahora qué carajo quieren ustedes?”, saca una 45, la pone sobre la mesa y así todos tenemos tema para seguir jodiendo cuatro años más.
Ya bastante preocupación causa la salida de los ministros que se van al Congreso: Amado, Aníbal y Julián Domínguez. Veamos la mitad del vaso lleno: la llegada de los tres te levanta el Congreso un montón. Si lo producimos un poco a Domínguez, yo creo que el trío te puede dar un Midachi. Con la ventaja de que en el Congreso hay plateas, palcos, mucha gente. El calor del público en vivo motiva mucho más al artista. Para Aníbal, es un paso decisivo: del Ejecutivo al Legislativo, y de ahí directo al Maipo.
Para compensar la pérdida, apostemos a la permanencia de Timerman.
Hay algunos indicios al respecto. En principio, dos de sus posibles reemplazantes (Argüello y Kreckler) acaban de ser nombrados embajadores en EE.UU. y Brasil respectivamente. El otro dato, mucho más significativo, es que el Canciller suspendió el twitter hace 15 días. Toda una señal que perfectamente se puede interpretar como que la Jefa lo llamó y le dijo: “Oíme vos… vení para acá. Si querés seguir adentro, cortalala con la jodita del twitter, me entendiste…?” (los puntos suspensivos son para que usted complete con el elogio que más le guste). Los dos últimos mensajes del canciller fueron el 30 de octubre: uno sobre la UNASUR y el otro fue, textualmente: “Muy bueno el primer tiempo y dos lindos goles de Blandi que ya suma 4 goles en 135 minutos”. No es chiste, no es invento, no es joda. Es literal. Supongo que el Departamento de Estado todavía está tratando de averiguar quién es Blandi.
De todos modos, hay preocupación por ciertas reconciliaciones.
El PJ Federal se acerca al oficialismo. Scioli y Mariotto se llevan bárbaro. El gobierno se amigó con Obama. La Compañera Jefa y el Compañero Mauri están negociando más de lo que parece. Menem y el ex ministro y ex privatizador Dromi (ahora ferviente estatizador) dicen que no hay nada más bello que el kirchnerismo. Hasta los García Belsunce están todos juntos, en gayola, pero juntos. Falta que se arreglen Santiago Bal con Carmen Barbieri y cerramos el año todos contentos y en paz.
Finalmente, ¿Debería preocuparnos la posibilidad de que se organice una oposición seria y moderna? ¡Ni en pedo! La mayoría de los opositores no ha dicho ni mu frente al zafarrancho financiero que se armó. ¿Se habrán ido a vivir a Miami o estarán entre los que fueron a esperar el 11/11/11 al pie del Uritorco? Mientras usted busca respuestas a estas preguntas, le cuento que hace unos días el gran arquitecto Clorindo Testa, moderno como pocos y mi querido jefe durante cinco años, tenía que dar una conferencia en la Universidad de La Plata, pero como la organizaban sectores kirchneristas, el rector radical… ¡¡suspendió la charla!! En la misma semana, se nos fue Mario Roberto Alvarez. Hace algunos años me visitó en mi estudio. Pleno verano. Pidió ver las obras que hacíamos. Miró los planos con dedicación. Luego me habló largamente sobre la modernidad y los costos que él pagó por elegir ese camino.
Cuando veo tanta gente que atrasa, pienso en cuántos desplantes a Clorindo tendremos que soportar y cuántos M.R. Alvarez necesitaríamos. Justamente, hablando de modernidad, acabamos de perder uno de sus símbolos emblemáticos: Mario Roberto Alvarez, 1913 - 2011. Chapeau.
FUENTE: CLARÍN
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